Mostrando entradas con la etiqueta Mateo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Mateo. Mostrar todas las entradas

miércoles, 19 de marzo de 2008

Evangelio Según Mateo

Mateo ha sido llamado el “evangelio judío”, porque muestra particular interés en los asuntos de Israel. Más que ningún otro de los evangelios, tiene un gran énfasis en las profecías del Antiguo Testamento cumplidas en Jesucristo, quien es el Mesías esperado por los judíos.

Introducción acerca de los evangelios

Aunque dedicaremos más adelante un capítulo para hablar de los evangelios, para fines de contexto y mejor entendimiento queremos definir el término evangelio. La palabra evangelio viene del griego euaggelion (euangelion) que significa literalmente “buenas noticias” (eu es “bueno” y “angelos” es mensaje o noticia). La buena noticia comienza con la mala noticia de que somos pecadores, hemos sido hallados faltos ante Dios y debemos arrepentirnos de nuestros pecados porque estamos condenados. La buena noticia es que a pesar de esto, Dios ha hecho provisión y envió a su hijo en rescate por muchos, para que todo aquel que en El cree, no se pierda mas tenga vida eterna. Mateo dice que Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, “enseñando en las sinagogas de los judíos, y predicando el evangelio del reino…” (Mat.4:23; 9:35). De hecho Marcos comienza su evangelio con esta misma palabra, diciendo “Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios” (Mr.1:1)

Los evangelios son más que simplemente biografías de Jesús. Contienen muy poco acerca de su niñez y sus primeros años, no dicen nada acerca de la adolescencia y juventud, y tienen muchos detalles de su última semana de vida en la tierra.

Durante 30 años después de que el Señor resucitó, los apóstoles declaraban las buenas nuevas acerca de Cristo por la predicación verbal. Mientras tanto se coleccionaban algunos escritos acerca de lo que Jesús dijo e hizo. Eventualmente todos estos escritos y el testimonio oral de la gente que lo vio y lo siguió sirvieron para componer en distintos contextos, lo que hoy conocemos como los cuatro evangelios.

Los evangelios constituyeron una buena fuente de respaldo para la predicación apostólica, y con el paso del tiempo fueron aún más indispensables ya que la gente que había testificado sobre estos hechos era cada vez menos por el paso del tiempo.

Cada evangelio tiene sus características que lo hacen diferente el uno del otro, lo cual será estudiado más adelante en otra lección. Mientras tanto debemos agradecer al Espíritu Santo por recordar a los autores las cosas que el Señor hizo y dijo (Juan 14:26) ya que entre los cuatro nos dan una visión comprensiva de Jesús, en lugar de tener una sola fuente, o en lugar de no tener ninguna. Imagínense qué triste sería que tuviéramos todo el Nuevo Testamento con la doctrina apostólica, pero sin saber cómo se cumplió en Jesús la promesa del Padre, y cómo predicó y sanó enfermos y cómo se sintió cuando habitó entre los hombres y cómo le crucificaron, etc., etc. Cada uno de estos retratos en los evangelios, tiene algo importante que aportar al todo. En esta ocasión, veamos el Evangelio según Mateo.

I. Tema central del Evangelio Según Mateo.

“Historia de Jesucristo como el Mesías y Rey esperado por Israel en quien se cumplen las profecías del Antiguo Testamento”.

Es probable que Mateo haya sido colocado como el primer libro del Nuevo Testamento porque este evangelio sirve como un enlace perfecto entre el Antiguo y Nuevo Pacto.

En su narración, Mateo retrata a Jesús como el Mesías, el “ungido de Dios” de quien los profetas habían escrito. Por otra parte, Mateo tiene una estructura bastante clara y organizada que se enfoca en los temas centrales de la predicación de Jesucristo.

