La Gnosis y el Cristianismo Primitivo
Las inquietudes espirituales
La Gnosis es el conocimiento trascendental del hombre y el Universo, que se puede capturar a través de las facultades de cognición del Ser, y que tiene como meta la Autorrealización del Ser, es decir, el desarrollo armonioso de todas las infinitas posibilidades humanas.
Sin embargo, como conocimiento está más allá del intelecto y la memoria, constituyendo un funcionalismo muy natural de la Conciencia, una filosofía perenne y universal, latente en el interior de cada persona.
Donde quiera que exista un anhelo espiritual, una inquietud espiritual, dónde alguien se pregunte: ¿quién soy?, ¿de dónde vengo?, ¿cuál es mi destino?, ¿por qué existo?, ¿cuál es el objetivo de vivir?, ahí está la Gnosis. Por eso grandes Maestros de la humanidad nos dicen que la Gnosis es origen de toda sabiduría.
El Gnosticismo -el estudio de la Gnosis- es en realidad un proceso religioso muy íntimo, natural y profundo.
Tal como lo utilizan los gnósticos de los primeros siglos del cristianismo, la palabra Gnosis, podríamos traducirla por "intuición", porque Gnosis entraña un proceso intuitivo de conocerse a uno mismo. Y conocerse a uno mismo, decían ellos, es conocer a la Naturaleza y el destino humano.
Según el Maestro Gnóstico Teodoto, que escribía en Asia Menor hacia 140-160, el gnóstico es aquel que ha llegado a entender "quiénes éramos y en qué nos hemos convertido; donde estábamos... hacia donde nos apresuramos; de qué se nos está librando, qué es el nacimiento y qué es el renacimiento". Sin embargo, conocerse a uno mismo, en el nivel más profundo, es al mismo tiempo conocer a Dios; este es el Secreto de la
Gnosis.
La experiencia mística
Henri Charles Puech, profesor de estudios Gnósticos y Maniqueos, historiador de la Iglesia Antigua, director de la "Historia de las Religiones" de Francia escribe: "...la Gnosis es una experiencia o se refiere a una eventual experiencia interior, destinada a convertirse en estado inamisible (del latín: inamissibilis, que no puede perderse), a través del cual, en el curso de una iluminación que es regeneración y divinización, el hombre se cobra en su verdad, vuelve a recordar y adquiere otra vez Conciencia de sí mismo, o sea que conoce simultáneamente su naturaleza y su origen auténtico; a través de esta experiencia se conoce o se reconoce en Dios, conoce a Dios y aparece ante sí mismo como emanado de Dios y ajeno al mundo, adquiriendo así con la posesión de su Ser y de su verdadera condición, la explicación de su destino y la certidumbre definitiva de su salvación, al descubrirse merecidamente salvado para toda la eternidad" (Annuaire du College du France. Páginas 168-169).
"La Pistis Sophia ("Fe y Sabiduría"), la más célebre de las obras gnósticas en lengua copta, contiene una larga enumeración de los conocimientos de los que se benefician las Almas elegidas. O sea que, al revelarle el misterio que cubre su origen y su destino, la Gnosis permite al hombre comprender la significación de todas las cosas".
En el libro Les Gnostiques (París, 1958) de Serge Hutin encontramos las siguientes referencias en relación a la Gnosis:
"La Gnosis es el conocimiento total, inconmensurablemente superior a la fe y a la razón. El Gnosticismo estar unido entonces a la sabiduría primordial original, fuente de las diversas religiones particulares".
"Para el gran tradicionalista francés Andrè Renè Guènon (1886-1951) y sus discípulos, en todas las religiones se halla la idea de una liberación metafísica del hombre por medio de la gnosis, o sea por medio del conocimiento integral; existe una asombrosa universalidad de ciertos símbolos y de ciertos mitos: de ahí la postulación lógica de un origen común de los diferentes esoterismos religiosos".
