sábado, 13 de junio de 2009

Guillermo de Ockham

Guillermo de Ockham

Guillermo de Ockham (William of Ockham), también Occam o varias otras grafías (c. 1280/12881349), fue un fraile franciscano y filósofo escolástico inglés, oriundo de Ockham, un pequeño pueblo de Surrey, cerca de East Horsley. Como franciscano, Guillermo estaba dedicado a una vida de pobreza extrema. Occam murió a causa de la peste negra.

Vida

Guillermo de Ockham - Dibujo etiquetado frater Occham iste, de un manuscrito del Summa Logicae, 1341

Ockham se unió a la Orden Franciscana siendo aún muy joven y fue educado primero en la casa franciscana de Londres y luego en Oxford. No completó sus estudios en Oxford, pero fue durante este periodo y los años inmediatamente siguientes cuando escribió la mayoría de las obras filosóficas y teológicas sobre las que descansa primordialmente su reputación.

Sus ideas se convirtieron muy pronto en objeto de controversia. Tradicionalmente se ha considerado que fue convocado a Aviñón en 1324 por el Papa Juan XXII acusado de herejía, y pasó cuatro años allí bajo arresto domiciliario mientras sus enseñanzas y escritos eran investigados, si bien esto ha sido recientemente cuestionado. De hecho, pudo haber sido enviado a Aviñón en 1324 para enseñar filosofía en la prestigiosa escuela franciscana, y ganarse así enemigos entre sus competidores académicos, especialmente los seguidores de Tomás de Aquino (que había sido canonizado por Juan XXII un año antes de la llegada de Ockham), alguno de los cuales habría acusado a Ockham de enseñar herejías. Pero hay evidencias de que no fue hasta 1327 cuando fue realmente convocado ante el Papa para responder por los cargos presentados antes por una comisión de expertos (sin representación franciscana), pero ningún arresto domiciliario siguió a este ejercicio, no emitiendo juicio alguno el Papa. Algún tiempo después del 9 de abril de 1328, ante el ruego de Miguel de Cesena, dirigente de la Orden franciscana, Ockham estudió la controversia entre los franciscanos y el Papado sobre la doctrina de la pobreza apostólica, que se había convertido en principal para la doctrina franciscana, pero que era considerada dudosa y posiblemente herética tanto por el Papado como por los dominicos. Ockham concluyó que el Papa Juan XXII era un hereje, posición que defendió más tarde en su obra.

Antes de esperar al dictamen sobre la herejía u ortodoxia de su filosofía, Guillermo huyó de Aviñón el 26 de mayo de 1328 dirigiéndose a Pisacon Miguel de Cesena y otros frailes. Finalmente conseguirían la protección del emperador Luis IV de Baviera. Tras su huida de la corte papal, Ockham fue excomulgado, pero su filosofía nunca fue oficialmente condenada. Guillermo pasó gran parte del resto de su vida escribiendo sobre asuntos políticos, incluyendo la autoridad y derechos de los poderes temporal y espiritual. Se convirtió en el líder de un pequeño grupo de disidentes franciscanos en la corte de Luis en 1342, tras la muerte de Miguel de Cesena.

Murió el 9 de abril de 1349 en el convento franciscano de Múnich, a causa de la peste negra. Fue rehabilitado póstumamente por la Iglesia oficial en 1359.

Pensamiento

Ockham ha sido llamado «el mayor nominalista que jamás vivió» y tanto él como Duns Scoto, su homólogo en el bando realista, son considerados como las dos «mentes especulativas más grandes de la edad media», así como «dos de los metafísicos más profundos que jamás vivieron» (C. S. Peirce, 1869). Una importante contribución que hizo a la ciencia y cultura intelectual modernas consiste en el principio de parsimonia en la explicación y construcción de teorías, lo que llegó a conocerse como «Navaja de Ockham». Esta máxima, según la interpretó Bertrand Russell (1946, 462—463), establece que si un fenómeno puede explicarse sin suponer entidad hipotética alguna, no hay motivo para suponerla. Es decir, siempre debe optarse por una explicación en términos del menor número posible de causas, factores o variables.