Un tema distintivo en este evangelio es “el reino de los cielos”, ya que los judíos esperaban al Cristo Reinante; Mateo narra las parábolas de Jesucristo aclarando estos “misterios del reino” donde se explica que el reino de los cielos era inaugurado inmediatamente con el ministerio del Señor, pero estaría en una etapa de siembra y luego el Señor volverá para la etapa de siega y el juicio final.

II. Autor, fecha en que fue escrito y tiempo que cubre.

El autor

El evangelio de Mateo no nos dice quién lo escribió. La tradición atribuye su autoría a Mateo o Leví y existen documentos de cristianos de principios del siglo II que decían que Mateo, un cobrador de impuestos (publicano) a quien Jesús llamó a ser apóstol, fue quien escribió este evangelio (Mateo 9:9-13; 10:3).

Prácticamente no se sabe nada acerca de él, exceptuando su nombre y ocupación. Después de la lista de apóstoles en Los Hechos (1:13) desaparece del escenario histórico de la iglesia salvo por algunas leyendas acerca de él.

Fecha de escritura y discusión sobre el idioma original

Sobre el momento cuando Mateo escribe o publica este evangelio no hay un consenso, pero es probable que debe ser entre el 65 d.C. y antes del 70 d.C. porque Mateo cita a Cristo profetizando la destrucción del templo de Jerusalén que ocurrió en el 70 d.C. y sin embargo no menciona en Mateo 24 que eso “ya se había cumplido”, o sea que tuvo que ser antes del 70 d.C.

Entre los documentos de los primeros escritores de la Iglesia (Eusebio para el 325DC cita a Papías del 100DC) se dice que Mateo había compuesto en aramaico (un tipo de hebreo) este evangelio y que luego se tradujo al griego. Ireneo declaró antes que Eusebio que Mateo publicó un evangelio escrito entre los hebreos, en su propio dialecto. Muchos piensan que si es cierto que Mateo escribió este evangelio en aramaico, que él mismo lo debió haber re-editado en la versión griega que hoy tenemos porque este evangelio tiene las características de haber sido escrito como original, no las de una traducción de un original arameo. Se han dado los siguientes argumentos para sostener que el evangelio no fue traducido sino escrito directamente en griego:

  • El autor usa mucho el texto de Marcos en griego en una porción considerable del libro.
  • Las citas que hacen Mateo, Marcos, y Lucas es de la Septuaginta (griego)
  • Las citas que únicamente Mateo menciona, son también de la Septuaginta (griego).
  • Existen ciertas construcciones gramaticales que dan a entender que las oraciones fueron construidas en griego, ya que cuando se traduce no se utilizan este tipo de construcciones tan peculiarmente griegas.

Tiempo que cubre

Mateo narra la vida del Señor Jesucristo desde su nacimiento (aproximadamente año 6 al 4 a.C.) hasta su muerte y resurrección (aproximadamente año 26 al 30 d.C.)

III. Destinatarios y propósito

Destinatario

Los evangelios no son como las cartas que especifican su destinatario. Pero es evidente que Mateo escribe su evangelio pensando en una audiencia netamente judía.

Propósito

El único evangelio que describe el propósito para el cual fue escrito es Juan. Mateo no tiene una declaración específica dando la razón de su narración, pero se ve claramente que él tiene en esencia el mismo propósito de los otros evangelistas, esto es, presentar de tal manera a Jesucristo y su obra de manera que sea posible que inconversos lo conozcan personalmente como Señor y Salvador.

En el caso de Mateo, sin embargo, se nota un énfasis en el cual él escribe para convencer a sus compañeros judíos de que Jesús es el Mesías, el Cristo, y por eso cita extensamente el Antiguo Testamento. De ahí que su importancia radica en cómo demuestra el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento acerca del Mesías, en la persona de Jesús.

