martes, 18 de marzo de 2008

Breve introducción a la Biblia (versión católica)

Breve introducción a la Biblia

Índice

Índice .................................................................................................................
1 Introducción a la Biblia .........................................................................................
2 La Biblia, su significado, orígenes y versiones .........................................................
3 Significado y divisiones: ...................................................................................
4 Antiguo Testamento: ....................................................................................
5 Nuevo Testamento: ......................................................................................
6 Lenguas:.........................................................................................................
7 Versiones de la Biblia: ......................................................................................
8 Traducciones: .................................................................................................
9 Inspiración, canon y verdad: ...........................................................................
10 Hermenéutica o interpretación: ........................................................................
11 Capítulos y versículos: .....................................................................................
12 Conclusión .....................................................................................................
13 Introducción a los evangelios ..............................................................................
14 Estamos llamados a evangelizar .......................................................................
15 Los Evangelios ...................................................................................................
16 Cuatro retratos de Jesús: ................................................................................
17 Hechos de los Apóstoles y carta del NT ................................................................
18 Hechos de los Apóstoles: .................................................................................
19 Cuadro Cronológico: .......................................................................................
20 Cartas del Nuevo testamento: ..........................................................................
21 División de las cartas: .....................................................................................
22 Carta a los Hebreos: ....................................................................................
23 Cartas católicas o universales: ......................................................................
24 El Apocalipsis .....................................................................................................
25 Tarea 1 .............................................................................................................
26 Tarea 2 .............................................................................................................
27 Tarea 3 .............................................................................................................
28 Tarea 4 .............................................................................................................
29 Tarea 5 .............................................................................................................
30 Tarea 6 .............................................................................................................
31 Tarea 7 .............................................................................................................

1 Introducción a la Biblia

Primero que nada tenemos que entender que la Biblia no es un libro que vamos a leer como una revista cualquiera. No es un libro que nos vaya a llevar hacia una aventura emocionante o que nos comunique algo espectacular; aunque en realidad lo hace y cuando nos adentramos en la lectura asidua, la Biblia se convierte para nosotros en el libro principal y primordial de nuestras vidas. Ella nos habla de una manera muy peculiar y cuando la leemos con un corazón abierto, entonces dejamos que sea Su Palabra la que penetre lo más íntimo y nos transforme en su totalidad. La Carta a los hebreos nos dice: “En diversas ocasiones y bajo diferentes formas Dios habló a nuestros padres por medio de los profetas, hasta que en estos días, que son los últimos, nos habló a nosotros por medio del Hijo, a quien hizo destinatario de todo, ya que por él dispuso las edades del mundo” La Biblia es en contexto y en su naturaleza más preciosa, la Palabra de Dios hecha realidad en Jesucristo, para cada una de nuestras vidas. Ella nos comunica más que nada el amor del Padre por cada uno de nosotros. El profeta Oseas en el 2:21-22 lo comparte perfectamente “Yo te desposaré para siempre. Justicia y rectitud nos unirán, junto con el amor y la ternura, Yo te desposaré con mutua fidelidad, y conocerás quién es Yahvé” En la Biblia encontramos todo el amor de Dios por la humanidad, desde sus principios hasta la venida gloriosa de su Hijo Jesucristo y aun mucho más, hasta la eternidad. En ella encontramos el nacimiento de la naturaleza, la creación del universo y lo más hermoso, descubrimos como fuimos hechos por sus propias manos, fundiendo en nosotros su naturaleza divina en su soplo de amor. Descubrimos también como nos ha guiado y apartado de peligros, haciendo justicia y siempre protegiéndonos de nuestros adversarios. Aun en momentos en los que nosotros mismos nos hemos alejado de él, él nunca nos ha abandonado. “¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque se olviden ellas, yo no me olvidaré de ti” Is 49:15

Paso por paso, la Biblia nos comunica su grandeza y fortaleza, su valentía y coraje, su alegría por habernos creado (Gén 1:26-31. 2:15) y su desencanto por ver que no le aceptamos como nuestro Dios y Señor (Ex 32:33, Ex 33:5)

También debemos de comprender que la Biblia no fue literalmente caída del Cielo, sino escrita por gente que inspirada por Dios, fue recopilando historias que fueron trasmitidas de generación en generación. Esa transmisión, que se hizo a través de palabra al principio, fue coleccionada al pasar de los años, por nuevas generaciones que buscaban dar una explicación a las preguntas que se hacían en relación a Dios, sobre todo durante el cautiverio en Babilonia. En sus escritos, traban de confortar a un pueblo que estaba viviendo momentos de verdadero dolor y tormento durante su cautiverio y les recordaban esos mismos instantes de un pueblo que vivió, en medio la esclavitud en Egipto y como ellos podrían ser rescatados de la misma manera, si confiaban en el Todo Poderoso. Así fue como se recopiló el Antiguo testamento. Por tradición de palabra y luego por escritos. Por otro lado el Nuevo Testamento, fue escrito por experiencias que la Iglesia primitiva experimentó al abrirse a la libertad espiritual que se encuentra en Cristo Jesús. El Señor, viene como el redentor del mundo. En el Antiguo Testamento, Dios nos hace una promesa, la promesa de darnos un redentor o Salvador (Jesús significa: “Dios Salva); el Mesías esperado, quien vendría a rescatar a su pueblo de la esclavitud. Y aunque muchos contemporáneos de Jesús pensaban que el Mesías los rescataría del Imperio Romano, él nos vino a rescatar de nuestro propio imperio interior (rencores, odios, depresiones, faltas de amor, esclavos de vicios, etc.) Jesús es el Mesías prometido, el Dios entre nosotros. Él nos comparte en el Nuevo Testamento las grandezas del Padre, cuando nos abrimos completamente a él. Sus enseñanzas nos van reconciliando con el Padre y nos enseñan que debemos de amar en el amor verdadero y no solamente amar por amar, como Pedro le responde a Jesús en el Evangelio de San Juan, capítulo 21:15: “Cuando terminaron de comer, Jesús dijo a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?» Contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero»” Jesús le pregunta si lo ama y Pedro responde: te quiero, no muy confiado de su amor hacia el Señor. El Evangelio, se ha trasmitido de generación en generación a través de los apóstoles, quienes vivieron y experimentaron en carne propia el verdadero significado de ser cristiano. Hoy en día podemos disfrutar de sus enseñanzas, por medio de la Tradición y el Magisterio de nuestra Iglesia católica. Por lo mismo nunca puede ni debe un verdadero católico, interpretar la Biblia a su gusto o antojo. Tampoco se aconseja, buscar una respuesta de Dios como un acto de magia, en el que buscamos una respuesta, de acuerdo a nuestros propios intereses. Nunca deberíamos de abrir la Biblia y con los ojos cerrados, señalar con el dedo alguna parte de la misma, deseando qué, es ahí en donde Dios nos responderá de acuerdo a lo que estamos necesitando. Ni Dios y ni la Biblia, trabajan de esa manera. Te imaginas que te sientes deprimido y no encuentras una salida a tus condiciones, cualquiera que éstas sean y te dices a ti mismo: “Voy a ver que me dice Dios en la Biblia, sobre lo que debo de hacer para solucionar mi situación” Vas abres la Biblia, cierras los ojos y señalas con el dedo y cuando los abres, te sale: “Entonces Judas, arrojando las monedas en el Templo, se marchó y fue a ahorcarse” Mt 27:5 ¿Harías lo que supuestamente es la respuesta de Dios para tu situación? No lo creo. Toda la Biblia debe de ser leída y estudiada, bajo la inspiración del Espíritu Santo y guiada por el Magisterio de la Iglesia, de lo contrario correríamos el riesgo de manipular las Sagradas Escrituras de acuerdo a nuestra conveniencia.