Pionero del nominalismo, algunos le consideran el padre de la moderna epistemología y de la filosofía moderna en general, debido a su estricta argumentación de que sólo los individuos existen, más que los universales, esencias o formas supraindividuales, y que los universales son producto de la abstracción de individuos por parte de la mente humana y no tienen existencia fuera de ella. Ockham es considerado a veces un defensor del conceptualismo más que del nominalismo, ya que mientras los nominalistas sostenían que los universales eran meros nombres, es decir, palabras más que realidades existentes, los conceptualistas sostenían que eran conceptos mentales, es decir, los nombres eran nombres de conceptos, que sí existen, aunque sólo en la mente.

Ockham es también cada vez más reconocido como un importante contribuyente al desarrollo de las ideas constitucionales occidentales, especialmente las de gobierno de responsabilidad limitada. Los puntos de vista sobre la responsabilidad monárquica expuestos en su Dialogus(escrito entre 1332 y 1347) tuvieron gran influencia en el movimiento conciliar y ayudaron al surgimiento de ideología democráticas liberales.

En lógica, Ockham trabajó en dirección a lo que más tarde se llamaría Leyes de De Morgan y lógica ternaria, es decir, un sistema lógico con tres valores de verdad, concepto que sería retomado en la lógica matemática de los siglos XIX y XX.

En Derecho se atribuye a Ockham, en el contexto de la querella de la pobreza del Papa Juan XXII con los franciscanos, la introducción o invención del concepto de derecho subjetivo, como un poder correspondiente a un individuo (Opus nonaginta dierum). Ello sin perjuicio de que se discuta su previa aparición en Tomás de Aquino o en el Derecho romano.

Seguidores de Ockham

Se considera que todo el desarrollo posterior, que alejó la teoría del derecho del derecho natural se debe en gran parte a la teoría nominalista de Ockham. Dado que no se puede establecer con certeza la esencia de un ser, igual que de un ser humano, es imposible desprender derechos de ella. En esa corriente posterior cabe destacar a pensadores como Thomas Hobbes y John Locke.

Obras

Filosofía

  • Scriptum in quatuor libros Sententiarum. Contiene el Ordinatio y Quaestiones in II, III, IV Sententiarum (1318 - 1323).
  • Expositio aurea super totam artem veterem: Expositio super Porphyrium; Expositio super Librum Praedicamentorum; Expositio super duos Libros Perihermeneias; Expositio super duos Libros Elenchorum (después de 1318).
  • Tractatus de praedestinatione et praescientia Dei et de futuris contingentibus (1318 - 1323).
  • Logica maior o Summa logicae (1324 - 1328).
  • Elementarium logicae o Logica media.
  • Logicae tractatus minor.
  • Quaestiones in octo libros physicorum, (antes de 1327, probablemente 1324).
  • Philosophia naturalis sive summulae in octo libros physicorum, (1324).
  • De successivis (hacia 1324, pero algunas informaciones la consideran como obra dudosa).

Religión

  • Questiones earumque decisiones.
  • Quodlibeta septem (antes de 1327).
  • Tractatus de corpore Christi o Tractatus primus de quantitate (después de 1323).
  • Tractatus de Sacramento Altaris o Tractatus secundus de quantitate (después de 1323).
  • Centiloqium theologicum (obra dudosa).
  • De principiis theologiae (obra dudosa).

