miércoles, 31 de diciembre de 2008

Christopher Hitchens

Christopher Hitchens

Christopher Hitchens

Christopher Hitchens, 2007

Nacimiento13 de abril de 1949 (59 años)
PortsmouthInglaterra
OcupaciónEscritor, periodista.
NacionalidadReino Unido y Estados Unidos.

Christopher Hitchens (nacido en 1949 en PortsmouthReino Unido) es un escritor y periodista residente en Washington, EE.UU.

Licenciado en Filosofía, Ciencias Políticas y Economía por el Balliol College de Oxford. Tras escribir durante 20 años en el semanario estadounidense The Nation, oponiéndose a las administraciones de Reagan y Bush padre, así como a la primera guerra del Golfo, se despide en 2003 por diferencias de opinión con la dirección de la revista.

Con relación a su libro The Trial of Henry Kissinger (Juicio a Kissinger), el diario británico The Guardian escribió: "En su nuevo y explosivo libro, Christopher Hitchens explica por qué Henry Kissinger, venerado como un jefe de estado, invitado y admirado por los grandes de este mundo, debe ser procesado por crímenes contra la humanidad".

Christopher Hitchens se muestra contrario al aborto (“un niño no nacido no es un tumor ni un apéndice”), pero favorable a la píldora abortiva RU 486.1

Es hermano de Peter Hitchens, también periodista pero de marcada ideología conservadora.

Obras 

Notas 

 Newsweek, Pro-life atheists

HITLER ADOLF

HITLER ADOLF (1889-1945)

(Brannau-am-Inn, Austria, 1889-Berlín, 1945)

HITLER ADOLF (1889-1945)
(Brannau-am-Inn, Austria, 1889-Berlín, 1945)

Político alemán de origen austriaco. De niño demostró una gran inteligencia, así como un carácter obstinado. En 1905 Adolf Hitler abandonó la escuela secundaria para ir a Viena, con la intención de ingresar en la Academia de Artes y convertirse en pintor; rechazado en el examen de ingreso, decidió Hitler no regresar a Linz, donde vivía su madre, y quedarse en Viena viviendo una existencia bohemia.

La estancia en la capital del Imperio Austrohúngaro marcó profundamente su vida y su pensamiento, al ponerlo en contacto con los círculos pangermanistas y antisemitas de esa ciudad. En 1913 Adolf Hitler marchó a Munich, donde se hallaba al inicio de la Primera Guerra Mundial. Se alistó en el ejército alemán y se distinguió en acción en el frente occidental, lo que le valió la Cruz de Hierro de Primera Clase.

En la fase final de la guerra Hitler resultó afectado por un ataque con gas, y se encontraba aún convaleciente cuando se firmó el armisticio. La derrota de Alemania representó un duro golpe para Hitler, quien, como muchos alemanes, pensaba que aquello sólo podía deberse a una «puñalada por la espalda» de los políticos. Por ello dedicó sus energías a destruir a la naciente República de Weimar, a la que culpaba de todos los males de Alemania.

Hitler se afilió al pequeño Partido de los Trabajadores Alemanes, del que asumió el poder rápidamente, para convertirlo en el Partido Nacionalsocialista Alemán del Trabajo (NSDAP), el partido nazi. Los nazis empezaron a ganar fuerza en la turbulenta política alemana de principios de los años veinte y pronto se vieron involucrados en diferentes complots para derribar el gobierno, hasta el fallido intento de golpe de Estado conocido como el putsch de 1923.

Los dos cabecillas de la intentona, Hitler y Ludendorff, fueron detenidos y juzgados; las penas, empero, fueron muy leves, y Hitler aprovechó la reclusión para escribir Mein Kampf, libro en el que condensaba todo su pensamiento político. La situación de marginalidad del partido nazi cambió súbitamente con la crisis económica de 1929, que le hizo ganar tantos votos provenientes de las clases medias, que se convirtió en el segundo partido de Alemania. En 1933, Hitler fue nombrado canciller con el apoyo de los partidos de derechas.

Ya en el poder, Adolf Hitler se apresuró a poner en práctica su programa político basado en el control de todos los aspectos de la vida pública por los nazis, al tiempo que vaciaba de contenido las instituciones democráticas, rearmaba al ejército e iniciaba una campaña contra los judíos. Su agresiva política exterior, que buscaba recuperar los territorios arrebatados a Alemania a raíz de la firma del tratado de Versalles, incrementó la tensión internacional hasta el punto de conducir a la guerra, cuando Alemania invadió Polonia en septiembre de 1939.

Al principio Hitler se benefició de la neutralidad soviética, que le permitió concentrar sus fuerzas contra Francia y el Reino Unido. En 1940, el ejército alemán aplastó a Francia después de haber ocupado Bélgica, Holanda, Dinamarca, Noruega y Polonia, pero la incapacidad de la aviación germana de doblegar a los ingleses lo indujo a atacar a la Unión Soviética para hacer realidad su sueño de erigir un Imperio Alemán en el este. El ataque contra los soviéticos comenzó en 1941 y, a pesar de un avance inicial rápido y victorioso, la gran ofensiva fue detenida finalmente a las mismas puertas de Moscú.

La guerra contra la URSS se convirtió en un descalabro, y Hitler decidió asumir personalmente el mando del ejército. En 1944, poco después del desembarco aliado en Normandía, Adolf Hitler sufrió un atentado, organizado por sectores descontentos del ejército, del cual salió con algunas heridas leves. La represión que luego siguió contra los conspiradores fue implacable. La desesperada situación de Alemania a finales de 1944 no disuadió a Hitler ni a los demás jerarcas nazis de continuar el genocidio sistemático contra los judíos, que se cobraría millones de víctimas. Cuando las tropas soviéticas entraban ya en Berlín, Adolf Hitler se suicidó junto con su amante y secretaria Eva Braun, con quien había contraído matrimonio horas antes, el 30 de abril de 1945.