Recordemos que cada día se crean nuevas sectas que a nivel mundial forman parte de unas 60 millones, cada una de ellas con su propia ideología, sin siquiera tener el más mínimo conocimiento de teología, filosofía y mucho menos de psicología, para poder interpretar de una manera más real, el conocimiento de Dios por el hombre. Hay gente que enseña que la Biblia dice que hay que taparse la cabeza, y se empieza un sectarismo de los de cabeza tapada. Otros que no es cierto y que Dios nos da libertad de adorarlo de acuerdo a como nos sentimos y por lo tanto no se tapan la cabeza, y por ende, se forma la secta de los destapados de cabeza. Y así se van creando y cada día se crean más y más ideologías tan absurdas como los mismos que las crean. Tenemos que comprender, que la Biblia no se puede ni se debe de tomar toda al pie de la letra. Se debe entender que el mensaje de Dios se ha ido dando a la humanidad, para la salvación de sus almas. Que Dios ha querido trasmitir su verdadero amor por medio de la inspiración dada a los mismos hombres, en momentos y épocas muy diferentes al tiempo en el que vivimos en la actualidad. Hoy en día podemos dar un razonamiento lógico y científico a muchas cosas que parecerían anormales en su determinado momento. Recordemos que el hombre creación de Dios, ha evolucionado, de acuerdo a su tiempo y necesidades. A través de la historia, el hombre ha descubierto en el intelecto dado por Dios, maneras diferentes para poder subsistir de acuerdo al medio ambiente en el que se rodeaba, y aun así, Dios ha trasmitido el mismo mensaje de arrepentimiento y reconciliación a la humanidad. Debemos también, reconocer que la misma ciencia ha sido creada por Dios, y que tanto su Palabra como la ciencia van a ir siempre tomadas de las manos, es decir nunca una más que la otra. No busquemos por ejemplo decir que de acuerdo al relato de la creación, el hombre tiene alrededor de 5,000 a 6,000 años, pues descubrimientos científicos data los orígenes del hombre de por lo menos 60 millones de años después de la extinción de los dinosaurios. Ni tampoco podemos afirmar que el hombre es descendiente del mono, ya que, aunque el hombre pertenece al grupo primate, toda creación fue hecha por mano de Dios, y si es cierto que el hombre ha ido evolucionando, nuca se podrá encontrar el famoso eslabón que uniría al mono con el hombre. Los mismos científicos, se preguntan así mismos sobre la gran explosión, que dio inicio a la creación del mismo universo y aunque busquen y busquen, siempre van a llegar a la misma conclusión: “¡Dios si existe!” Por otro lado leemos en libros como el Deuteronomio y el libro de Números, sobre cantidades exorbitantes de habitantes en lugares tan pequeños. Sería imposible tener a tal cantidad de gente, por falta de alimento y de otras necesidades básicas que impedirían poblaciones tan gigantes como las descritas allí. Y Así podemos mencionar muchas otras cosas que si se leen al pie de la letra, en ves de acercarnos a Dios, nos van alejando de él, pues no llegaríamos a comprender del por qué, de tal o cuál situación. En otras palabras, llegaríamos a confundirnos por no leer de acuerdo al Magisterio. Tampoco debemos tener miedo al leer libros proféticos como el de Daniel o el de Apocalipsis. Estos libros nos hablan en una manera en la que para nosotros es difícil de comprender, pero para los que leyeron en sus épocas, estos libros, tenían toda la lógica del mundo. Monstruos, dragones, jinetes, muerte, cuernos, ojos en pares de tres, etc. Todo esto es parte de un tipo de literatura apocalíptico (espeluznante), que reflexiona sobre el sufrimiento y la futura gloria de los buenos, que a base de los materiales recibidos de la Tradición concebían en su época como camino hacia la victoria final de Dios y de los que permanecían firmes confiando en la presencia del Señor. De ello estaremos hablando en su debido momento.

