EL HALLAR a Cristo es el más trascendental y feliz de los hallazgos. Es el hallazgo por excelencia. Como en la historia su manifestación en carne humana dio origen a una nueva era y a una nueva manera de contar los años, en la vida personal el hallarlo es un nuevo punto de partida. Es dejar atrás las tinieblas para caminar en la luz, es trocar la incertidumbre por la seguridad, es abandonar los dominios de la muerte para penetrar en el reino de la vida. Cristo es el tesoro escondido en las páginas de la Biblia. ¡Dichosos los que lo encuentran, lo reconocen, y dialogan y caminan con él!
REFERENCIAS GENERALES A CRISTO
¿De quién dijo Cristo que dan testimonio las Escrituras?
“Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellos son las que dan testimonio de mi” (S. Juan 5: 39).
Nota.—”Escudriñad las Escrituras del Antiguo Testamento, porque ellas son las que dan testimonio de Cristo. El hallarlo en ellas es la legitima finalidad de su estudio. Ser capaz de interpretarlas como él las interpretó es el mejor resultado de toda erudición bíblica” (Dean Alford).
¿De quién escribieron Moisés y los profetas?
“Felipe halló a Natanael, y le dijo: Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret” (S. Juan 1: 45).
Nota.—En su traducción del Antiguo testamento, Elena Spurrell expresó el siguiente anhelo respecto a todos los que pudieran leer su traducción: “Ojalá muchos exclamen, como la traductora lo hizo a menudo cuando estudiaba numerosos pasajes del original: “¡He hallado al Mesías!’’
¿En las palabras de quién, dijo Cristo, debieran los discípulos haberse enterado acerca de su muerte y resurrección?
“¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria?” (S. Lucas 24:
25, 26).
¿Cómo les aclaró Cristo que las Escrituras daban testimonio de él?
“Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían” (S. Lucas 24: 27).
CRISTO LA SIMIENTE
¿Dónde se halla la primera promesa de un Redentor?
“Y Jehová Dios dijo a la serpiente: ... Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar” (Génesis 3: 14, 15).
¿Con qué palabras se le renovó a Abrahán esta promesa?
“En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra’ (Génesis 22: 18. Véase también Génesis 26: 4; 28: 14).
¿A quién se refería esta simiente prometida?
“Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchas, sino como de una: Y a tu simiente, la cual es Cristo” (Gálatas 3: 16).
EL ANGEL Y LA ROCA
¿A quién prometió Dios enviar con Israel para guiarlo a la Tierra Prometida?
“He aquí yo envió mi ángel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado” (Éxodo 23: 20).
¿Quién era la Roca que iba con ellos?
“Y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo” (1 Corintios 10: 4).
NACIMIENTO, VIDA, SUFRIMIENTO, MUERTE, RESURRECCION
¿Dónde habría de nacer el Salvador?
“Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad” (Miqueas 5: 2).
¿En qué profecía se predijeron patéticamente la vida, los sufrimientos y la muerte de Cristo?
En el capitulo cincuenta y tres de Isaías.
¿Dónde se predice el precio de la traición de Cristo?
“Y pesaron por mi salario treinta piezas de plata” (Zacarías 11: 12. Véase S. Mateo 26: 15).
¿En qué Salmo se registran las palabras de muerte de Cristo?
“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Salmo 22: 1. Véase S. Mateo 27:46). “En tu mano encomiendo mi espíritu” (Salmo 31: 5. Véase S. Lucas 23: 46).
¿Cómo se predice en los Salmos la resurrección de Cristo?
“Porque no dejaras mi alma entre los muertos, ni permitirás que tu Santo sea corrupción” (Salmo 16: 10, VM. Véase Hechos 2: 25-31).
LA SEGUNDA VENIDA Y EL REINO DE CRISTO
¿Con qué palabras predice Daniel la recepción del reino por Cristo?
“Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venia uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido’ (Daniel 7: 13, 14. Véase S. Lucas 1: 32, 33; 19: 11, 12; Apocalipsis 11: 15).
¿Cómo se describe en los Salmos la segunda venida de Cristo?
“Los ríos batan las manos, los montes todos hagan regocijo delante de Jehová, porque vino a juzgar la tierra. Juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con rectitud” (Salmo 98: 8, 9).
“Vendrá nuestro Dios, y no callará; fuego consumirá delante de él, y tempestad poderosa le rodeará. Convocará a los cielos de arriba, y a la tierra, para juzgar a su pueblo” (Salmo 50: 3, 4).
EL ROSTRO EN EL ROMPECABEZAS
Como el hilo escarlata que corre a lo largo de cada pulgada de cuerda de la Marina Británica, como la melodía de un hermoso canto, como el tema de una gran obra maestra, así está Jesús en las Escrituras. Él es el autor y el héroe, el principio y el fin de vuestra Santa Biblia.
http://www.tagnet.org/meraz/ensenanzas_biblia005.html
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