LAS MUJERES DE HITLER:

Para Ver Fotos De Sus Mujeres Visita: http://www.editorialbitacora.com/armagedon/mujeres/mujeres.htm

Cada 18 de septiembre Adolf Hitler depositaba un ramo de flores a los pies del cuadro de su sobrina Geli, que en 1931 se había suicidado en el piso de Hitler situado en Prinzregentenstrasse, Munich. Aquel golpe del destino fue terrible para el futuro líder de la Alemania nazi. Hitler intentó seguirla en la muerte, pero su fiel amigo y secretario Rudolf Hess pudo quitarle la pistola de las manos en el último minuto.

Angela Raubal, Geli como sería conocida, era hija de Angela, la hermanastra de Hitler, y era 20 años más joven que él.


 

Retratos de Geli

En el verano de 1925 pesaba sobre Hitler la prohibición de hablar en público, así que se dedicó exclusivamente a escribir. Se retiró a la montaña, alquilando una castillo en Obersalzberg, Berchtesgaden. Invitó a su hermanastra viuda para llevarle la casa. Angela se trasladó desde Austria y su hija Geli tuvo la ocasión de conocer a su tío, por aquel entonces ya famoso.

Geli se convirtió en su gran amor, tan pronto como Hitler disponía de tiempo libre corría para estar a su lado. Pero la relación con Hitler no era fácil; los celos la acompañaban a todas partes cortándole toda iniciativa y libertad.

El tiempo pasado al lado de Geli marcó la vida de Hitler. Su dolor fue tan profundo que selló Su habitación en Prinzregentenstrasse. Sólo su ama de llaves, Anny Winter, y él entraban en ella. Corrieron rumores de que el suicidio de Geli se debió a un embarazo no deseado, pero el historiador Werner Maser demostró que no existen razones para pensar que Hitler tuviera algo que ver en el suicidio de Geli.

Pese a estar locamente enamorado de ella en 1929 Hitler mantuvo relaciones, por lo menos, con otras dos mujeres. A las dos las conoció en el estudio de su amigo y fotógrafo personal Heinrich Hoffmann. Hitler tuvo que ponerse a salvo de las trampas tendidas por la joven, bonita y algo opulenta Henriette, hija de Hoffmann y más tarde esposa del jefe de las Juventudes Hitlerianas, Baldur von Schirach. Henriette intentó conquistar por todos los medios posibles a Hitler, haciéndole de paso rabiar a Eva Braun, empleada de su padre. Hitler salió con ella en varias ocasiones, pero nunca le prestó demasiada atención, decantándose por Eva con la que cada vez pasaba más tiempo.

La discreta Eva, tras la muerte de Geli, fue ganándose poco a poco el afecto de Hitler. Para ello no dudó en obedecerle sin protestar. No fumaba en su presencia y sólo bailaba a escondidas. Pasaba largas temporadas a solas pudiendo disfrutar de su afición al deporte, especialmente a la natación y el esquí.

Eva no pasó de ser una sombra a la que Hitler recurría. En su diario llegó a escribir: “... sólo me necesita para una cosa”. En su soledad los celos se apoderaban de ella; y no le faltaban motivos. Una de sus rivales fue Unity Walkyrie Mitford, hija de lord Redescale y cuñada del jefe del partido fascista británico. Su competidora, divida interiormente entre Inglaterra y Alemania, terminó pegándose un tiro cuando las dos potencias entraron en guerra. No murió, pero su vida se apagó en 1948 tras sufrir los daños causados por la bala en su cerebro.

Hitler no era precisamente un conservador en muchos aspectos de la mujer. El 1 de marzo de 1942 dijo: “Una muchacha que tenga un niño y cuide de él es para mí más importante que una solterona. Los prejuicios sociales están en franco retroceso. La naturaleza se abre paso. Estamos en buen camino”. No era partidario del matrimonio y pensaba que los hombres debían dejar su huella en cada mujer. Al ser fiel a sus palabras Eva Braun se vio obligada a soportar toda una serie de infidelidades.

Antes de llegar al poder, junto con sus amigos, Hitler se divirtió en fiestas y celebraciones. Joseph Goebbels le acercó al mundo del teatro y el cine. Las aventuras con actrices famosas comenzaron. La rubia, alegre y exuberante Gretl Slezak, hija del cantante de opera judío Leo Slezak, fue la primera de ellas. Goebbels también le presentó a la hoy legendaria Leni Riefenstahl, quien después de su ascenso al poder gozó del favor incondicional de Hitler, filmando las películas “Der Sieg des Glaubens” y “Der Triumph des Willens” recibiendo el premio nacional de cinematografía. Por deseo incondicional del Führer también filmó los Juegos Olímpicos de 1936.

Leni siempre ha negado que mantuviera relaciones sexuales con Hitler; algo que también afirmó Mady Rahl, aunque en los círculos artísticos de Estados Unidos fueron declaradas “favoritas” de Hitler, perdiendo con ello todo el mérito de su trabajo.