Pongamos todo esto en perspectiva y nos daremos cuenta que la Biblia que es, la Buena Nueva (ese es su significado), nos va trasmitiendo su amor y va dando respuestas vivas y reales al tiempo en el que vivimos. Ella es la misma desde el instante en el que se empezó la tradición de relatar historias de boca de los abuelos, de estos a los padres y estos a sus hijos, hasta la recopilación de estos relatos, puestos en papel, a través de los siglos y en cada uno de ellos, dando confianza y entereza de acuerdo a sus conocimientos científicos, sociales y culturales. Hasta la fecha no se ha escrito nada que haya trascendido el tiempo, la época, la lengua, ni la distancia, como lo ha hecho la Palabra de Dios. En ella, se encontrará siempre el mismo mensaje que no cambia. El mensaje de amor y la oportunidad de que la humanidad se salve de sus pecados. Dios no busca, ni raza, ni color, ni sexo y mucho menos, posición social. Él simplemente nos da a conocer que él es único y que existe un sitio preparado para cada uno de nosotros, a su lado, allá en el Cielo y que todo aquel que sigue su Palabra, podrá alcanzar ese maravilloso lugar. Como nos dice el libro de Apocalipsis: “Y oí una voz que clamaba desde el trono: «Esta es la morada de Dios con los hombres; él habitará en medio de ellos; ellos serán su pueblo y él será Dios-con-ellos; él enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte ni lamento, ni llanto ni pena, pues todo lo anterior ha pasado.»” Ap 21:4 En la Biblia debemos de encontrar ese amor del Padre, por medio del cual hoy en día buscamos la salvación de nuestros pecados. Y lo hermoso es el poder leer la Biblia bajo la guía del Magisterio y no bajo la inspiración de cualquier hombre que cree que Dios le ha hablado de una manera especial, pues Dios en su bondad nos habla a todos de la misma forma, a lo más íntimo de nuestro corazón. Miremos lo que nos dice la carta de Judas al respecto: “Pero ustedes, amadísimos, recuerden lo que los apóstoles de Cristo nuestro Señor les anunciaron. Ellos les decían que al final de los tiempos aparecerán hombres que se burlarán de todo y no tendrán en cuenta a Dios, sino que se dejarán llevar por sus pasiones. En la actualidad éstos son los que causan divisiones, se mueven en lo humano, y no tienen el Espíritu. En cambio ustedes, muy amados, construyan su vida sobre los fundamentos de su santísima fe, oren en el Espíritu Santo y manténganse en el amor de Dios, aguardando la misericordia de Jesucristo nuestro Señor, que los llevará a la vida eterna” El Magisterio nos va guiando por medio de la enseñanza apostólica y a través de sus Tradiciones, nos va mostrando la plenitud de la obra magnifica de Dios para la humanidad. Si bien es cierto que “la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más penetrante que toda espada de dos filos; y que alcanza hasta partir el alma y el espíritu, y las coyunturas, y los tuétanos; y que discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” Heb 4:12, también es cierto que es una palabra muerta cuando tratamos de interpretarla a nuestra manera, sin tomar en cuenta otros documentos y enseñanzas apostólicas de nuestra bendita Iglesia católica. La Biblia se lee con un corazón abierto, confiando plenamente que es Abbá papito el que nos habla a lo más íntimo de nuestro ser. Nuevamente lo recuerdo, no debemos leerla, buscando solucionar intereses propios, para satisfacer nuestro ego personal, más bien, debemos de buscar en ella la inspiración, para ser mejores cristianos, siguiendo el ejemplo de Jesús, quien dio su propia vida, no por su interés de ser adorado, ni para la que la gente dijera: “¡Ah miren, que bonito, dio su vida por los demás!” Por el contrario, lo hizo por amor a ti y a mí. Eso es lo que debemos de encontrar en las Sagradas Escrituras. En ella descubrimos, como puedo yo amar a Dios sobre todas las cosas y a mi prójimo como a mi mismo (Mc 12:29-31) Tampoco es importante que nos quebremos la cabeza, tratando de saber el contenido desde 1ra de Génesis, hasta el capítulo 22 y verso 21 de Apocalipsis. Pues de que nos serviría tener el conocimiento para rebatir y discutir, sino vivimos el contenido de la misma y su contenido total y real es el plan perfecto de salvación del Padre, por nuestros pecados y eso nos bastaría para conocer la Biblia entera. Es ilógico e incoherente que no nos abriéramos a su contenido profundo y nos detuviéramos solamente en la letra, para convertirnos en cristianos legalistas (como los Corintios por ejemplo), que no ven más allá de lo que a ellos les conviene. Seríamos como Jesús les habla a los sacerdotes, fariseos y todos los maestros de la ley. “Hipócritas”, pues no viven lo que enseñan ni predican la voluntad del Padre a su pueblo santo. En la carta a los Gálatas 3:3, Pablo nos comparte: “¡Qué tontos son! ¡Empezar con el espíritu para terminar con la carne!” Por otro lado, también es necesario que tengamos el suficiente conocimiento, para amar, para acercarnos a él y sobre todo, para atraer almas a sus pies, no con teoría, más bien, con ternura, mansedumbre, demostrando que vivimos nosotros mismos lo que compartimos. También debemos pensar que hay personas que predican sobre la Biblia, que hablan muy bonito y tienen el carisma de adornar el mensaje. ¡Cuidado con esos predicadores! No es el que anuncia (aunque sea un sacerdote), es de quien se anuncia, al que se le debe de dar gloria. De qué sirve hablar bonito, sino se muestra lo que es realmente bonito. No podemos anunciar una Buena Nueva, cuando nuestras vidas, son todas unas malas viejas. El mensaje se lee, se medita, se reflexiona y se da de acuerdo a su plan perfecto y de acuerdo a la interpretación del Magisterio que es guiado por el Espíritu Santo. Jesús mismo es un claro ejemplo de ello. Él predicó el mensaje de la Buena Nueva y vivió de acuerdo a lo que predicaba. Siempre dio gloria al Padre en cada momento. Otro ejemplo de ello tenemos en Apolo, en el libro de Hechos de los Apóstoles 18:24-28: “Era un orador elocuente y muy entendido en las Escrituras. Le habían enseñado algo del camino del Señor, y hablaba con mucho entusiasmo. Enseñaba en forma acertada lo referente a Jesús, aunque sólo se había quedado con el bautismo de Juan. Hablaba, pues, con mucha convicción en la sinagoga. Al oírlo Aquila y Priscila, lo llevaron consigo y le expusieron con mayor precisión el camino. Como pensaba pasar por Acaya, los hermanos lo alentaron y escribieron a los discípulos para que lo recibieran. De hecho, cuando llegó, ayudó muchísimo a los que la gracia de Dios había llevado a la fe, pues rebatía públicamente y con gran acierto a los judíos, demostrando con las Escrituras que Jesús era el Mesías” Apolo llego a ser un gran predicador, porque se dejo guiar por el Magisterio. Él pudo haber empezado su propia secta de acuerdo a lo que él entendía de las Escrituras, pero al dejarse guiar por el Espíritu Santo, comprendió que era solamente por medio de las enseñanzas de los apóstoles, como iba a anunciar mejor el mensaje de salvación a la humanidad. Recordemos que el día del juicio, no se nos preguntará: cuánto leímos la Biblia, más bien, se nos preguntará: cuánto obedecimos a lo que su Palabra nos invita a hacer. Dejémonos conducir por su Espíritu de amor y si nos cuesta entender lo que leemos, es recomendable que busquemos ayuda del Magisterio