IV. Contenido

Capítulos

Descripción

1 – 2

Genealogía y nacimiento de Jesús

3

Juan el Bautista

4

Las tentaciones y el comienzo del ministerio de Jesús

5 – 7

El Sermón del Monte

8 – 16:12

Ministerio general, principalmente en Galilea

16:13 – 17:23

La confesión de Pedro y la Transfiguración

17:24 – 18:35

El ministerio final en Galilea

19 – 20

Jesús deja Galilea: el viaje a Jerusalén

21 – 27

La última semana de la vida del Salvador

28

La resurrección y la gran comisión

(Ver Anexo 1 si desea estudiar un bosquejo detallado de Mateo).

V. Resumen del libro

A. La preparación (1 – 4:11)

  • Incluye los relatos de infancia (1-2)
  • El ministerio de Juan (3:1-12)
  • El bautismo y la tentación de Jesús. (3:13 – 4:11)

En los primeros tres capítulos y medio Mateo presenta el significado del linaje humano de Jesús, ya que está escribiendo a judíos que rechazaron a Jesús como Mesías. La genealogía enumera los progenitores de Jesús hasta Abraham. Mateo quiere demostrar a sus lectores que “Jesús es el Hijo de David, y es hijo de Abraham, en otras palabras, el cumplimiento del pacto hecho a Abraham y a David.”

(Recordemos que el pacto hecho por Dios con su pueblo es esencialmente “yo seré a ellos por Dios y ellos serán mi pueblo”. Esa promesa vendría según la Escritura, de la simiente de Abraham, y de la casa de David. En el caso de David, la profecía habla de que el trono de David será eterno, haciendo clara alusión al trono que tendría el Mesías, como descendencia de David. Mateo demuestra por la genealogía, que Jesucristo viene de la tribu de Judá, de Booz y Ruth la moabita, que fueron los abuelos de David, y siguiendo más atrás, dice que es hijo o descendiente de Abraham. De hecho, Mateo relata mucho más adelante sobre la pregunta que el Señor le hace a los escribas y fariseos respecto a David? “Si el Mesías es hijo de David, por qué David le llama ‘Señor’?)

B. El ministerio en Galilea (4:12 – 18:35)

El ministerio público de Jesús comienza en Galilea predicando el arrepentimiento (Mat.4:12 – 17, ver Mapa)

  • Narra que Jesús utiliza Capernaum como centro de operaciones desde donde inicia su ministerio predicando el arrepentimiento. (4:12-25)
  • El Sermón del Monte (5 – 7). Aquí el Señor contrasta las leyes del Reino de Dios con las leyes interpretadas por los fariseos. Es importante aclarar que el Sermón del Monte no es un mapa que nos conduce a la salvación, sino que más bien es un espejo de un creyente, súbdito del Reino de los cielos.
  • Los capítulos 8 – 16 se concentran principalmente en el ministerio de Cristo en Galilea. El capítulo 13 contiene una parte importante de las parábolas del reino.
  • Del capítulo 17 al 18 tratan de la parte final del ministerio de Cristo en Galilea. Deja el norte y procede hacia el sur en su camino a Jerusalén y a la cruz.

C. El ministerio en Judea y Jerusalén (19:1 – 28:15)

  • En su camino a Jerusalén hacia el sur Cristo prepara el corazón de sus discípulos para lo que iba a suceder (20:17-19) especificando que sería crucificado.
  • Explica que su muerte aunque aparentemente trágica, es en realidad un acto de servicio y de vida eterna para muchos. (20:28).
  • El capítulo 21 presenta el inicio de la última semana de la vida terrenal del Señor Jesucristo con la entrada triunfal en Jerusalén, cumpliendo la profecía citada por Mateo de Zacarías 9:9.
  • Las enseñanzas de Jesucristo en esa última semana son fuertes y penetrantes y sus ayes en el capítulo 23:37-39 terminan con un lamento de profunda compasión.
  • Los capítulos restantes (26 – 28) tratan de la culminación de todas las profecías del Antiguo Testamento, para lo cual vino el Salvador. El tiene el control, y tiene poder sobre la muerte, la cual, no lo pudo retener en la tumba, y él resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras, para justificar a muchos llevando sus iniquidades.