Adolf Hitler tuvo un atractivo especial para las mujeres, pero curiosamente no todas en el aspecto sexual. Hitler llamó a estas relaciones “afecto de madre” y curiosamente así ocurrió. Algunas de ellas, después de 1945, siguieron afirmando que lo mantenían sobre el dictador nazi. Helene, esposa del mundialmente famoso fabricante de pianos Bechstein, quedó fascinada por Hitler y le presentó a sus amistades. Incluso consiguió que su marido prestara dinero al partido nacionalsocialista. De este grupo de mujeres Hitler consiguió voluntariamente diversos objetos de valor que empeñaba cuando corrían malos tiempos.

Pero volviendo a la cuestión sexual, la lista de mujeres ricas que se enamoraron hasta la histeria de Hitler es muy larga. Por su extraordinaria belleza cabe destacar a Inga Ley, mujer de Robert Ley, jefe del Frente Alemán del Trabajo, y María Reiter-Kubisch, hija de uno de los fundadores de la socialdemocracia en Berchtesgaden. Se conocieron en 1926 y sus relaciones, pese a estar casada, se mantuvieron como mínimo hasta 1938.

Con el paso del tiempo y conforme la guerra fue transcurriendo, Hitler, que siempre le gustaba la compañía de bonitas mujeres, fue apartándose de ellas, quedando únicamente Eva Braun a su lado. La fidelidad de Eva se vio “recompensada” cuando los días del Tercer Reich tocaban a su fin. Hitler se casó con ella por “los muchos años de fiel amistad” El 30 de abril de 1945, según la historia oficial, el matrimonio se suicido. Eva con una ampolla de veneno y Hitler pegándose un tiro en la cabeza.

Para Ampliar El Tema, un poco mas de información:
En pocas ocasiones la memoria colectiva de los pueblos muestra tamaño acuerdo a la hora de juzgar el papel histórico de un personaje como en el caso de Adolf Hitler. Sobre él se han escrito cientos de miles de páginas, y su figura se asimila a la de un dictador asesino responsable de la muerte de millones de personas y encarnación de los más bajos y deplorables instintos humanos. Hitler llevó a su país, y a la práctica totalidad de la población mundial, a la guerra más devastadora nunca conocida, practicando además una política de exterminio y barbarie contra todos aquellos grupos o individuos que la abyecta ideología que representaba tuviera por diferentes y, por ende, inferiores. Nació este personaje en una ciudad fronteriza de la Austria bávara, hijo de un agente de aduanas, Alois, que, en virtud de su ocupación, obligará a su familia a mudar varias veces de residencia, siempre en pequeñas localidades rurales. Su padre era hijo a su vez de la soltera María Anna Schikelgruber, tomando prestado el apellido Hitler de un pariente por considerarlo más honroso. El hecho de que su padre proviniera de una unión ilegítima entre su abuela y un desconocido perturbó siempre los pensamientos de Hitler, ante la posibilidad de tener ascendientes judíos. Durante su infancia, se educa en pequeñas escuelas de pueblo, hasta que pasa a la escuela de Artes y Oficios de Linz. Su infancia distó mucho de ser feliz, siendo objeto de frecuentes palizas por parte de su padre, sólo en parte compensadas por el cariño que su madre, Klara Pölz, le profesaba.

Esta era la tercera esposa de Alois, y tenía veintitrés años menos que él. La complicidad entre madre e hijo era a veces percibida por su padre bajo el prisma de los celos. Persona inteligente, superaba las asignaturas escolares con facilidad, lo que le procuraba cierta tendencia al abandono y la pereza. Quizás por la mala relación con su padre, o por los frecuentes cambios de residencia y colegio, lo cierto es que el niño Hitler no lograba cuajar amistades, teniendo como resultado que se encerrase en sí mismo y en sus sueños como futuro pintor, su afición favorita. Los designios de su padre, por el contrario, iban por otros derroteros, pues deseaba para su hijo una carrera de funcionario.

La controversia fue fuente de frecuentes disputas y discusiones, en las que el joven Hitler no cedía un ápice, al punto que, a modo de rebeldía, dejó de prestar atención a los estudios en la escuela católica de Linz y repitió curso. En 1903 muere su padre, lo que le otorga cierta libertad de movimientos y acción. Algo más tarde, una pulmonía le hace abandonar la escuela en principio hasta su restablecimiento, pero será definitiva. Se dedica entonces a su afición favorita, la pintura, durante dos años, con la ilusión de ser algún día un pintor reconocido. Su intento de ingresar en la Academia de Bellas Artes de Viena se ve abocado al fracaso, aunque, orgulloso y seguro de sus fuerzas, lo intentó un año más tarde. Nuevamente cosechó el mismo resultado. Decepcionado y triste por la muerte de su madre en 1907, se entregó a una vida abandonada y perezosa, en la que sólo las audiciones de Wagner parecían interesarle. Requerido para cumplir el servicio militar, Hitler se escondió en Viena durante tres años para así eludirlo.

El motivo de su actuación no era otro que su deseo de no formar parte de un ejército que consideraba débil y propio de un país en decadencia, alejado de pasadas glorias. Por el contrario, admiraba a la pujante Alemania y su carácter orgulloso, lo que le hizo trasladarse a Munich en 1913. Desde allí envió una carta en la que se excusaba de no hacer el servicio militar, alegando que no tenía medios para subsistir y vivía en la pobreza. En realidad, disfrutaba de una pensión de orfandad, al mismo tiempo que la venta de algunos dibujos le procuraban ingresos adicionales. Sin embargo, aunque no fueron admitidas del todo sus excusas, el tribunal que juzgaba su caso se avino a realizarle un examen médico para poder declararle no apto para el servicio militar, lo que realmente sucedió. Un año más tarde, sorprendentemente, solicita su ingreso como voluntario en el ejército ante el advenimiento de la I Guerra Mundial. En los combates, destaca por su afán de lucha y arrojo. Inscrito en una unidad de choque, en apenas unas semanas sólo quedan vivos 600 de los 3.500 soldados que la formaban.