Si decidimos estudiar la Biblia en casa, o si estas teniendo un curso en tu parroquia o diócesis, es importante, que nos acompañemos siempre de un buen diccionario bíblico y mejor si es ilustrado. Por supuesto que para nosotros los católicos, es importante reconocer que la Iglesia se va abriendo más y más al conocimiento de la Palabra, pero que la Biblia no se debe de leer, sin tener en cuenta otros documentos importantes dentro de nuestra fe. Existe también el Nuevo Catecismo, los Documentos del Vaticano II, las cartas o encíclicas de los Papas, otros documentos como los Documentos de Santo domingo, los de Puebla, los de Medellín, etc. Nuestra Iglesia es rica en oportunidades para llegar a conocer mejor la Biblia y su contenido. No seamos más flojos y penetremos las profundidades de Dios, para que de esa manera, podamos alcanzar almas a sus pies. Recordemos que sin conocimientos, de volada nos tumban aquellos que con ideologías erróneas, plantan dudas en nuestro corazón y aprovechándose de nuestra ignorancia, nos alejan de la fe y de nuestra Tradición apostólica, llevándonos por caminos separados y convirtiéndonos en imitadores de los tontos ego centristas que basados en teorías absurdas, nos engañan con falsedades y al final de cuentas, ellos mismos al momento de su muerte piden por un sacerdote para que les de los últimos ritos y poder descansar en paz. Hay que leer para comprender y si no leemos de acuerdo al magisterio, nunca lograremos entender su contenido. Jamás me cansare de repetirlo: solamente por medio de la enseñanza de los Apóstoles es como entenderemos a plenitud el contenido de la Biblia. Alguien me podrá decir que es solamente por medio del Espíritu como la entenderemos. Si bien es cierto que el Espíritu de Dios nos habla directo al corazón, no podemos dejar que el espíritu del maligno se interfiera, pues Dios en su Escritura nos une, pero si al leer la Biblia, empezamos a “entender” a nuestra manera y con ello damos el pretexto de que la Iglesia esta equivocada, es entonces que no es el Espíritu de Dios el que nos esta inspirando. ¡Cuidado! Si alguien te dice que María no es la Madre de Dios y tu le crees, entonces estas cometiendo del mismo error de aquel que te lo dijo. La Biblia claramente nos habla en el Libro de Isaías 7:14 “Por tanto, el mismo Señor os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y Dará A LUZ UN hijo, y llamará su nombre Emmanuel” y ¿qué significa Emmanuel? Pues “Dios entre nosotros” Entonces María si es la Madre de Dios. No te dejes engañar por no leer las Escrituras. Lee, pero de acuerdo a las enseñanzas de los Apóstoles.

¡No te dejes engañar!

La Biblia, su significado, orígenes y versiones

La semana pasada estudiamos lo interesante de la Biblia. En ella descubrimos el amor incomparable que el Padre tiene por cada uno de nosotros, dándose así mismo en su Hijo Jesucristo, para la salvación de nuestras almas. En está semana, vamos a compartir sobre el significado de Biblia y de donde vienen sus orígenes y versiones, que por cierto son ya varias leídas alrededor de todo el mundo, en sus lenguas nativas.

Significado y divisiones:

Bien, vamos a empezar. Etimológicamente (ciencia que estudia el origen de la palabra), Biblia significa “libros” e irradia de la palabra griega “biblos” o sea un conjunto de escritos. Estos como dijimos anteriormente, han sido recopilados en el transcurso de los siglos, bajo inspiración de Dios, dándonos a conocer el plan perfecto de salvación de Dios para el hombre, de ahí que debemos de remitir lo que dice la Biblia al resto del conocimiento humano, y el resto del conocimiento humano a lo que dice la Biblia. La Biblia (católica) está compuesta de 73 libros, divididos en dos partes: Antiguo Testamento que contiene la recopilación de 46 y Nuevo Testamento que contiene 27 Estas dos partes, las podemos dividir de la siguiente manera:

Antiguo Testamento:

a. 21 libros históricos o narrativos  El Pentateuco (Génesis, Éxodo, Deuteronomio, Levítico y Números), Josué, Jueces, 1 y 2 de Samuel, 1 y 2 de Reyes, 1 y 2 de Crónicas, Esdras, Nehemías, 1 y 2 de Macabeos, Ester, Rut, Tobías y Judit.

b. 7 libros didácticos, en los que encontramos sabiduría y poesía)  Job, Proverbios, Eclesiastés, Cantares, Sirácides (eclesiástico), Sabiduría y Salmos

c. 18 Libros proféticos que a su vez se dividen en Profetas mayores y menores.

1. 5 Profetas mayores: Isaías, Jeremías, Ezequiel, Daniel y Lamentaciones

2. 13 Profetas menores: Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás,

Miqueas, Nahum, Habacuq, Sofonías, Ageo, Zacarías, Malaquías y Baruc.

Nuevo Testamento:

a. 5 libros históricos o narrativos  Evangelio de Mateo, Evangelio de Marcos, Evangelio de Lucas, Evangelio de Juan y Hechos de los apóstoles.

b. 21 Libros didácticos (cartas) Estos se dividen en 2 partes:

1. 14 Cartas paulinas: Romanos, 1 y 2 de Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses, Filemón, 1 y 2 de Tesalonicenses, 1 y 2 de Timoteo, Tito y Hebreos, que se le acredita a Pablo, pero que se cree fue escrito por uno de sus ayudantes.

2. 7 Cartas apostólicas o católicas: Santiago, 1 y 2 de Pedro, Carta-- de Judas y 1, 2 y 3 de Juan

c. 1 Libro profético  Apocalipsis

Tenemos que tomar en cuenta que el proceso de composición de las Escrituras esta combinado de dos partes muy importantes. El primero es el de reconocer que en algunos libros, fueron varios los escritores, en distintas épocas. Veamos por ejemplo en el libro del profeta Isaías del cual podemos distinguir al menos tres autores de diferentes épocas, pero todos unidos en una misma línea de pensamiento y tradición. Isaías I, que comprende los capítulos del 1 al 39 y que data del siglo VIII antes de Cristo; Isaías II, que contiene los capítulos del 40 al 55 y que se originan en el Siglo VI a. C. y la de Isaías III que encontramos en los capítulos 56 al 66 y que se predicó por el siglo V a. C. Es difícil poder describir las fechas exactas de la contextura de cada libro, especialmente los del AT y esto se debe a que en cada uno de ellos intervinieron diferentes autores como se menciono anteriormente. Se puede decir que el AT fue compuesto entre los siglos X y el I a. C. y el NT entre el año 50 y el 150 d. C. En el año de 1947 se descubrieron en unas cuevas del Mar Muerto, los manuscritos de muchos de los libros del AT. A estos manuscritos se les conoce como los rollos de Qumrán. Estos hallazgos nos animan a tener mayor confianza en que el texto fuera también preservado con igual cuidado a través de épocas anteriores, lo que nos índica que el texto en sí no a cambiado mucho en cada una de las traducciones que se le han hecho, desde que se empezó a poner por escrito lo que se trasmitía por palabra.

