sábado, 29 de marzo de 2008

KYRIOS: TÍTULO DE "LAS EDADES DEL HOMBRE" EN CIUDAD RODRIGO

KYRIOS: TÍTULO DE "LAS EDADES DEL HOMBRE" EN CIUDAD RODRIGO
Extracto de artículo sobre la palabra Kyrios, título con el que se presenta la exposición "Las Edades del Hombre" en Ciudad Rodrigo, Salamanca, de José Ángel Rivera de las Heras, Comisario de la exposición, publicado en el Libro de la Exposición.

KYRIOS


El itinerario de las muestras de Las Edades del Hombre, que desde 1988 se ha ido desarrollado en las sedes episcopales de la comunidad autónoma de Castilla y León, v en las ciudades de Amberes y Nueva York, culmina ahora con la celebración de su decimotercera exposición en la Santa Iglesia Catedral de Ciudad Rodrigo.

La exposición lleva por título "Kvr os palabra griega que significa "Señor". El vocablo evoca y condensa de modo privilegiado el contenido de la muestra, la totalidad del Misterio de Cristo, desde su preexistencia en el seno de la Trinidad hasta su última y definitiva venida en la Parusía, pasando por los anuncios proféticos anteriores a su primera venida, su Encarnación, Nacimiento e infancia, ministerio público (predicación y sígnos/milagros) v Misterio Pascual (Pasión, \Muerte, Sepultura, Descenso a los Infiernos y glorificación: Resurrección, Ascensión, Sesión a la derecha del Padre v envío del Espíritu Santo).

La afirmación de Cristo como "Señor" es una fórmula de fe presente en las primeras confesiones cristianas contenidas en los escritos neotestamentarios. Baste recordar la exclamación del apóstol Tomás cuando, tras haber contemplado al Resucitado y palpado sus llagas, exclamó: "Señor alío y Dios mío" (Juan 20. 28), y la expresión —quizá perteneciente a un primitivo himno litúrgico— de la carta paulina dirigida a los filipenses: "7áda lengua confiese que Cristo Jesús es Señor" (Filipenses 2, 11).
También se incluye en las confesiones de fe de la Iglesia Católica. En el denominado "credo apostólico se dice: "Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor". Y en el credo niceno-constantinopolitano: "Creo en un solo Señor Jesucristo, Hijo único de Dios".

En el acto penitencial de la liturgia eucarística aparece como invocación: "Ky`rie eléison" ("Señor, ten piedad"). Y la oración litúrgica dirigida al Padre termina con una de estas dos expresiones: "Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo" o "Por Jesucristo, nuestro Señor".

La fe proclamada y la fe celebrada también tienen su correspondencia con la fe vivida: el fiel cristiano, vinculado a Cristo por el bautismo, la consagración religiosa v/o el ministerio sacerdotal, vive unido íntimamente a él v a él tiene como Señor.

El cartel anunciador de la exposición reproduce el Pantocrator que corona la Puerta de las Cadenas de la catedral civitatense. Se trata de una imagen pétrea, labrada en los primeros años del siglo ylit, época de transición, cuando se extinguía el estilo románico v comenzaban los primeros pasos del nuevo estilo gótico, de rica lectura cristológica. De ahí que conjugue ambos estilos, va que la figura conserva el carácter hierático de los modelos precedentes v avanza tímidamente hacia la humanización de algunos rasgos. Y también que combine simultáneamente dos significados, pues Cristo muestra su realeza o señorío presentándose entronizado, con porte mayestático, cubierto con vestiduras áulicas, sienes ceñidas por una corona real v nimbo crucífero tras su rostro, pero también manifiesta las huellas de su Pasión en las llagas de sus pies descalzos y., en las palmas de sus manos. ,'1 esta ambivalencia de Cristo como Rey v Siervo a la vez corresponde también el simbolismo de los colores contenidos a la izquierda de la imagen: el dorado del título evoca la realeza de Cristo, y el fondo rojo sobre el cual va perfilado, su Pasión.

El Crucificado se identifica con el Resucitado, el Siervo sufriente con el Señor, el. Ecce llonio con el Rex Gloriad: "Vemos a jesús coroiuldo de gloria 1 honor por set pasión y muerte" (Hebreos 2, 9), él es "el Pieu aivuturado y único Soberano, el Rey de los reyes y el Señor de los señores" (1 'Gimoteo 6, 15). Su corona de espinas se ha trocado por una regia; el manto purpúreo, símbolo de la enajenación, por otro áulico, y la caña vegetal ha dado paso a unas manos alzadas a modo de humilde súplica dirigida al Padre en favor de la Humanidad por El redimida.

Por otra parte, la privilegiada ubicación del Pantocrator en la portada catedralicia está cargada de simbolismo: su presencia parece invitar, a quienes se acercan y traspasan el umbral de la puerta, a encontrarse con él en la acción litúrgica y sacramental de la Iglesia, v a la vez parece saludar y bendecir las actividades cotidianas de quienes, fieles a él, dedican su existencia a testimoniar su fe y a dar razón de su esperanza viviendo en el amor.

http://6865.blogcindario.com/2006/08/01370-kyrios-titulo-de-quot-las-edades-del-hombre-quot-en-ciudad-rodrigo.html

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