Su habilidad en la lucha y su obediencia le hacen respetado por compañeros y mandos, quienes en ocasione le encomiendan misiones difíciles como el traslado de mensajes. En octubre de 1916 cae herido de cierta gravedad por un disparo que le atraviesa una pierna, aunque pronto se restablece y regresa al frente tras pasar el invierno convaleciente. Nuevamente en 1918, también en octubre, resulta herido, esta vez tras inhalar gases tóxicos. En su cartilla militar figura la inscripción "gaseado". Pierde temporalmente la visión y es ingresado en el Hospital de Passewalk, donde sufre varias operaciones y fuertes dolores. Durante su convalecencia, puede apreciar que está asistiendo a un mundo en profunda transformación. La revolución ha triunfado en Rusia, instalando allí una doctrina política que personalmente detesta. El viejo y decadente Imperio Austro-húngaro ha desaparecido como consecuencia de la derrota en la Gran guerra, mientras que su admirada y orgullosa Alemania ha sufrido una humillante derrota.

Su análisis de la situación alemana le hace pensar que la derrota se debe a una conjunción de factores, entre los cuales el más destacable es la propia división interna, fruto del régimen de partidos, y la pérdida de los valores tradicionales que encumbraron a Prusia tan solo hacía algunas décadas. Además, el bolchevismo y los "no arios" amenazaban con extenderse por Alemania y el resto de Europa, subvirtiendo el orden "natural" y despreciando todo lo que Hitler valoraba. Por si fuera poco, el final de la guerra le dejaba en una situación de desamparo: en el ejército, en combate, era valorado y se sentía identificado con sus compañeros, con sus mandos y con una causa; fuera de él, se convertía en alguien sin rumbo, anodino. Sin saber qué hacer, se queda en el cuartel de Munich esperando alguna misión, algo que hacer. Finalmente le llega su oportunidad, al serle ofrecido un trabajo como espía y propagandista del ejército. Su misión consistirá en introducirse en los círculos políticos y detectar cualquier posible brote de sublevación. Tras sorprender a los dirigentes del DAP, el Partido Obrero Alemán, el 19 de octubre comienza su carrera política.

Pronto destaca en reuniones y asambleas, diciendo lo que su público quiere oír: la culpa de la postración alemana es de los extranjeros; los comunistas invadirán el país; los partidos políticos desunen y restan fuerza a la nación... El clima social de la posguerra en Alemania roza la paranoia. No se entiende que su poderoso ejército haya podido perder la guerra. Se ven a sí mismo como incomprendidos, incluso envidiados por su "carácter superior". Las reparaciones de guerra impuestas en Versalles son, además, un lastre para la economía de la nación: el marco se devalúa hasta perder casi todo su valor; colas de hambrientos deambulan por las calles; la miseria puede palparse. En estas condiciones, un pequeño partido como el DAP, ultraderechista, antijudío y radical, encuentra un caldo de cultivo propicio para su expansión. Y con él, un personaje como Hitler, capaz de encender a las masas con un discurso tan fácil como deseado. Pronto comienza a captar la atención de grupos diferentes, desencantados con la República y temerosos del comunismo: ultracatólicos, militares, nostálgicos. Se reúnen en secreto, con el objetivo común de devolver a Alemania su puesto como gran potencia europea. Hitler se mueve como pez en el agua, pues los acontecimientos parecen predisponer la situación a su favor. Las reparaciones de guerra ahogan la economía alemana, cuyo gobierno no puede hacer frente a los pagos.

En consecuencia, Francia -la odiada Francia-, invade las cuencas del Rhur y el Sarre, para garantizar el pago de la deuda. Inflación, paro y hambre alcanzan niveles impactantes. Por si fuera poco, la situación política es cualquier cosa menos estable. La débil república, presidida por un socialista, se ve amenazada por una revolución de signo izquierdista, la espartaquista, que a duras penas es controlada. El comunismo avanza entre los alemanes, que ven en él una tabla de salvación. Hitler despliega entonces una actividad frenética, escribiendo discursos y folletos, dando mítines, organizando grupos. Le protegen militares y rusos huidos de la Revolución, a pesar de lo cual sigue careciendo de medios económicos, dependiendo tan sólo de su paga de militar. En 1920 intenta por primera vez tomar el poder. Prepara un golpe de estado junto con von Kapp, que termina fracaso por la indecisión de los generales en principio comprometidos. Condenado a cinco años de prisión en la fortaleza de Landsberg, dedica su tiempo a dictar a Rudolf Hess la primera parte de su libro Mein Kampf (Mi lucha), en la que plasma sus ideas y deseos. Obra autobiográfica, el resentimiento y el antisemitismo atraviesan sus páginas desde la primera hasta la última, exponiendo en ellas además su ideal de una Alemania uniforme, fuerte y temida. También en 1920 forma la NSDAP (Partido Obrero Nacional-Sindicalista), cuya importancia para Alemania será fundamental a partir de entonces. En diciembre de 1924 recobra la libertad. Escocido por el fracaso anterior, adopta por la vía democrática como herramienta de acceso al poder.