Lenguas:

El AT fue escrito en hebreo en su mayoría y en arameo, algunas partes de los libros del profeta Daniel y el de Esdras, Tobías y Judit. En griego fueron escritos los libros de Sabiduría, Eclesiástico, II de Macabeos, partes de Ester y Daniel y todos los libros del NT, con excepción del Evangelio de San Mateo, que fue escrito en arameo

Versiones de la Biblia:

Dos son las principales versiones antiguas de la Biblia: la primera, llamada de los LXX y la segunda La Vulgata (lenguaje vulgar, popular) La primera es una traducción del Hebreo al Griego, atribuida a 72 sabios judíos de habla griega a principios de la era cristiana y por los primeros cristianos en 72 días. Su origen es incierto, pero la tradición coloca a esta versión entre los años 285 al 246 a. C. Esta versión contenía solamente el AT. La segunda es realizada en el siglo IV d. C. por San Jerónimo, quien compuso el AT y el NT en latín, que era el lenguaje utilizado por la Iglesia en los primeros siglos después de Cristo.

Traducciones:

Durante la edad media, la Vulgata Latina, fue la versión oficial de la Iglesia. Después de la Reforma surgió el deseo de traducir la Biblia a los idiomas nacionales para que el pueblo pudiese comprenderla. Los cristianos regados para ese entonces alrededor del mundo, empezaron a hacer traducciones del texto original, acomodándolo a sus idiomas maternos. Martín Lutero, tradujo la Biblia al alemán y de esa versión, se tradujeron en varios otros idiomas en el área de Europa. Al principio del XIX surgieron las primeras Sociedades Bíblicas, para servir a los primeros alcances misioneros de la Iglesia. El objetivo de estas sociedades ha sido el de proveer ejemplares de la Biblia, al alcance todos los pueblos en todos los idiomas posibles. En el año de 1260 se obtiene la primera traducción al español llamada Alfonsina. Esta traducción era parcial y parafraseada (explicación o interpretación del texto). Para el año 1430 surge la Biblia del duque de Alba, que es el AT traducido por el judío Moisés Arragel. En el año 1553 se publica la Biblia Ferrara, que fue publicada por unos judíos y su contenido era en su mayoría, las traducciones del AT. La primera versión del NT en español fue publicada en 1543 por Francisco de Enzinas, seguido en 1556 por el de Juan Pérez. La versión Biblia del Oso (por la estampa de un oso en su parte frontal), fue la primera versión completa en español, traducida esta de los escritos originales y su autor fue Casiodoro de Reina en el año 1569. En 1602, surgió una versión revisada de esta Biblia Oso, por Cipriano de Varela. A está revisión se le llamó Reina-Valera, la cual a su vez a tenido varias revisiones en el transcurso de los siglos, de las cuales la más reciente y notable es la de 1960.

Otras tantas traducciones surgieron a partir de la Vulgata Latina. En nuestros días contamos con traducciones que se han hecho del texto original, como lo son: Nácar-Colunga, Biblia de Jerusalén, Biblia Latinoamérica, La Nueva Española, Bover-Cantera, Cantera-Iglesias, etc. Algunas de estas versiones usan un lenguaje literario, inclusive con términos formales o académicos como Nácar-Colunga, Biblia de Jerusalén. Otras utilizan un lenguaje más familiar como Dios habla hoy (que es una traducción completa con libros apócrifos, pero con contenido protestante) y la Biblia Latinoamérica.

Inspiración, canon y verdad:

1) Inspiración: Entendemos por inspiración de la Palabra de Dios, toda aquella luz y fuerza del espíritu que el Padre, ha comunicado a su pueblo por medio de autores, que han puesto por escrito todo y sólo aquello que él quiere, de forma tal que todo lo consignado en la Biblia, sea netamente Su Palabra y palabra humana. Hay que tomar en cuenta que sin embargo. que esta inspiración divina se da no sólo en el redactor último de un libro, sino en todas aquellas personas que de una u otra forma intervinieron para la puesta por escrito de un determinado libro bíblico. Por ello la Iglesia tiene por inspirados, según la fe apostólica, todos los libros del AT y NT.

2) Canon: Es el conjunto de libros admitidos y reconocidos por la Iglesia como inspirados. Dos son los cánones del AT. El primero Canon largo o llamado Alejandrino y consta de 46 libros. Este canon es seguido por los católicos y los ortodoxos y el segundo el canon corto o llamado Palestinense y consta de 39 libros. Este es admitido por los hermanos separados, quienes excluyen de su canon los 7 libros llamados por nosotros deuterocanónicos y por ellos apócrifos. La razón de su exclusión es que se pensó que estos fueron no escritos en la lengua original hebrea. Estos libros son: Tobías, Sabiduría, Judit, Eclesiástico, Baruc, 1 y 2 de Macabeos y algunas partes de Daniel y Ester. El canon del NT esta formado por 27 libros y es aceptado tanto por católicos como por protestantes. Los judíos no los admiten.

3) Verdad: Por que creemos que la Biblia fue inspirada por Dios, entonces comprendemos que lo dicho en ella es la verdad en orden de nuestra salvación, por medio de su amor en Cristo Jesús. La Biblia en su contenido, no trata de darnos conocimientos científicos o analíticos o lógicos de los acontecimientos relatados a través de los siglos, sino la interpretación que hace la misma historia a la luz de la fe, comunicándonos la verdad salvífica.