D. La gran comisión (28:16-20)

El epílogo de Mateo concluye con la gran comisión que dejó el Señor luego de resucitar para que sus apóstoles fueran a todo el mundo predicando el evangelio, bautizando a los que creyeren y haciendo discípulos en todas las naciones, guardando todas sus palabras hasta que El vuelva.

VI. Peculiaridades

A. Palabras claves o ideas características

  • Mateo es el evangelio de la Iglesia. Es el único que menciona la Iglesia (16:18; 18:17).
  • Mateo es el evangelio del Reino. La enseñanza del REINO DE DIOS es dominante y el término utilizado es “el reino de los cielos”. La escatología ocupa un lugar destacado sobre todo en las parábolas y en el discurso de las últimas cosas (24-25; 28:20).
    • Sobre el Reino de Dios

1. El trasfondo de las parábolas de Mateo 13.

· “Revelar los misterios del reino” Mateo 13:10-11.

· Juan el Bautista. Mateo 3:1-12; 11:1-6

2. La enseñanza de Jesús: las dos etapas del reino de Dios.

· El misterio: Dos etapas, una de siembra y otra de siega. Mat.12:24-30; 36-43

· “Los justos y los injustos deben cohabitar en este mundo hasta el día del juicio”. v.30 “dejad crecer lo uno y lo otro hasta la siega”.

· Mat. 13:1-9; 18-23: La parábola de los cuatro terrenos (sembrador) (siembra y siega)

· Mat. 13:24-30 La parábola del Trigo y la Cizaña (siembra y siega)

· Mat. 13:31-33 La Parábola de la Semilla de Mostaza y de la Levadura (crecimiento)

· Mat.13:44-46 La Parábola del Tesoro y de la Perla (el reino es un tesoro escondido)

· Mat.13:47-50 La parábola de la red (reunión y separación)

  • Mateo es el evangelio del Rey. La majestad real y la autoridad de Jesús el Cristo son declaradas (25:31-46; 28:18-20), así como su preeminencia sobre las instituciones de Israel:
    • El es mayor que la Ley (5:21-22, 27-28)
    • El es mayor que el sábado (Hijo del Hombre es mayor que el día de reposo) (12:8)
    • El es más que el templo (“os digo que uno mayor que el templo está aquí”) (12:6)
    • El es más que los profetas (“He aquí más que Jonás”) (12:41)
    • El es mas que el rey (“he aquí más que Salomón”) (12:42)
  • Mateo es el evangelio de los discursos. La enseñanza del Señor tiene una prominencia especial en este evangelio. Registra el contenido de varios discursos específicos de Jesús:
    • El Sermón del Monte (5:3 – 7:27)
    • Instrucciones a sus discípulos antes de su misión (10:5-42)
    • Parábolas del reino (13:3-52)
    • Las obligaciones del discipulado (18:3-35)
    • El discurso escatológico (24:4 – 25:46)
  • Mateo es el evangelio de los judíos. Es el más interesado en citar el cumplimiento de las profecías del AT.

Mateo escribió de manera peculiar pensando en los judíos, y por eso cita el Antiguo Testamento 53 veces, comparado con 36 de Marcos, 25 de Lucas, y 20 de Juan.

La frase que leemos en Mateo 1:22 “Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta” se repite muchas veces en la medida que él trata de convencer a los judíos, que estaban muy familiarizados con el Antiguo Testamento, de que Jesús era el cumplimiento de las antiguas profecías.

Es interesante el rol que jugó la Septuaginta, la traducción del Antiguo Testamento hebreo hacia el griego (traducida del 285 al 246 a.C. durante el reinado de los griegos ptolomeos), ya que a pesar de ser una copia traducida, fue la más utilizada por los autores del Nuevo Testamento para citar la Escritura del Antiguo. Aún el Señor Jesucristo cita mucho la Septuaginta. Mateo citó algunos pasajes de los textos hebreos, pero la mayoría de citas es de la Septuaginta.