"La Gnosis simbolizada por el fuego iluminador y generador arranca el Alma del elegido del espeso "sueño" en que se hallaba sumida: de ahí el empleo de métodos de adiestramiento espiritual destinados a engendrar estados especiales de Conciencia y de supraconciencia. Sin embargo, la Gnosis constituye, una vez que ha sido alcanzada, un conocimiento total, inmediato, que el individuo posee enteramente o del que carece en absoluto; es el "conocimiento" en sí, absoluto, que abarca al Hombre, al Cosmos y a la Divinidad. Y es sólo a través de este conocimiento y no por medio de la fe (ciega) o de las obras, que el individuo puede ser salvado: sean cuales fueren los rasgos característicos del gnosticismo como filosofía religiosa. La Gnosis se halla definida por esta posición general, y también por la actitud existencial de la que procede; es por su condición de experiencia vivida que la gnosis manifiesta su verdadera originalidad".
"La Gnosis es el conocimiento del camino hacia lo alto y de los medios a emplear para seguirlo. Pero el hombre solo puede llegar a ella si advierte que él mismo es, en pequeño, el mundo entero; el hombre es un microcosmos donde aparecen todos los poderes y sustancias del macrocosmos; se compone de materia, pero contiene también del Logos, el Espíritu divino viviente que reina sobre las regiones superiores del Cosmos" (Leisegang, La Gnòse, página 27).
En este mismo libro Les Gnostiques en un capítulo titulado "El hombre, prisionero del tiempo" dice: "...El gnóstico no aspira más que a ser liberado del tiempo, y establecido o restablecido fuera de todo devenir, devuelto al estado en que supone que hallaba al principio; en la estabilidad y la verdad del Pleroma, de Aín, del ser eterno, de su Ser completo".
En "No somos de este mundo" que nos recuerda las palabras del Maestro Jesús "Mi reino no es de este mundo" encontramos: "...El gnóstico si se siente fuera de su patria, "exiliado" en el mundo terrenal, es porque experimenta la nostalgia lacerante de la patria original de la que ha caído: Tú no eres de aquí, tu estirpe no es de este mundo: tu lugar es el lugar de la vida".
"La parte superior del ser humano es un principio divino exiliado aquí abajo: mediante el conocimiento, ella reconoce su origen primero y se salva. De este modo el gnóstico alcanza el conocimiento supremo: El conocimiento del hombre es el comienzo de la perfección; el conocimiento de Dios es su consumación".
"El gnóstico vuelve a encontrar su verdadero Ser -intemporal y ontológico-, y en este reencuentro toma conciencia de la condición gloriosa, divina, que poseyó en un pasado inmemorial. El gnóstico llega así a la comprobación fundamental: Estoy en el mundo, pero no soy del mundo..."
"El problema del gnóstico es saber de qué modo su alma -que es una chispa divina extraviada en la tierra- podrá retornar a las regiones superiores de donde ha caído. Desde que fui unido a la carne -dice un salmo maniqueo que canta las desdichas del alma- olvidé mi divinidad. He bebido la copa de la locura, y me he rebelado contra mí mismo".
"Uno de los mitos más característicos de la Gnosis es el de la ascención del Alma a través de las esferas planetarias: el gnosticismo desarrolla bajo diversas formas el tema de la ascensión del hombre iluminado (ya sea en Espíritu, durante esta vida, o después de la muerte) hacia su patria original. El gnóstico es siempre un hombre que desea escapar a la fatalidad del mundo terrenal y recuperar la condición luminosa que poseyó antes de la caída".
"La Gnosis -dicen los gnósticos cristianos- es la redención del Hombre interior. ...La Gnosis rescata al Hombre Interior pneumático (espiritual); se basta con el conocimiento del Todo, y ésta es la verdadera redención".