El antisemitismo se convierte en una de las principales consignas del partido, siendo muy bien recibida por la opinión pública en general. Por toda Alemania se pueden oír sus discursos o leer sus folletos, desplegando una actividad propagandística incansable. La crisis de 1929, que Alemania sufre especialmente, incrementa el número de seguidores de Hitler. Las empobrecidas clases medias, temerosas del influjo comunista, abrazan el nazismo como una tabla de salvación. En las elecciones de marzo de 1932 Hitler resulta derrotado por Hindenburg, pero sus trece millones de votos le facultan para ser nombrado canciller muy poco tiempo después. El demócratacristiano von Papen se apresta a colaborar con Hitler, pensando que podrá encauzar y moderar sus acciones. Craso error. Las primeras decisiones del nuevo canciller demuestran su voluntad de no someterse a pactos. Tras decretar la realización de un plebiscito en el Sarre sobre la ocupación francesa, consigue expulsar a los franceses. Incumple los acuerdos de Versalles, en especial impulsando la militarización de Alemania, al mismo tiempo que lanza el "Anchluss", la unión con Austria. La subida al poder de un personaje así asusta a los aliados europeos, incapaces de articular medidas que vayan más allá de la "política de apaciguamiento". Es entonces cuando la Sociedad de Naciones revela su ineficacia. Tras llegar al poder, Hitler y sus colaboradores (Himmler, Goebbel, Goering) se encargaron de crear un aparato policial capaz de someter absolutamente a la población y evitar cualquier tipo de disidencia. La Gestapo velará por la "seguridad" del Estado, al mismo tiempo que por la "pureza" de la raza aria. En 1938, su agresiva política exterior le llevará a añadir parte a Alemania parte de Checoslovaquia, cuya integridad estaba garantizada por el Tratado de Versalles. Nuevamente las naciones europeas capitulan ante el formidable despliegue de fuerza alemán. El siguiente paso será Polonia, también protegida por la Sociedad de Naciones y, especialmente, Francia e Inglaterra.

La maniobra de Hitler es inteligente: se acerca a la URSS mediante la firma de un pacto de no agresión, permitiendo que los tanques alemanes traspasen con una rapidez extraordinaria la frontera polaca el 1 de septiembre de 1939. Inglaterra y Francia declaran abiertas las hostilidades: la II Guerra Mundial ha comenzado. Inmediatamente, la Wehrmacht invade Dinamarca y Noruega, tan solo meses después, a las que seguirán Bélgica y Holanda en 1940. El golpe mayor está todavía por venir: el 5 de junio las tropas alemanas entran en Francia, derrotándola en tan solo diecisiete días. Tan solo resiste Gran Bretaña, acosada por la aviación de Göering, quien busca desesperadamente la ayuda de unos Estados Unidos ensimismados en su política de neutralidad. Por el contrario, Italia y Japón se suman a Alemania y forman el Eje. El ataque japonés sobre Pearl Harbour fuerza, ahora sí, la entrada definitiva y sin ambages de Estados Unidos en la guerra. El gran error de Hitler fue, teniendo abierto el frente occidental, abrir otro en el Este.

El ataque sobre la URSS, a pesar de emplear una ingente cantidad de recursos humanos y materiales, se estanca por la tenaz resistencia rusa y finalmente acaba por fracasar estrepitosamente. Hay encima demasiados frentes abiertos, demasiadas fronteras: los Balcanes, África, el Atlántico. A partir de 1943 los acontecimientos empiezan a cambiar de rumbo. El apoyo norteamericano se antoja fundamental para la causa aliada, mientras que los soviéticos inician desde el Este un tremendo contraataque. Además, los aliados, en especial la Italia de Mussolini, más parece ser un lastre que una ayuda, pues no tardará en caer.

El desembarco en Normandía, en 1944, supone el inicio del fin de la aventura Alemana. Las defensas de Rommel, el otrora triunfador en África, nada puede hacer por detener el avance aliado, que parece pugnar con los rusos en su avance hacia Berlín. La situación comienza a ser dramática, al punto que una sublevación por poco acaba con la vida del Fuhrer al hacer estallar una bomba bajo su sillón durante una reunión del Estado Mayor en Berchtesgaden. Hitler ha perdido el control. Se esfuerza en imponer órdenes de resistencia bajo pena de ejecución sumaria, mientras que recluta para su ejército incluso a menores de edad. Encerrado en su bunker, desconfía de sus más íntimos colabores, si acaso sólo en Goebbels y Martín Bormann, testigo éste de su acelerada boda con Eva Braun. La carrera por Berlín prefigura un mundo diferente al término de la guerra. Comunistas y capitalistas se afanan por llegar los primeros, siendo aquellos los primeros en llegar. Hitler no verá este hecho, pues se suicidará unto con Goebbels y Eva Braun el 7 de mayo. Atrás quedan cinco años de guerras y millones de muertos causados por la megalomanía de un dictador, el ensimismamiento de un pueblo y la pasividad del resto de naciones.

CRONOLOGÍA DE ADOLF HITLER
Corría Sangre Judía en Hitler?

1889 Nace el 20 de abril, en Braunau am Inn (Austria).

1914-1918 Sirve como soldado en el Ejército bávaro, durante la I Guerra Mundial. Tan sólo asciende al grado de cabo.

1919 Se une al recién creado Partido Obrero Alemán, pronto rebautizado como Partido Nacionalsocialista Alemán del Trabajo (partido nazi).

1921 Elegido presidente (Führer) del partido nazi.

1923 Encabeza el fracasado putsch de Munich. Sentenciado a cinco años de prisión, sólo cumple ocho meses de condena, durante los cuales escribe Mi lucha. Sale de la cárcel, gracias a una amnistía general, en diciembre de 1924.