Hermenéutica o interpretación:

Como hermenéutica, entendemos a la ciencia que se encarga de dar interpretación a un texto, y la empleamos en este caso, para dar interpretación al texto de la Biblia. Tenemos que tener en cuenta que al interpretar la Biblia, hay que reconocer que es Dios mismo el que se revela al hombre, y el hombre, inspirado por Dios, es el que pone por escrito lo dicho por Dios, en un lenguaje humano. Por lo tanto el intérprete de las Escritura, para conocer lo que Dios quiso comunicarnos debe estudiar con atención lo que los autores querían decir y lo que Dios quería dar a conocer con dichas palabras. Veamos lo que nos dicen los documentos del Vaticano II en Dei Verbum 12 “Para descubrir la intención de los hagiógrafos (autor de uno de los libros de la Biblia), entre otras cosas hay que entender a los géneros literarios. Puesto que la verdad se propone y se expresa de maneras diversas en los textos de diverso género: histórico, profético, poético o en otros géneros literarios. Puesto que para entender rectamente lo que el autor sagrado quiso afirmar en sus escritos, hay que atender cuidadosamente tanto a las formas nativas usadas de pensar, de hablar o de narrar a las que en aquella época solían usarse en el trato mutuo de los hombres” Entonces debemos de reconocer que al leer la Biblia, debemos de estar sujetos al mismo Espíritu que ilumino a los hagiógrafos y al interpretarla, debemos de comprender su pensamiento, su cultura, sus modismos y su medio ambiente. Recordemos que la Biblia fue escrita en diversos lugares y diferentes épocas, por lo tanto debemos de estar abiertos a entender esos tiempos y a las necesidades de esos hombres propias de su época. Para la interpretación de la Biblia, debemos de reconocer tres aspectos muy importantes:

1) La ciencia: ya que la Biblia es palabra humana, inspirada por Dios. Por ejemplo: La Biblia relata la creación del universo, pero Ella no es un libro de texto científico. Lo relatado en la Biblia, en cuanto a la creación, tiene que ser relacionado con los descubrimientos científicos.

2) La fe: pues la Biblia es Palabra de Dios: A Dios lo podemos conocer solamente en la medida en que él se revele a sí mismo. De otra manera no tenemos medios para conocerlo

3) La vida: porque la Biblia es palabra actual

Al estar compenetrados de estos tres aspectos importantes, entonces evitaremos caer en errores, como por ejemplo: Pensar que nosotros tenemos la verdad absoluta en la interpretación de la Biblia.

La Biblia no es una colección de verdades eternas que se puedan intercambiar sin reparación su trasfondo y propósito original. No podemos simplemente recopilar de todas partes de la Biblia y sumarlas todas, para formar una doctrina o secta. El significado de una afirmación depende siempre de su contexto. Además hay que estar seguros de que se entienda un versículo a la luz de todo el pasaje leído, cuando se considera enseñar una doctrina en particular. Veamos el ejemplo del Evangelio según San Juan: “El Verbo fue hecho carne” Jn 1:1 Aquí Juan comparte un pensamiento común en cuanto al significado a los vocablos Verbo y Carne. Él se expresaba en una forma en la que sus lectores podían entender lo que les estaba trasmitiendo. Estas mismas expresiones pueden significar algo muy distinto en el lenguaje moderno. Por lo tanto no se puede elaborar una doctrina o tratar de formar una teología mediante la mera repetición de ciertas afirmaciones bíblicas sin acatarse al significado original y al significado actual. Por eso al interpretar la Biblia, se debe de tomar en cuenta el sentido original y que este sea a su vez claro para la gente de hoy. Si descubrimos algunos términos bíblicos, que ya no se comprenden, entonces debemos de encontrar otros que trasmitan el sentido original, sin perdida de su contenido. Esto lo podemos notar por ejemplo en algunas versiones que datan antes del siglo XIX: “Y María parió a Jesús” Comparado con el texto moderno: “Y María dio a luz a Jesús” (Lc 2:7) Para comprender mejor un texto, es necesario que indaguemos el sentido original, que descubramos quien fue el autor, su manera de vivir y de pensar y sobre todo conocer mejor a la gente a la cual se dirigía. Esto lo vemos bien claro en los Evangelios. Son cuatro y los cuatro hablan de Jesús, pero los cuatro tienen una manera diferente de enfocar las vivencias del Señor. Podemos ver inclusive en el mismo Jesús: ¿Por qué escogió pescadores, si siempre hablo de sembradores, cosechadores, etc.? Cuando no se tiene orientación, cometemos el error de leer la Biblia a “nuestra manera” y no nos damos cuenta de su contenido real. Como católicos, tenemos la responsabilidad de leer la Biblia, respaldados por el Magisterio de la Iglesia, de esa manera siempre estaremos seguros de que lo que se lee, no lo estamos interpretando a nuestro antojo, manipulando el texto, para crearnos nuestro propia religión o inclusive nuestro propio dios, sino que, de una manera apostólica, inspirada por el Espíritu de Dios. “Porque todo lo que es referente a la interpretación de la Sagrada Escritura, está sometido en última instancia a la Iglesia, que tiene el mandato y el ministerio divino de conservar y de interpretar la Palabra de Dios” Dei Verbum 12 párrafo 4.

Es importante que se lea la Biblia, pues precisamente es la Palabra de Dios dirigida a nosotros y por lo mismo debe de ser leída y escuchada en forma tal que podamos responder adecuadamente a Dios que nos habla a lo íntimo de nuestro corazón. Si la Biblia solamente la tenemos de adorno o cerrada por miedo a su contenido, entonces eso no complementa lo que Dios quiere de nuestras vidas. Es muy bonito escuchar al sacerdote o al hermano predicador sobre lo que nos dice de la Biblia, pero es mejor disfrutar uno mismo del manjar que nuestra madre nos ha preparado, a escuchar a alguien más lo sabroso que nuestra mamá cocinó. ¡No es lo mismo! El no escuchar o peor aun, el no poner en practica lo que ahí encontramos, es no vivir de acuerdo al plan perfecto de amor del Padre para cada uno de nosotros, es un intento de nulificación de su palabra viva.

Capítulos y versículos:

La Biblia se divide como dijimos anteriormente en dos partes: Antiguo y Nuevo Testamento. Estos a su vez en varios libros históricos, sapienciales, proféticos. Cada libro se divide en capítulos (los números grandes) y versículos (los números pequeños entre los párrafos) Por ejemplo: Gén 1:4, se lee: Génesis capítulo 1 versículo 4. Nótese que cuando se escribe una cita bíblica, en donde existe un capítulo y uno o varios versículos, se coloca dos puntos (:) entre el capítulo y el versículo. En muchos lugares encontraremos que se coloca una coma (,) en lugar de los dos puntos. Por lo regular vemos citas que se escriben con un guión entre los versículos, por ejemplo: Lc 1:5-10. Esto se lee: Evangelio de San Lucas capítulo 1 y versos del cinco al diez. Cuando encontramos un punto entre los versículos, significa: tal versículo y este otro versículo. Ejemplo: Jn. 2:3.7 Esto se lee Evangelio según San Juan, capítulo 2 versículo 3 y el 7 No del tres al siete sino, tres y siete. En ocasiones encontramos una s o ss esto significa y versículo o versículos siguientes. Ejemplo: Mt 3:4ss. Se lee Evangelio de San Mateo, capítulo 3 versículo 4 y siguientes.