  • Una palabra muy repetida en este evangelio es la palabra “Padre”. Jesús habla repetidamente de Dios como Padre.

B. Grandes eventos

  • Nacimiento de Jesús (1)
  • Bautismo de Jesús (3)
  • La tentación de Jesús (4)
  • La transfiguración (17)
  • La entrada de Jesús a Jerusalén (21)
  • Juicio y crucifixión (26-27)
  • Resurrección de Jesús (28)

C. Pasajes famosos

  • El Sermón del Monte (5-7)
    • Las bienaventuranzas (5:3-12)
    • Ama a tus enemigos (5:43-48)
    • La oración del Señor (6:9-13)
    • Primero lo primero (6:25-34)
    • Pedir, buscar, llamar (7:7-11)
    • La puerta estrecha (7:13-14)
    • No todo el que me dice “Señor, Señor” (7:21-23)
    • Las dos casas (7:24-27)
  • “Venid a mí y descansad” (11:28-30)
  • Las parábolas del reino de Dios (13)
    • La parábola del sembrador (13)
  • La gran declaración de Pedro (16:13-19)
  • Predicción sobre destrucción Jerusalén (24)
  • La parábola de las vírgenes (25)
  • La parábola del juicio final (25:31-46)
  • La gran comisión (28:16-20)

FUENTE:

IGLESIA BIBLICA DEL SEÑOR JESUCRISTO
http://www.ibsj.org/articulos.php?ncategoria=16&id_art=62

Signos de la Iglesia en Mateo 16:13-20

Signos de la Iglesia en Mateo 16:13-20

por Carlos Caso-Rosendi


Nota:

Este trabajo es realizado desde la óptica del pensamiento de la fe católica romana.

Paulo Arieu

Inicio:

No podemos escapar a la poderosa y simétrica imagen que revela esta parte de la Escritura.

Son muchos los desacuerdos —fuera de la Iglesia Católica— sobre la verdadera interpretación de Mateo 16,13-20. En este escrito (primero de una serie de tres) intento resumir los antecedentes que Mateo presenta antes de llegar a ese momento culminante de los Evangelios. Quiero enumerar entonces los signos que apuntan a la Iglesia usando todo el Evangelio de Mateo y sin reducirnos a estos pocos versos del capítulo 16. Sin embargo quiero concentrarme primero en el rico tapiz de signos que Dios nos presenta en los breves versículos de Mateo 16, 13-20.

Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: "¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?". Ellos le respondieron: "Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas". "Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy?". Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo". Y Jesús le dijo: "Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo.Y yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo".(16, 13-20)

Se nos haría escaso el tiempo y el espacio para exponer las variadas interpretaciones de este pasaje que han surgido fuera del catolicismo. Por el contrario muchos comentaristas y exegetas católicos han expuesto este pasaje a través de los siglos entendiéndolo de la misma manera: este es el momento clave en que Israel se transforma en la Iglesia. Ha llegado el dia que el universo entero esperaba, la revelación del Mesías a Israel y el comienzo de la reconquista del mundo perdido en el Edén. Implícitos en estos pocos versículos estan: la divinidad, la muerte y la resurección del Cristo, su identidad mesiánica, la divina revelación de la verdad al cuerpo apostólico, la apertura de Israel a las naciones y la autoridad sobrenatural que desde entonces recibe Pedro para obrar en nombre de Cristo.

Desde el protestantismo se impugna este entendimiento con argumentos variados. Reflexionando sobre esta controversia se me ocurrió que un tema tan importante no puede haber sido tratado por San Mateo de manera tan sucinta. Releyendo su Evangelio he notado últimamente que el autor construye, por asi decirlo, un crescendo en los capítulos anteriores que lleva gradualmente a estos momentos culminantes como ser la revelación de Jesús como el Mesías, la institución de la Eucaristía y el Sacrificio del Calvario.