1928 El partido nazi obtiene 12 diputados en el Reichstag (Parlamento alemán).

1929 Inicio de la crisis económica mundial conocida como la Gran Depresión.

1930 El partido nazi obtiene 107 diputados en el Reichstag.

1933 Enero: es nombrado canciller. Marzo: el Reichstag traslada todas sus facultades legislativas al gabinete presidido por Hitler.

1934 Tiene lugar la denominada Noche de los cuchillos largos, auténtica purga dentro del propio nazismo.

1935 Inicia el rearme alemán, prohibido por el Tratado de Versalles de 1919.

1936 Envía tropas a la región desmilitarizada de Renania.

1938 Anexión de Austria y de la región checa de los Sudetes.

1939 Firma del Pacto Germano-soviético. Invasión alemana de Polonia. Gran Bretaña y Francia declaran la guerra a Alemania. Comienza la II Guerra Mundial.

1940 Invasión alemana de Dinamarca, Noruega, Países Bajos, Bélgica y Francia. Gran Bretaña evita ser invadida.

1941 Intento de invasión de la Unión Soviética: las fuerzas alemanas son repelidas a las puertas de Moscú. Estados Unidos entra en la lucha contra las potencias del Eje (Alemania, Italia y Japón).

1941-1945 Se intensifica la política de exterminio de la población judía. Más de cinco millones de judíos son asesinados durante el llamado Holocausto, así como un número también significativo de quienes eran considerados por el nazismo como población marginal.

1944 Fracasada conspiración de oficiales alemanes para matar a Hitler.

1945 Deja a un país derrotado y se suicida en su búnker de Berlín, el 30 de abril.

Fuente:

Martín Lutero


Martín Lutero
Teólogo y reformador religioso alemán, precipitó la Reforma protestante al publicar en 1517 sus 95 Tesis denunciando las indulgencias y los excesos de la Iglesia Católica.

Formación

Martín Lutero nació en Eisleben en 1483, hijo de una familia de origen campestre y dueña de una mina.
Atendía la escuela latina en Mansfeld desde 1488, continuando sus estudios en Magdeburgo y luego en Eisenach.
En 1501, empieza sus estudios en Erfurt con la intención de hacerse abogado.
En 1505, tomó una decisión que iba a cambiar el curso de su vida de manera radical. Decidió entrar al monasterio Augustino en Erfurt. Esa decisión, junto a la búsqueda de un Dios de Gracia y la voluntad del mismo, culminó en el desarollo de la reforma de la iglesia.
Las experiencias negativas que Lutero tuvo con los medios eclesiales de gracia, no solo favorecieron la crítica respecto al lamentable estado de las prácticas en la iglesia, sino más bien obligaron a una revisión fundamental de la teología medieval.

En 1507, con 24 años, fue ordenado sacerdote y tres años más tarde viajó a Roma, la capital de la cristiandad; pero este viaje, lejos de ayudarle en su búsqueda espiritual, tuvo para él el efecto contrario al percatarse de la frivolidad y mundanalidad en la que aquella iglesia había caído.

De vuelta a su patria se doctoró en teología en 1512 comenzando a dar clases en la universidad de Wittenberg.

Las Indulgencias

En 1517 aparece en escena un monje dominico, Tetzel, predicador de las indulgencias.
Por medio de la compra de indulgencias, según la enseñanza tradicional, se libraba a las almas recluidas en el purgatorio de los tormentos del mismo.
El dinero obtenido en esta ocasión por este medio sería invertido, a partes iguales, en la erección de la basílica de San Pedro en Roma y en la compra por parte de Alberto de Hohenzollern de un obispado.
Fue entonces cuando Lutero escribió y clavó en la puerta de la iglesia del castillo de Wittenberg sus Noventa y Cinco Tesis.
Este documento fue la chispa que puso en marcha todo un proceso cuyas consecuencias iban a ser de largo alcance.

Su crítica pública contra el abuso de las cartas de indulgencias en 1517 no solo produjo la discusión deseada, sino que además causó la apertura de un tribunal de inquisicón culminando en la excomulgación de Lutero, después de la dieta imperial de Worms, en 1521.
Federico el Sabio organizó un "secuestro" para proteger la vida de Martín Lutero (ver).
Lutero se quedaba en el castillo Wartburg como Doncel Jorge por casi un año, traduciendo el Nuevo Testamento al alemán.

El 15 de junio de 1520 León X publicó la bula de excomunión de Lutero intitulada Exsurge Domine; cuando Lutero la recibió se dirigió al pudridero de la ciudad y, juntamente con el Derecho Canónico, la arrojó a las llamas.
La ruptura estaba consumada. Un fraile había osado levantarse él solo ante todo un sistema religioso de más de mil años de antigüedad, con el solo apoyo de la Palabra de Dios.
En ese mismo año de su condenación Lutero ha escrito incansablemente algunas de sus mejores obras: A la nobleza cristiana de la nación alemana, La cautividad babilónica de la Iglesia y La libertad cristiana.
Lutero viajó a Worms bajo la protección de un salvoconducto y allí, conminado ante Carlos V, a pronunciarse sobre sus doctrinas pronunció las memorables palabras:
"Si no me convencen mediante testimonios de las Escrituras o por un razonamiento evidente (puesto que no creo al papa ni a los concilios solos, porque consta que han errado frecuentemente y contradicho a sí mismos), quedo sujeto a los pasajes de las Escrituras aducidos por mí y mi conciencia está cautiva de la Palabra de Dios. No puedo ni quiero retractarme de nada, puesto que no es prudente ni recto obrar contra la conciencia."
La suerte estaba echada; Lutero se había enfrentado al poder religioso y ahora lo estaba haciendo al poder secular. Las dos grandes instituciones: Iglesia e Imperio no estaban por encima de la Palabra, sino sujetas a ella.

