domingo, 30 de marzo de 2008

Caravaggio - La cena de Emaús

Caravaggio
La cena de Emaús

La cena de Jesús con los discípulos de Emaús tuvo lugar después de la resurrección de Cristo. San Lucas en su Evangelio hace un relato simpático del encuentro de Jesús con dos de sus discípulos. El evangelista cuenta la historia de la siguiente manera:

Aquel mismo día, dos de ellos iban de camino hacia una aldea llamada Emaús, que dista de Jerusalén sesenta estadios. Iban comentando entre sí todos estos sucesos Mientras ellos comentaban e investigaban, Jesús se les acercó y caminaba con ellos (Lc 24,13-15). Él les preguntó: ¿Qué cuestiones son ésas que venís discutiendo entre vosotros por el camino? (Lc 24,17). Lo de Jesús Nazareno (...) un profeta poderoso en obras y en palabras ante Dios y ante todo el pueblo; y cómo nuestros pontífices y jefes lo entregaron a la pena de muerte y lo crucificaron (Lc 24,19-20). Entonces Él les dijo (...): ¿Acaso no era necesario que el Cristo padeciera esas cosas para entrar en su gloria? Cuando llegaron a la aldea adonde iban, Él hizo ademán de continuar su camino. Pero ellos le obligaron a quedarse diciendo: Quédate con nosotros que es tarde y el día se acabó ya. Y estando con ellos a la mesa, tomó el pan, recitó la bendición, lo partió y se lo dio. Por fin se les abrieron los ojos y le reconocieron. Pero Él desapareció de su vista (Lc 24,26-30).

Caravaggio sintetiza todo este pasaje evangélico en el acto de la cena, en el mismo momento en que los dos discípulos de Emaús descubren que el caminante que les acompañó durante el viaje de Jerusalén a Emaús era Cristo resucitado. Y lo hace resaltando el dramatismo de la escena mediante un descarnado realismo: Cristo se manifiesta resucitado a dos de sus discípulos en el mismo momento de bendecir el pan. El realismo se evidencia en la vestimenta que era la que habitualmente vestía Jesús y en los ropajes rotos, toscos y usados de los discípulos, los que vestiría la gente pobre. Obsérvese la codera rota del discípulo del lado izquierdo. Y en cuanto a la actitud de los personajes, puede observarse en este cuadro el acusado contraste existente entre la sorpresa de los dos discípulos y la curiosidad del mesonero que no entiende bien de qué va la cosa. La puesta en escena no puede ser más dramática, efecto logrado por el sombreado que envuelve la representación y por el empleo del claroscuro. Llama, también, poderosamente la atención la minuciosidad con que Caravaggio ha reproducido el pan, las viandas y frutas que están sobre la mesa.

Los temas religiosos que abordó Caravaggio muchas veces fueron alterados y corregidos. No estaba bien visto por algunos clérigos la forma en que trataba a los apóstoles, a los que vestía de manera no solamente pobre, sino en ocasiones con aspecto mísero.


Fuente: Caravaggio - La cena de Emaús

2 comentarios:

Anónimo dijo...

silvia, leire, sandra y paula. jajajajaja

Anónimo dijo...

es una silvia muy sandra y paula con elaboradas lineas leire.

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