Se nota tambien que Mateo nos provee con detalles que resultan útiles para argumentar a favor de la fe cristiana en un ambiente judaico. Por ejemplo, ya desde el momento en que presenta la genealogía de Jesús, el autor menciona especialmente a varias mujeres: Tamar (1,3) Rahab (1,5) Ruth y Berseba a quien nombra indirectamente como “la esposa de Urías” (1,6) a pesar de ser ella la primera reina de Israel. Este método es inusual ya que los hebreos no acostumbraban a nombrar mujeres en la línea genealógica de un personaje importante. Para el observador con un buen manejo de la historia sagrada no es difícil advertir que estas mujeres tienen —en mayor o menor grado— antecedentes escabrosos. Tamar se entrega a su suegro Judá, fingiendo ser una ramera (Genesis 38,1-30). Rahab es una prostituta canaanita (Josué 2,1-3). Ruth se ofrece a Boaz en forma mas bien directa con la buena intención de levantarle descendencia a su esposo muerto (Ruth 3, 6-9) Y Berseba da a luz a Salomón luego de que David cometiera adulterio y asesinato mientras procura sus favores (2 Samuel 11:1-27).

La razón para incluir esos nombres me parece obvia. Muchos judíos conocían de oídas el misterioso origen de Jesús de Nazareth y estamos seguros que la mayoría asumía que Jesús era el resultado de una relación extramarital. Eso parece ser lo que insinúan los opositores de Cristo cuando le dicen “nosotros no somos nacidos de fornicación” (Juan 8,39-42). Mateo resalta estos casos adrede para mostrar que Dios obra en el contexto de la debilidad humana y que el Cristo esperado se oculta tras estos humildes y hasta escandalosos antecedentes.

Finalmente cuando Mateo se refiere al padre putativo de Jesús no lo llama simplemente por su nombre sino que lo llama “José, el esposo de María” (1,16) Aqui vemos que María —en contraste con Berseba— es nombrada como si tuviera mayor importancia que José ya que la expresión posesiva tiene como objeto al esposo y no a la esposa, algo realmente inusual y hasta chocante en la cultura del primer siglo.

Esto me recuerda a la broma que hizo una vez John Kennedy, entonces Presidente de los Estados Unidos, quien en una conferencia de prensa, se presentó jocosamente a sí mismo como “el hombre que acompañó a Jacqueline Kennedy en su viaje a París” [1] luego de regresar con su esposa de una exitosa gira de buena voluntad por los países europeos. Al presentar así a la madre de Jesús, Mateo no estaba simplemente bromeando o afirmando la popularidad de María sino su importancia.

Presento este análisis de los primeros versos del Evangelio para resaltar algunas características del estilo de Mateo, a saber; que siempre asume en el lector un conocimiento profundo de las escrituras y tradiciones hebraicas. Tambien utiliza hábilmente el contrapunto. Por ejemplo, al no nombrar a Berseba la reina directamente y sin embargo en contraste, mencionar a María una humilde muchacha judía, revirtiendo el orden convencional de pertenencia (1,16) en un giro comparable (en nuestra cultura) a llamar a un esposo por el apellido de la esposa.

Como veremos, Mateo utiliza con habilidad estos recursos para presentar en un solo relato la vida de Jesús y tambien la idea que Jesús tiene de la Iglesia que viene a fundar. Por ser Mateo el que hace la presentación mas “hebraica” del Evangelio, nos es útil para ahondar en el misterio de la Iglesia que Cristo presenta en sus parábolas resaltando diferentes facetas. En suma, Cristo viene a salvar a Israel y al mundo. Es justamente por eso que Israel debe realizarse en la Iglesia para alcanzar su destino universal (John 4:22).

Decíamos antes que Mateo nos lleva en un crescendo de tensión hasta el momento en que Jesús se revela a los doce como el Mesías. Para entender este desarrollo y ver a dónde nos dirige el evangelista debemos recapitular brevemente el momento en Cesarea de Filipo en que el Mesías se declara como tal ante los doce.