Conclusión

Bueno, entonces podemos decir para concluir, que la Biblia es el centro de nuestro existir. Que su significado es la Buena Nueva y que en ella encontramos el plan perfecto, de acción salvífica de Dios para la humanidad y que al leerla no buscamos solucionar nuestros propios intereses, o darnos ideologías vanas, para crear nuestra propia religión, si no que buscamos como podemos ser mejores en brindar amor y caridad a los demás. Dios nos habla por medio de su Palabra, pero también él nos habla por medio de la naturaleza, por medio de sucesos en medio de nuestras comunidades. Tenemos que estar abiertos a saber escuchar su Voz que siempre habla a lo íntimo de nuestro corazón. Dios quiere que todo el mundo se salve, pero solamente aquellos que esta dispuestos a escuchar su Palabra, serán los que verdaderamente serán salvos. No por medio de infundir miedo a Dios, porque él castiga sino nos convertimos a sus ideologías, como lo hacen ciertas sectas, más bien, por medio del amor misericordioso del Padre por cada uno de nosotros. En la Biblia encontraremos muchos casos en los cuales Dios castigaba al pueblo elegido, que desobedecía constantemente, pero más encontramos su amor profundo a tal grado que “Envió a su único Hijo, para que todo aquel que crea en él no se pierda más tenga vida eterna” Jn 3:16 Eso es la Biblia. Eso es lo que nos invita Jesús a predicar. Jesús no nos hizo una promesa de estar con nosotros hasta los últimos días, con amenazas, al contrario nos invita a una conversión plena por su sacrificio en la Cruz del Calvario y nos dice: “Vayan, pues, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a cumplir todo lo que yo les he encomendado a ustedes. Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin de la historia” Mt 28:19-20

¿Qué nos ha encomendado Jesús? Que amemos al Padre sobre todas las cosas, amemos al prójimo y que nos amemos a nosotros mismos. Es simple y sencillo de hacer, si verdaderamente así lo deseamos y creemos. Entonces podemos decir que la Biblia es un conjunto de escritos, compuestos por varios autores, que vivieron en diferentes épocas, con diferentes necesidades, culturas y sociedades que diferían una de la otra, pero que todos esos pueblos se distinguían por algo en común, que era y sigue siendo hasta ahora, la búsqueda de Dios todo poderoso, para dar respuesta a sus inquietudes y necesidades. No obstante el paso del tiempo, la Biblia sigue siendo en la actualidad tan concisa como el primer relato hablado que se hizo de Ella. Es el libro más vendido a nivel mundial y sobre pasa las traducciones en varios idiomas, lenguas y dialectos que cualquier mejor libro vendido en el mundo secular. Pero lamentablemente no todo ese mundo busca sinceramente a Dios en su contenido. En los países desarrollados por ejemplo, se van desprendiendo de la Palabra de Dios, entre más se hacen cultos en la ciencia, buscando siempre dar una respuesta al por qué de la vida. Mientras que en los países subdesarrollados, la ignorancia por la falta de estudio, debido a sus necesidades, va creando una necesidad espiritual, de la cual muchos se aprovechan, para engatusarlos y llevarlos de la mano a cometer errores, apoyándose en la Sagrada Escritura, para hacer de ello sus riquezas materiales. En la Biblia encontramos Palabra viva, que nos muestra el camino desde el principio al fin. Nos da el alimento para continuar hasta el instante en el que seamos levantados en gloria; nos guía por el camino correcto y nos muestra sobre todo la plenitud del amor del Padre por cada uno de sus hijos. En la Biblia se encuentran nuestras propias vidas. Nos hace reflexionar sobre lo bueno y lo malo que hemos sido y de acuerdo a nuestra fe, nos ayuda a afrontar mejor nuestras realidades o nos aparta y aleja de Dios por completo. En conclusión diremos que “Dios es amor” pues la Biblia lo dice en el capítulo 4 versículo 8, primera de Juan. Y si buscamos su amor en Ella, tendremos paz en nuestro corazón.

Introducción a los evangelios

Estamos llamados a evangelizar

En el Evangelio de San Mateo en el capítulo 28 del verso 18 en adelante, Jesús nos hace la invitación a evangelizar en una manera muy especial: “Jesús se acercó y les habló así: «Me ha sido dada toda autoridad en el Cielo y en la tierra. Vayan, pues, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a cumplir todo lo que yo les he encomendado a ustedes. Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin de la historia.»” Es interesante en la forma en la que Jesús nos pide el anunciar la Buena Nueva. Pero para que nosotros podamos comprender este mandato, tenemos primero que nada, empezar a experimentar por nosotros mismos esta Nueva Buena en nuestras propias vidas. Tenemos que saber que desde el momento en el que fuimos bautizados dentro de nuestra fe, estamos llamados a llevar el Evangelio de amor y redención a la humanidad. ¿Pero, cómo lo haremos? Pues envolviéndonos en todo lo que la Iglesia nos permite, de acuerdo a nuestras capacidades. Recuerda, no estoy diciendo de acuerdo a nuestra inteligencia, sino más bien de acuerdo a nuestros carismas y dones espirituales. En la cita que mencionamos anteriormente, nos enfocaremos en algunos puntos muy importantes, para poder comprender el llamado a evangelizar. Empecemos por el primero: “Me ha sido dada toda autoridad en el Cielo y en la tierra…” Jesús siendo uno con el Padre (Jn 14:6-9), tiene autoridad sobre la Iglesia que se adhiere a él en un mismo espíritu, y en su autoridad, nos invita a evangelizar no solamente como un mandato por obligación, si no qué, con su propia experiencia, enseñándonos a llevar una vida recta, para por medio de nuestras vidas, podamos de la misma manera dar ejemplo de seres que viven a plenitud la experiencia de haber sido evangelizados. Ese mismo poder, Jesús nos lo da a nosotros, los que creemos verdaderamente en él y que nos dejamos envolver de su amor. Recordemos que su autoridad es obtenida por su relación con el Padre y su deseo absoluto de llevar la Buena Nueva a la humanidad, sacrificando su vida por amor al Padre y a cada uno de nosotros. Ese es su poder. El poder de amar como el Padre nos ama, demostrándonos que si lo hacemos por amor y confiamos plenamente en su poder, obtendremos victoria. Su poder no es autoritativo, aunque él pudiese hacerlo así. Bien pudiera Jesús haber tomado un látigo y a latigazo limpio, obligar a los apóstoles a evangelizar, infundiendo el miedo en sus corazones, para que ellos a su vez infundieran el miedo a los que iban a ser evangelizados, pero como nos dice la Escritura: “y sabrán todas estas gentes que Yahvé no necesita espada o lanza para dar la victoria, porque la suerte de la batalla está en sus manos.»” 1 Sam 17:47