Política

  • Opus nonaginta dierum (1330-1332).
  • Contra Johannem XXII"
  • Compendium errorum Johannis papae XXII"
  • Tractatus contra Benedictum
  • An princeps, pro suo succursu, scilet guerrae, possit recipere bona ecclesiarum, etiam invito papa (escrito entre 1338 y 1339)
  • Dialogus inter magistrum et discipulum de imperatorum et pontificum potestate o Dialogus in tres partes diatinctus (1342-43).
  • Breviloquium de principatu tyrannico super divina et humana, specialiter autem super imperium et subjetos imperio a quibusdam vocatis summis pontificibus usurpato (1339 - 1340)
  • Epistola defensoria.
  • Epistola ad Frates Minores
  • Octo quaestionum decisiones super potestatem Summi Pontificis (después de 1339).
  • De jurisdictione imperatoris in causis matrimonialibus.
  • De electione Caroli IV (última obra).

En la ficción

Guillermo de Ockham sirvió de inspiración para el detective monástico Guillermo de Baskerville en El nombre de la rosa de Umberto Eco, que usaba la lógica de forma parecida y, como Guillermo, se había enfrentado a acusaciones de herejía.

Véase también

Enlaces externos


Wikipedia

Cipriano de Cartago

Cipriano de Cartago

San Cipriano de Cartago

Icono griego
Obispo mártir y Padre de la Iglesia
Muerte14 de septiembre de 258
en Cartago
Venerado enIglesia católica, Iglesia ortodoxa
Festividad16 de septiembre
Atributosatributos de obispo y la palma de martirio

San Cipriano de Cartago (Thaschus Cæcilius Cyprianus) († 14 de septiembre de 258) Obispo de Cartago y un autor importante del comienzo del cristianismo. Nació probablemente a principios del siglo III en el norte de África, quizá en Cartago, donde recibió una educación clásica (pagana). Tras convertirse al cristianismo fue obispo (249) y murió martirizado en Cartago.


Primeros años

Cipriano tenía un origen rico y distinguido. De hecho, su martirio se produjo en su propia villa. La fecha de su conversión al cristianismo es desconocida, pero tras su bautismo en c. 245-248 donó una porción de su riqueza a los pobres de Cartago. Era púnico o quizá bereber

Su nombre original era Thascios; tomó el nombre adicional de C a. C.ilius en memoria delpresbítero al que debía su conversión. Más tarde fue profesor de retórica. En los primeros años de su conversión escribió una Epistola ad Donatum de gratia Dei («Carta a Donato sobre la gracia de Dios» y tres libros de Testimoniorum adversus Judæos que seguían los modelos de Tertuliano, que influyó sobre su estilo y pensamiento, y resultan interesantes como documento en la historia del antisemitismo.

Su disputada elección como obispo de Cartago

Poco después de su bautismo fue ordenado diácono, y más tarde presbítero. En algún momento entre julio de 248 y abril de 249 fue elegido obispo de Cartago, una elección popular entre los pobres, que recordaban su caridad, aunque una parte de los presbíteros se opuso a causa de la riqueza de Cipriano, su diplomacia y su talento literario. Además, la oposición en la comunidad de Cartago no se disolvío tras su elección.

Los cristianos del norte de África no habían sufrido la persecución durante muchos años. En 250 el emperador Decio decretó la supresión de la cristiandad, con lo que dio comienzo la persecución deciana. Un procónsul enviado por el emperador y cinco comisionados de cada ciudad administraban el edicto, pero cuando el procónsul llego a Cartago Cipriano había huido.

En los documentos que se conservan de los padres de la iglesia de varias diócesis se pone de manifiesto que la comunidad cristiana se dividió en esta ocasión entre los que practicaron la desobediencia civil a cualquier precio y los se sometieron de palabra o acto al edicto. La huida de Cipriano de Cartago fue interpretada por sus enemigos como cobardía e infidelidad, y le acusaron anteRoma. Roma escribió a Cipriano en términos de desaprobación. Cipriano contestó que había huido de acuerdo al mandato divino. Desde su refugio dirigió a sus fieles con seriedad y entusiasmo, empleando a un diácono de confianza como intermediario.