"En el Nuevo Testamento, el esoterismo asoma más de una vez; ciertas fórmulas misteriosas no pueden explicarse mediante la exégesis literal. El último de los libros neotestamentarios, el Apocalipsis de San Juan, es inclusive bastante extraño; el simbolismo de las imágenes y de los nombres desempeña en él un papel muy importante, y hasta se encuentra una alusión a la doctrina de las reencarnaciones, de las que solo el verdadero cristiano puede escapar".
"En el Evangelio de San Juan encontramos alusión a la Luz Divina que las tinieblas no han extinguido (Juan, 1:5), así como un pasaje en el que se apela al conocimiento que posee el cristiano".
"En San Pablo es dable observar doctrinas comunes al cristianismo primitivo y a la Gnosis. El Apóstol, inclusive, apela a "la Sabiduría de Dios..., sabiduría recóndita, la cual predestinó y preparó Dios antes de los siglos para gloria nuestra, sabiduría que ninguno de los príncipes (como observa Doresse, la traducción literal es arcontes) de este siglo (literalmente: de este eón) ha entendido" (I-Corintios, II, 7-8)".
Los Códices de Naj' Hammadi y los rollos del mar muerto
En el año de 1945 un campesino árabe hizo un asombroso descubrimiento arqueológico en el Alto Egipto, cerca de la población de Naj'Hammadi, en la Jabal al-Tarif, una montaña en la que había más de 150 cuevas.
Al cavar alrededor de un enorme peñasco encontraron una jarra de barro que medía casi un metro de altura, y que contenía trece papiros encuadernados en cuero, escritos en copto (el copto es la lengua egipcia escrita con caracteres griegos). Estos libros fueron depositados en el Museo Copto de El Cairo, incluyendo más de 50 textos de origen Gnóstico que se consideraban perdidos en los primeros siglos de la Era Cristiana, cuando se disputó el establecimiento de la ortodoxia cristiana.
Estos documentos se sumaron a los tres códices descubiertos entre fines del siglo XVIII y el siglo XIX, conocidos como los rollos del Mar Muerto, que incluyen la Pistis Sophia.
El Cristo
El estudio comparado de las Religiones, evidencia la presencia en la filosofía y la teología de un principio análogo al CRISTO en épocas muy anteriores a la Era Cristiana.
Entre los Persas, Cristo es Ormuz; en la mística iraní del Mazdeísmo -en el antiguo medio oriente- toma la figura de Ahura Mazda; entre los Indostanes es Krishna, cuyo evangelio presenta muchas similitudes con el evangelio cristiano. En la antigua China, se encuentra presente en la leyenda de Fu-Hi -quien trae a la tierra la sabiduría de los Dioses a través del I-King-, mientras que en el Edda germano toma el nombre de Balder. En el antiguo México azteca se llama Quetzalcóatl -con su simbólica Cruz a cuestas, a la que llama el Árbol de la Vida-, mientras que en la antigua grecia se identifica con Zeus, -el Padre de los Dioses-, en el antiguo Egipto con Osiris, y en la europa pagana con el culto a Mitra.
Se podría citar la presencia del Cristo o Logos en decenas de tradiciones antiguas, muchas de ellas más antiguas que Jesús, debido a que El Cristo es un principio religioso contenido en todas las Religiones, remitiéndose al aún más antiguo culto al Fuego.
CRISTO es un principio cósmico que el ser humano puede asimilar dentro de su propia naturaleza. Como está escrito en el Evangelio de Tomás, uno de los textos gnósticos preservados en la Biblioteca de Haj' Hammadi, en uno de los diálogos de Jesús:
"Yo no soy vuestro maestro. Porque han bebido y se han embriagado de la corriente de la que me he apartado...
aquel que beba de mi boca se volverá lo que Yo Soy: Yo mismo me convertiré en él, y las cosas que están ocultas le serán reveladas".
Fuente:
http://ar.geocities.com/sabiduriagnostica01/info/crisprim.html
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