La ruptura mas evidente con los votos monásticos se realizó cuando se casó con la ex monja 
Catarina de Bora, en Junio de 1525.
Ahí, se formó el núcleo principal de la casa parroquial evangélica.
"Después de la Palabra de Dios no hay un tesoro más precioso que el santo matrimonio. El mayor don de Dios sobre la tierra es una esposa piadosa, alegre, temerosa de Dios y hogareña, con la que puedes vivir en paz, a la que puedes confiar tus bienes, tu cuerpo y tu vida."
Después de la guerra de campesinos en 1525, reprobada por Lutero, el reformador promovía la formación de una Iglesia Evangélica territorial con regulaciones eclesiales.

Falleció en Eisbelen, su ciudad natal, en febrero de 1546
Por orden del príncipe elector, Lutero fue sepultado en la iglesia del castillo en Wittenberg.

Su aporte a la lengua alemana

Con su traducción de la Biblia al Alemán, Martín Lutero ganó fama permanente en relación con la unificación del idioma alemán.
Hoy en Día, unos 70 millones de fieles pertenecen a la Iglesia Luterana.
 Inventar un idioma, crear una religión. Lutero fue el primero en potenciar el invento de 
Gutemberg.
Hasta 1534 sólo circulaban traducciones al latín de la sagrada escritura, cuya lectura y estudio estaban destinadas a sacerdotes y eruditos. La traducción de Lutero intentó poner la Biblia al alcance de la población, siguiendo su idea de que cada lector y no la iglesia es responsable de la interpretación de la Biblia.
Para conseguir su objetivo, Lutero inventó una suerte de mezcla entre las características común de los dialectos que por entonces se hablaban en Alemania y el latín y así creó el llamado "alemán puro", un idioma artificial que es la base de la actual lengua alemana.
Lutero publicó su Biblia apenas 60 años después de la invención de la imprenta y con ello se transformó en el primer libro de circulación masiva de la historia y también marcó el inicio de otra revolución: la lectura masiva.

Frases de Martín Lutero
  • El pensamiento está libre de impuestos.
  • La facultad del oído es una cosa sensible: muy pronto se sacia y al poco tiempo se cansa y aburre.
  • Aquel a quien no le gusta el vino, ni la mujer, ni el canto, será un necio toda su vida.
  • La humildad de los hipócritas es el más grande y el más altanero de los orgullos.
  • Tengo tres perros peligrosos: la ingratitud, la soberbia y la envidia. Cuando muerden dejan una herida profunda
  • Aquí estoy, no puedo obrar de otra manera, ampáreme Dios, Amén
  • Una mentira es como una bola de nieve; cuanto más rueda, más grande se vuelve.
  • Aunque el final del mundo sea mañana, hoy plantaré manzanos en mi huerto
  • La guerra es la más grande plaga que azota a la humanidad; destruye la religión, destruye naciones, destruye familias. Es el peor de los males.
  • ...Que debe llenar las manos, lenguas, ojos, oídos y corazones de todos los hombres. La Biblia sin comentarios es el sol que por sí solo da luz a todos los profesores y pastores
  • El corazón de un hombre es una rueda de molino que trabaja sin cesar; se nada echáis a moler corréis el riesgo de que se triture a sí misma
  • La superstición, la idolatría y la hipocresía cuentan con grandes salarios, la verdad es mendiga
  • Cuando Dios construye una iglesia, el diablo construye una capilla
  • No hay más hermosa, amable y encantadora relación para la comunidad que un buen matrimonio.
  • La facultad del oído es una cosa sensible: muy pronto se sacia y al poco tiempo se cansa y aburre
  • Huss ha sido quemado pero no la verdad con él. Iré aunque se dirigiesen contra mí tantos demonios como tejas hay en los tejados
  • En la tierra nada se presta tanto para alegrar al melancólico, para entristecer al alegre, para infundir coraje a los que desesperan, para enorgullecer al humilde y debilitar la envidia y el odio, como la Música.
  • Todo cuanto se hace en el mundo se hace por una esperanza
  • En nuestra triste condición, el único consuelo que tenemos es la esperanza de otra vida. Aquí abajo todo es incomprensible
Conclusiones
Martín Lutero no fue un hombre perfecto, y desde la perspectiva actual tampoco la totalidad de su pensamiento. Algunos autores sostienen que Lutero guardaba algunos resabios de antisemitismo, algo inadmisible para el protestante de tan solo unas décadas después y mucho menos para el de hoy en día. Aún así, a favor de Lutero, vale mencionar que su mejor discípulo y amigo, el que lo ayudó en la traducción de la Biblia, era judío. Su nombre, Philipp Melanchton.

Foto:Biblia traducida por Martin Lutero

Lutero no había objetado el bautismo de los niños, cosa que sí haría
Menno Simons, luego los anabaptistas como Hubmaier y finalmente los bautistas como Roger Williams. Tampoco renegó del uso de la vestimenta sacerdotal romana entre otras cosas y aún tenía en mente una Iglesia unificada con un líder único.

