¿Quién?
Nota: ésta es una continuación del artículo titulado ¿Existió alguna vez la Nada? (II)
Existe un Algo Eterno. Es Algo que siempre ha existido, que no tiene un comienzo. Si este Algo tiene alguna necesidad, la puede satisfacer por sí solo. Para existir no necesita nada más. Y no puede crear un igual exacto de sí mismo ni algo que le supere. Todo lo producido no es eterno. Por tanto, el Algo Eterno no puede producir otro Algo Eterno. Siempre será mayor que todo lo demás que existe.
Ahora bien, este Algo Eterno, ¿podría ser plural? Posiblemente. Digamos que en un principio existieron cinco Entes Eternos. Sin embargo, si ése fuera el caso, esos cinco entes serían exactamente iguales en lo relativo al tiempo y a su poder. Todos ellos no creados, todos eternos, todos capaces de hacer todo lo que es posible hacer. Esto nos demuestra una vez más que el quid de la cuestión no es la cantidad, sino la calidad.
De modo que, ¿qué sabemos sobre ese ente o entes eterno(s)? Que no está solo. Porque existe Algo Más. Por ejemplo, tú. Ahora es cuando tienes que preguntarte: ¿tú eres el Algo Eterno o alguno de los Entes eternos? Si lo eres, entonces no tienes principio, ninguna necesidad que no puedas satisfacer por ti solo, y además eres capaz de hacer todo lo que es posible hacer. ¿Eres así? Si no lo eres, entonces eres claramente Algo Más, no el Algo Eterno ni uno de los Entes Eternos.
Retomemos la imagen de nuestra habitación grande, oscura y vacía. Pero ahora digamos que en ella hay una molécula de hidrógeno y otra de nitrógeno. Sólo para continuar con nuestro argumento, digamos que esas dos moléculas son los Entes Eternos. Siempre han existido. Son omnipotentes.
Así que deciden crear Algo Más, porque ellos son lo único que existe en la habitación. Pero, un momento: ¿es que el hidrógeno o el nitrógeno pueden decidir algo? Para poder ser los Entes Eternos, DEBEN tener la capacidad de tomar una decisión.
Piensa en ello. El Algo Eterno debe optar por cambiar las cosas. El Algo Eterno es eterno. Siempre ha existido con independencia de otro ser. Lo que es más importante, él ha sido lo único que ha existido jamás. ¿Qué significa esto? Quiere decir que sin que el Algo Eterno esté de acuerdo, no puede suceder nada.
El Algo Eterno es todo lo que existe, y punto. Por tanto, la única cosa existente que puede alterar la soledad del Algo Eterno es el propio Algo Eterno. Fuera de él no puede haber ninguna otra fuerza, porque el Algo Eterno es todo lo que existe. Por consiguiente, si una molécula de hidrógeno y otra de nitrógeno son los Entes Eternos, no hay ninguna fuerza externa que los pueda dirigir. Son lo único que existe. Son la única fuerza que existe.
Como la única fuerza existente, son ellas las que pueden alterar su soledad. No hay nada existente que pueda, arbitrariamente, por azar, influir en ellas para que creen Algo Más.
Ese Algo Más no puede ser fruto del azar. ¿Por qué? Porque para que eso suceda, el «azar» tendría que superar el poder de las moléculas de hidrógeno y de nitrógeno. Pero ellas son lo único que existe. Son las únicas que pueden hacer todo lo posible. El «azar» es Algo Más, y un Algo Más no puede superar el poder del Algo Eterno. De hecho, en esta fase del proceso, el Azar ni siquiera existe.
Si el Azar es ajeno al Algo Eterno, entonces no existe, a menos que ese Algo Eterno lo cree. Pero incluso si el Algo Eterno hubiera creado el Azar, dado que éste es Algo Más, siempre sería inferior al Algo Eterno. De modo que, si se crea algo más, se debe al poder y a la VOLUNTAD del Algo Eterno. El Azar sólo puede crear algo más si el Azar existe antes que lo creado. Pero el propio Azar no puede surgir por casualidad. Tendría que ser fruto de la voluntad del Algo Eterno.
¿Qué nos dice esto sobre nuestras moléculas de hidrógeno y de nitrógeno? Que no son meramente Entes Eternos, sino personas eternas. Tienen una voluntad. Es decir, que deben tener la capacidad de decidir. Por tanto, son personales.
Pero, ¿por qué el Algo Eterno debe tener la capacidad de elegir? Vuelve a pensar en la habitación vacía donde sólo había moléculas de hidrógeno y de nitrógeno. Ellas son los Entes Eternos. Son las únicas que existen en el cuarto, y han existido eternamente.
Existen con total independencia una de la otra. No necesitan a nadie más. Por tanto, si producen Algo Más, no será por necesidad (movidas por el instinto de supervivencia, como vemos entre los animales). Además, si producen Algo Más, no será por casualidad, a menos que primero creen la casualidad. El Azar es una fuerza, pero los Entes Eternos (las dos moléculas) son la única fuerza que existe.
Aparte de esto, las moléculas no pueden ser simples máquinas. Las máquinas están construidas y programadas por algún tipo de fuerza externa. Pero las moléculas (los Entes Eternos) son la única fuerza que existe. Fuera de ellas no existe fuerza alguna.
Esto significa que, si producen Algo Más dentro de la habitación, el motivo de esta creación debe residir en su interior, dado que no existe ninguna otra fuerza. Dentro de la habitación no existe nada fuera de ellas.
No están obligadas a crear Algo Más por el instinto, el azar, la necesidad o la voluntad de otros. Nadie las controla. Todo lo que hacen se debe a razones que nacen en su interior.
Estas razones sólo pueden ser su voluntad. Deben optar por crear Algo Más, porque de no ser así no existiría nada más. A menos que decidan crear Algo Más, seguirán solas para siempre en la estancia. Deben tener más que el poder para crear Algo Más. Un determinado momento que se diferencie de todos los demás instantes durante los que han existido a solas, deben decidir emplear su poder para crear Algo Más.
Si no tuvieran voluntad (como las pelotas de tenis de las que hablábamos en un estudio anterior) nunca usarían su poder para producir Algo Más. Sólo lo usarían para perpetuar su propia existencia. Y seguirían estando solas eternamente.
El Algo Eterno ha existido solo eternamente. Por consiguiente, dentro de ese Algo Eterno debe haber algún motivo que hace que las cosas cambien. Si existe Algo Más, existe porque el Algo Eterno ha optado por poner punto final a su soledad.
Si el motivo que tiene el Algo Eterno no está en su interior, entonces jamás existirá nada más. Porque en un determinado momento, el Algo Eterno fue lo único que existía.
Pero sabemos que existe Algo Más. Por tanto, esto significa que el Algo Eterno debe tener la capacidad de decidir usar su poder. Debe tener la capacidad de optar por crear Algo Más fuera de sí mismo. Dado que tiene una voluntad*, el Algo Eterno es personal. Esto quiere decir que ese Algo Eterno es, en realidad, Alguien Eterno.
Este Alguien Eterno no está dominado por el instinto de supervivencia, porque no tiene necesidades y no puede dejar de existir. Además, el Alguien Eterno no crea por azar, a menos que antes haya creado el azar. Ese azar es una fuerza que antes debe haber formado el Alguien Eterno, porque de otro modo no existiría. Por último, ese Alguien Eterno no es una máquina. No hay otro ser, fuera de él, que le obligue o le programe para hacer nada.
Para seguir con este estudio, ver ¿ Existió alguna vez la nada? (IV)
* "Digno eres, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria y el honor y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas." (Apocalipsis 4:11)
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