Controversia acerca de los lapsi

La persecución fue especialmente severa en Cartago, de acuerdo con las fuentes de la Iglesia. Las fuentes oficiales romanas no hablan de la severidad de la persecución deciana. Muchos cristianos abjuraron de su fe, y desde entonces recibieron el nombre de lapsi, pero después pidieron ser readmitidos por la iglesia. Sus peticiones fueron atendidas. Los confesores del grupo más liberal intervinieron para permitir a cientos de lapsi volver a la iglesia.

Aunque él mismo se había retirado y aislado, Cipriano censuró la laxitud con los lapsii, y rehusó absolverlos excepto en el caso de enfermedad mortal, y quiso posponer la cuestión de su readmisión en la iglesia hasta que llegaran tiempos más tranquilos. Entonces la comunidad de Cartago sufrió un cisma. Felicísimo, que había sido ordenado diácono por el presbítero Novatus durante la ausencia de Cipriano, se opuso a todas las medidas de los representantes de Cipriano. Cipriano le depuso y le excomulgó a él y a su partidario Augendius. Felicísimo recibió el apoyo de Novatus y otros cuatro presbíteros, que organizaron una fuerte oposición al obispo.

Cuando, tras una ausencia de catorce meses, Cipriano volvió a su diócesis, defendió su marcha (guiado por una visión, para el bien de la comunidad) en cartas a los otros obispos del Norte de África y un tratado De lapsis, y convocó un concilio de obispos norteafricanos en Cartago para considerar el tratamiento de los lapsi y el cisma de Felicísimo (251). El concilio apoyó a Cipriano y condenó a Felicísimo, aunque no se conservan actas del mismo. Los libellatici, es decir, cristianos que habían obedecido al emperador, serían readmitidos tras arrepentimiento sincero, pero los que habían tomado parte en sacrificos al emperador sólo podrían volver a la Iglesia cuando estuvieran cerca de la muerte. Más tarde esta regulación se suavizó, e incluso los que habían celebrado sacrificios fueron readmitidos si se arrepentían inmediatamente y buscaban la absolución, aunque los clérigos caídos fueron depuestos y no podían recuperar sus cargos.

En Cártago, los seguidores de Felicísimo eligieron a Fortunato como obispo en oposición a Cipriano, mientras que en Roma los seguidores del presbítero Novaciano, que también rechazó la absolución para los lapsi, le eligieron obispo de roma, en oposición al papa Cornelio. Los novacionistas consiguieron la elección de un obispo rival de su bando en Cartago, llamado Máximo. Novatus abandonó a Felicísimo y se unió al bando novaciano.

Estos extremos fortalecieron la firme pero moderada influencia de los escritos de Cipriano, y los seguidores de sus oponentes fueron perdiendo fuerza. Su prestigio se acrecentó cuando los fieles fueron testigos de su devoción abnegada durante una gran plaga y la hambruna que le siguió.

Confortó a sus hermanos escribiendo su De mortalitate, y en su De eleomosynis les exhortó a la caridad a los pobres, al tiempo que conducía su vida de forma recta. Defendió a la cristiandad y a los cristianos en su apología Ad Demetrianum, dirigida contra un tal Demetrio y el reproche de los paganos de que los cristianos eran la causa de las calamidades.

Polémica sobre el bautismo realizado por herejes

Cipriano tuvo que librar una nueva lucha a partir de 255, en la que se enfrentó al papa Esteban I. La causa de la contienda fue la eficacia delbautismo en las formas convencionalmente aceptadas cuando era administrado por herejes.

Esteban declaró que el bautismo realizado por herejes era válido si se administraba en nombre de Cristo o de la santísima Trinidad. Esta era la visión mayoritaria de la Iglesia. Cipriano, por otra parte, creía que fuera de la Iglesia no podía haber verdadero bautismo, considerando a los realizados por herejes nulos y vacíos, y bautizaba de nuevo a los que se unían a la Iglesia. Cuando los herejes habían sido bautizados en la Iglesia pero la habían dejado y deseaban volver en penitencia, no los rebautizaba.