En otras ocasiones hemos mencionado los contrastes que se hacen evidentes al contemplar el cuadro con los ojos de un judío de la época. Allí están los doce apóstoles, tal como si fueran representantes de las doce tribus de Israel. Simón (Pedro) es el que resulta elegido para declarar la mesianidad de Jesús. Creo que a un hebreo no se le escaparía el detalle de que Jesús es hijo de José y que el padre de José, presentado en la genealogía de Mateo, es un hombre llamado Jacob. Asi que allí tenemos una reproducción de los nombres ancestrales con ciertas características: Jacob, José; otro a quien Dios le habla en sueños y que es exilado en Egipto como el José original (2,13; 2,19).

Simón por su parte es tambien el nombre del hermano carnal de Leví, el primero en el orden de la herencia sacerdotal [2] y tambien el hermano que José retiene en Egipto como prenda (Genesis 42, 24). También Simón Pedro es hijo de un hombre llamado Jonás, lo cual nos conecta a la idea de que la Iglesia es hija de la Resurrección. La resurrección el signo prometido por Jesús y tipificado en la historia de un profeta que lleva el mismo nombre que el padre de Simón Pedro quien tambien es pescador, para mayor coincidencia (4, 18-20).

La escena, considerada desde el punto de vista de los nombres es ya altamente sugestiva y evoca los principios patriarcales de Israel con mucha fuerza. La imagen de los hijos de Israel rodeando al visir de Egipto (su hermano José a quien no han reconocido) viene fácilmente a la mente. En este caso ambos (José, el visir y Jesús, el Mesías) deben revelar a sus hermanos una identidad secreta. Asi como los hermanos de José van a Egipto en busca de pan, tambien están estos hombres destinados a recibir de Jesús el “pan del cielo” en la Eucaristía de la Iglesia por venir.

Jesús usa una fórmula muy parecida a la de Isaias capítulo 22, 15-25 para nombrar a Simón Pedro como mayordomo de su casa real restaurada. [3] De esa manera indica que El es el rey de Israel para siempre (Mateo 16, 37) y Pedro es el mayordomo o visir de la casa real que El mismo restablece a partir de ese momento.

Admito que todos estos paralelos son abrumadores y para apreciarlos se requiere una cierta destreza en el manejo de la historia sagrada hebrea. Entrenada en la disciplina del pensamiento occidental, nuestra mente se resiste a aceptar todas estas coincidencias y contrapuntos que no parecen seguir una estructura ordenada. Sin embargo, en su misma abundancia, estas coincidencias invitan a la mente hebrea a meditar en el cuadro. La mentalidad oriental se siente atraída al contemplar este rompecabezas místico y discierne, en esa misma complejidad, que estos enigmas revelan y ocultan a la vez un mensaje divino que debe ser descifrado. Ese mensaje divino es el destino de Israel que debe tranformarse en Reino e Iglesia universal por obra de Jesús, su nuevo Rey y Sacerdote.

Pero hay algunas otras interesantes contraposiciones que se hacen ver en estos breves versos. Una de ellas puede ser no muy aparente para los que no dominan el arameo original de la conversación entre Jesús y sus discípulos. Me refiero al nombre que Jesús le da a Simón: Kepha (roca, piedra, promontorio rocoso). Aparte de ser un nombre original, Kepha, es muy sugestivo. Sólo Abraham es comparado a una roca en el Antiguo Testamento (Isaías 51:1). Para continuar con el tema del relevo de Leví por este Simón-Kepha, Jesús pareciera contrastar fonéticamente el nuevo nombre de Simón Pedro con el nombre del Sumo Sacerdote de ese año: Kaiphás.

Sabemos que Kaiphás no era Sumo Sacerdote de acuerdo al orden establecido por Dios, sino que es impuesto en ese cargo por el procurador romano en lugar de su suegro Anás. Esta medida política intentaba prevenir la existencia de un líder religioso que rigiera de por vida y pudiera resultar inconveniente a los intereses romanos y hasmoneos. El año de la muerte de Jesús es el turno de Kaiphás de servir como Sumo Sacerdote (John 11, 51).