Pero debemos comprender el contexto histórico que rodeó a Lutero. Él era un hombre formado en el seno de la Iglesia católica, que tuvo la oportunidad, la visión y el coraje de pretender cambiarla, cosa que finalmente no pudo hacer. Pero su aparente fracaso se cambió en rotundo éxito, ya que nació un movimiento claramente distintivo que los propios romanos llamaron 
"Protestantes"

Martín Lutero, fue un hombre que sincero y entregado a Dios tuvo el privilegio de dar forma al trabajo de muchos antecesores reformadores, algunos laicos y otros sacerdotes, quienes solieran pagar con precio de sangre su visión.
Lutero abrió la puerta a través de la cual comenzó a filtrar la luz de la Gracia para todo el mundo que la aceptase.
Martín Lutero le fue concedido por la historia el honor de ser llamado elPadre de la Reforma, un movimiento que seguiría con cambios y mejoras hasta hoy en día. Quizá nunca se llegue a la perfección en esta tierra. Mas en Gloria, junto a él y otros héroes -o no tanto-, podrá finalmente completarse en plenitud y perfección conforme al proyecto de Cristo. 

Daniel E. Dañeiluk. www.biografas.blogspot.com
 

martes, 30 de diciembre de 2008

Benjamin B. Warfield

Benjamin B. Warfield

Datos Biográphicos:
  

B. B. Warfield.
El Dr. Pablo Deiros, un reconocido teólogo, historiador y el pastor principal de la Iglesia Bautista del Centro, en Bs. As., Argentina y el Dr. Carlos Mraida, su copastor, citan en una nota Nº 1 de pie de la pagina Nº 219, del libro Latinoamérica en Llamas, que «“uno de los más importantes teólogos que ha sostenido que las obras extraordinarias en la vida de la iglesia cesaron con el fin de la era apostólica (aproximadamente año 150 d. de C.) fue el presbiteriano Benjamín B. Warfield. Sus conferencias fueron reimpresas de 1917 a 1918 en Benjamin W.Warfiewld, Counterfelt Miracles (Falsos milagros), The Banner of Truth Trust”

N. el 5 de noviembre de 1851 en Lexington (Kentucky, EE.UU.). Descendiente de puritanos ingleses, fue educado bajo la guía del Catecismo de Westminster y de la Biblia; su abuelo fue un distinguido ministro presbiteriano. A la edad de dieciséis años hizo confesión pública de su fe; sin embargo, en esos años, no expresó ningún deseo de estudiar teología, pese al interés de su madre de verlo convertido en un predicador del Evangelio.

Estudiante concienzudo se graduó en el College de New Jersey (hoy Universidad de Princeton) con los más altos honores. Era el año 1871. En febrero del año siguiente decidió salir en viaje de estudios por Europa. Visitó Edimburgo (Escocia) y Heidelberg (Alemania), desde donde, para sorpresa de los suyos, les comunicó su deseo de estudiar para el ministerio. Así que en septiembre de 1873 le vemos matriculándose en el Princeton Theological Seminary, del que se graduará tres años más tarde, en 1876. Tuvo por profesores a Charles Hodge (v.), entonces en sus 70 años, y al hijo de éste Caspar Wistar.
Warfield fue llamado al pastorado de la Primera Iglesia Presbiteriana de Dayton (Ohio), pero en aquel momento declinó este ofrecimiento debido a la determinación de profundizar sus estudios en las universidades de Europa.
Ese mismo año de su graduación teológica se une en matrimonio con Ana Pearce Kinkead, y marchan en viaje de luna de miel a Alemania, al paso que estudiará en la Universidad de Leipzig. Cuando la pareja se encontraba visitando las montañas de Harz fueron sorprendidos por una tormenta espantosa. Tal experiencia fue una conmoción tremenda para la señora Warfield, que afectó a su sistema nervioso de tal modo que quedó más o menos inválida para el resto de su vida. Esto hizo de Warfield un amante recluido en su hogar, junto a su esposa, prueba evidente del tierno amor que le profesaba. No tuvieron hijos. Durante los muchos años que permanecieron en Princeton, raramente, si alguna vez, estuvo Warfield ausente, lejos de su lado.
A su regreso de aquel viaje por Alemania, Warfield fue pastor asistente durante un año en la Primera Iglesia Presbiteriana de Baltimore (1877-88). De ahí pasó a ocupar el puesto de profesor en el mencionado Seminario Teológico de Allegheny, donde permaneció nueve años, hasta su traslado al Princeton, el cual le ocupará el resto de su vida: treinta y tres laboriosos años.
Warfield utilizó como libros de texto los tres volúmenes de la Teología Sistemática de Hodge para el curso académico de tres años. Esto le ahorraría a él el esfuerzo de escribir una obra de tal magnitud, pudiendo así dedicar todas sus energías a los temas controversiales que agitaban su época, en los cuales destacó como un escritor profundo y prolífico. Para darse una idea baste saber que la colección de sus artículos aparecidos en las diversas revistas religiosas de entonces y en diccionarios y enciclopedias teológicas componen diez volúmenes de gran formato.
Calvinista entusiasta estaba plenamente convencido de que en la Confesión de Fe de Westminster “poseemos la más completa, la más plenamente elaborada y cuidadosamente guardada, la más perfecta, la expresión más vital que nunca haya realizado mano de hombre, de todas las formulaciones de la religión evangélica, y de todo lo que ha de salvaguardarse si la religión evangélica ha de continuar en el mundo.”
Según el profesor Allis, la posición representada por Warfield puede describirse con tres palabras: Erudición, vocación y ortodoxia.
Martyn Lloyd-Jones (v.) dijo de él que fue el primero de todos los defensores de la fe: “Ningún escrito teológico es tan intelectualmente satisfactorio y tan fortalecedor de la fe como los de Warfield”.
Defensor apasionado de la inspiración e inerrancia de las Escrituras, se opuso con toda su capacidad al liberalismo teológico, así como a las ideas perfeccionistas de Finney (v.) y otros temas importantes de su época.
by LeMS

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