La estrecha definición de Cipriano de la Iglesia le llevó a ciertas inferencias que le convirtieron en el enlace entre su modelo, el rigorista Tertuliano, y la polémica donatista que dividió al norte de África más adelante y que trataba de la eficacia de la misa cuando la pronunciaba un sacerdote indigno.

La mayoría de los obispos norteafricanos se alinearon con Cipriano, y encontró un poderoso aliado en Firmiliano, obispo de Cesarea Marítima. Pero la postura de Esteban logró la aceptación general. Esteban empleó en sus cartas el argumento de la superioridad de la Santa Sede sobre los obispados de la toda la cristiandad. Cipriano contestó que la autoridad del obispo de Roma estaba coordinada con la suya, pero no era superior.

La Enciclopedia Católica de 1911 dice de Cipriano que en la época, la disputa se consideró un asunto de disciplina, y no de doctrina. La Iglesia Católica moderna sostiene que el bautismo realizado por herejes e incluso por ateos es válido si se realiza de acuerdo con las formas católicas. la base de esta doctrina la articuló San Agustín en su conflicto con los donatistas, que emplearon la autoridad de Cipriano en favor de sus tesis.

Persecución de Valeriano

A finales de 256 se emprendió una nueva persecución de cristianos en tiempo del emperador Valeriano, y tanto Esteban como su sucesorSixto II, fueron martirizados en Roma.

En África, Cipriano preparó a los fieles para el esperado edicto de persecución en su De exhortatione martyrii. El 30 de agosto de 257, ante el proconsul romano Aspasius Paternus se negó a realizar sacrificios a las deidades paganas y profesó firmemente su fe en Cristo.

El consul le desterró a Curubios. Tuvo una visión que le anunció su destino. Cuando hubo transcurrido un año fue llamado de vuelta y se le mantuvo prácticamente prisionero en su propia villa, en espera de medidas más severas tras la llegada de un nuevo edicto imperial que ordenaba la ejecución de todos los clérigos cristianos, de acuerdo con los testimonios de los escritores cristianos.

El 14 de septiembre de 258 fue apresado por el nuevo proconsul, Galerius Maximus. Al día siguiente fue examinado por última vez y sentenciado a morir por la espada. Su única respuesta fue «¡Gracias a Dios!». La ejecución tuvo lugar cerca de la ciudad. Una gran multitud siguió a Cipriano en su último día. Se quitó sus prendas sin asistencia, se arrodilló, y rezó. Tras vendarse los ojos fue decapitado.

El cuerpo fue enterrado por cristianos cerca del lugar de la ejecución y sobre él, así como en el lugar de su muerte, se construyeron más tarde iglesias, que, sin embargo, fueron destruidas por los vándalos. Se dice que Carlomagno trasladó los huesos a Francia, y en Lion, Arles, Venecia, Compiegne y Roenay aseguran que poseen reliquias del mártir.

Obra

Además de varias epístolas, que se recopilaron parcialmente junto con las respuestas de aquellos a los que escribía, Cipriano escribió varios tratados, algunos de los cuales tienen carácter de carta pastoral.

Su obra más importante es su De unitate ecclesiae.

Las siguientes obras tienen una autenticidad dudosa: De spectaculis, De bono pudicitiae, De idolorum vanitate,De laude martyrii, Adversua aleatores , De montibus Sina et Sion y la Cena Cypriani. El tratado titulado De duplici martyrio ad Fortunatum no sólo fue publicado por primera y única vez por Erasmo, sino que probablemente también lo compuso y le atribuyó la autoría a Cipriano.

La posteridad ha encontrado menos dificultades en llegar a una visión universalmente aceptada de la personalidad de Cipriano que sus contemporáneos. Combinaba la arrogancia de su pensamiento con la conciencia de la dignidad de su oficio; su vida seria, su abnegación y fidelidad, moderación y la grandeza de su alma han recibido la admiración posterior. Como escritor, sin embargo, no fue en general original o especialmente profundo.

Referencias

Referencia Bibliográfica

Enlaces externos

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