Kaiphás es impuesto como sacerdote a Israel por César en la misma Jerusalén ¿Será por eso que Jesús elige Cesarea de Filipo—un lugar nombrado en honor a César—para nombrar a su propio vicario? El contraste es interesante: los romanos nombran a Kaiphás como Sumo Sacerdote en Jerusalén. Cristo nombra a Kephas como Sumo Sacerdote en Cesarea. Luego los romanos destruyen Jerusalén pero Cristo conquista a Roma en un sentido místico. El Imperio Romano desaparece, la Iglesia de Cristo permanece, en Roma.

Agreguemos a esto que los nombres son simétricamente opuestos: en arameo Kephas significa roca o promontorio rocoso. Kaiphás en cambio significa valle o depresión en el terreno. Teniendo significados opuestos ambos nombres suenan casi igual. La imagen que los nombres nos presentan es inescapable. Leví debe ceder su puesto a Simón, Kaiphás debe allanar el camino a la nueva realidad que es la Iglesia de Cristo entregada a Kephas. El nuevo sacerdocio llevará desde entonces el mensaje de Dios al mundo entero y curiosamente presidirá la expansión de Israel desde la misma ciudad de César: Roma (Romanos 1, 1-7).

No podemos escapar a la poderosa y simétrica imagen que esta situación revela y de paso, es imposible reconciliarla con la imagen protestante de la iglesia restaurada por Lutero (o cualquiera de los otros que hacen el mismo reclamo) y aun menos con la imagen de una iglesia invisible cuyos fieles solo Dios conoce.

Referencias

[1] It was the extraordinary warm welcome afforded to the French-speaking Mrs. Kennedy during her visit to Paris in May 1961 that prompted President Kennedy’s remark, “I do not think it altogether inappropriate to introduce myself… I am the man who accompanied Jacqueline Kennedy to Paris, and I have enjoyed it.” John F. Kennedy Library and Museum. Historical Resources, Jacqueline Kennedy in the White House.

[2] Los hijos de Jacob por Lea, su primera esposa, son: Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar y Zabulón.

[3] Contra Sebná, el mayordomo de palacio: 15 Así habla el Señor de los ejércitos: "Ve a encontrarte con ese intendente, Sebná, el mayordomo de palacio, 16 que talla su sepulcro en la altura y se cava una morada en la roca. ¿Qué tienes y a quién tienes aquí, para tallarte aquí un sepulcro? 17 Mira que el Señor te arroja de un solo golpe, hombre fuerte; te envuelve bien envuelto, 18 te ata fuerte como un ovillo y te arroja como una bola a un país de vastas dimensiones. Allí morirás, y allí irán a parar los carruajes que eran tu gloria, ¡tú, deshonra de la casa de tu señor! 19 Yo te derribaré de tu sitial y te destituiré de tu cargo. 20 Y aquel día, llamaré a mi servidor Eliaquím, hijo de Jilquías; 21 lo vestiré con tu túnica, lo ceñiré con tu faja, pondré tus poderes en su mano, y él será un padrepara los habitantes de Jerusalén y para la casa de Judá. 22 Pondré sobre sus hombros la llave de la casa de David: lo que él abra, nadie lo cerrará; lo que él cierre, nadie lo abrirá. 23 Lo clavaré como una estaca en un sitio firme, y será un trono de gloria para la casa de su padre. 24 De él estará suspendida toda la gloria de la casa de su padre: retoños y gajos, todos los vasos pequeños, desde las tazas hasta las vasijas de todas clases. 25 Aquel día –oráculo del Señor de los ejércitos– cederá la estaca clavada en un sitio firme, se quebrará, caerá, y la carga que estaba sobre ellaserá destruida, porque ha hablado el Señor. (Isa. 22, 15-25) NBJ

Buscar este blog