La segunda frase que estudiaremos es la siguiente: “Vayan, pues, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” En la primera Jesús nos dice quien es él y su autoridad tanto en el Cielo como en la tierra, expresando su concordancia con lo que él mismo nos enseño al rezar el Padre nuestro, “haciendo la voluntad de su Padre tanto en el Cielo como en la tierra” Mt 6:10 En la siguiente parte, nos da su mandato, de hacer que “todos los pueblos” sean sus discípulos, pero la pregunta del siglo es ésta: ¿Cómo lo voy a hacer? Bueno esa es una pregunta muy fácil de responder, ya que implica nuestro sincero deseo de hacer la voluntad del Padre. Ahora que es ahí en donde irradica nuestro problema. Nunca queremos hacer la voluntad del Padre cuando él nos pide que sacrifiquemos nuestras vidas, por su amor. No nos gusta la idea de salir y compartir con el vecino, en nuestros trabajos, en la escuela, y mucho menos queremos compartir la Buena nueva con nuestra propia familia. Pensemos por un momento lo que Jesús hizo por cada uno de nosotros, al compartir su amor en una entrega total que lo llevó al madero. Así nos ama y así de esa manera se dio así mismo como último sacrificio para enseñarnos la manera en la que debemos de evangelizar, llevando su Palabra de amor y salvación y a su vez trayendo almas a sus pies. Es necesario pues, que nos despojemos de todo nuestro interior y que rechacemos los miedos, los temores al fracaso y digo “al fracaso”, porque muchas veces pensamos que somos ineptos, que no sabemos hablar y que no tenemos sabiduría para poder compartir lo que Cristo ya hizo por nosotros en la Cruz del Calvario. Mira por ejemplo a Moisés, él tenía preparación secular, digamos que llegó a estudiar en la universidad de Los Angeles (UCLA), estaba bien preparado para las cosas del mundo secular, pero cuando fue llamado por el Señor, todo lo que aprendió en la universidad, quedo hecho papilla, pues Dios no pedía de él sabiduría humana, más bien Su petición fue el de ir y rescatar al pueblo que vivía bajo la esclavitud en Egipto. Moisés le puso pretextos a Dios, diciéndole que él no podía hacer lo que le pedía, pues no era muy elocuente y que hasta tartamudeaba: “Moisés dijo a Yahvé: «Mira, Señor, que yo nunca he tenido facilidad para hablar, y no me ha ido mejor desde que hablas a tu servidor: mi boca y mi lengua no me obedecen.» Le respondió Yahvé: « ¿Quién ha dado la boca al hombre? ¿Quién hace que uno hable y otro no? ¿Quién hace que uno vea y que el otro sea ciego o sordo? ¿No soy yo, Yahvé? Anda ya, que yo estaré en tu boca y te enseñaré lo que has de hablar.» Pero él insistió: «Por favor, Señor, ¿por qué no mandas a otro?» Esta vez Yahvé se enojó con Moisés y le dijo: « ¿No tienes a tu hermano Aarón, el levita? Bien sé yo que a él no le faltan las palabras. Y precisamente ha salido de viaje en busca tuya y, al verte, se alegrará mucho. Tú le hablarás y se lo enseñarás de memoria, y yo les enseñaré todo lo que han de hacer, pues estaré en tu boca cuando tú le hables, y en la suya cuando él lo transmita. Aarón hablará por ti igual que un profeta habla por su Dios, y tú, con este bastón en la mano, harás milagros.»” Ex 4:10-17

¿Cuántos pretextos le hemos puesto a Dios para no hacer su voluntad? Que otros prediquen, que otros sean los que evangelicen a mi familia, a mi comunidad. Además es responsabilidad del sacerdote y de las monjas de hablar de Dios y nos quedamos siempre esperando a que nos atiendan y nos enojamos cuando el clero no hace como nosotros les pedimos, cuando no nos atiende el padre de la parroquia y es entonces que decidimos ir en búsqueda de otros lugares en los que supuestamente nos atenderán mejor. Jesús vino a servir y no a ser servido nos dice su Palabra (Mc 10:45) y lo demostró a tal grado que su amor todavía persiste en medio de nosotros. Debemos de compenetrarnos en su amor, experimentar su dolor, para poder comprender del por qué él nos pide que hagamos de todos los pueblos sus discípulos. No podemos traer almas a sus pies, cuando nosotros no hemos venido a él. Cuando sabemos de un vecino que se fue a la guerra, oramos para que todo le vaya bien, pero no sabemos en nuestra propia carne lo que la familia esta atravesando al tener a ese hijo o padre en el frente de batalla. Si él muere, solamente decimos “pobrecito, dio su vida por amor a su país” y lo dejamos hasta ahí. No entendemos el dolor profundo que esta familia experimenta en este momento, hasta que eso sucede con nuestra propia familia. Es entonces que podemos comprender ese dolor al perder a nuestro ser querido. De la misma manera no podemos hacer que todos los pueblos sean discípulos del Señor cuando nosotros mismos no estamos viviendo ese discípulado. Recuerda que no es el conocimiento de la letra, lo que te forjará sabio, ni tampoco el ser un gran orador o que manejes bien el verbo, todo lo contrario, pues si tienes todos estos conocimientos humanos, pero no te sueltas en la sabiduría del Señor, de nada te servirá. Dios te ha dado dones y carismas, lo dijimos anteriormente y cada uno de nosotros tiene uno en particular, ya sea este de hablador como yo, o que cantes (no como yo) o que se te facilite escribir o pintar o que te sientas cómodo moviendo una silla, tomando una escoba y ayudando a limpiar el Templo, etc. Todo esto ponlo al servicio del Señor, pues la recompensa será grande, la vida eterna. Ahora moviéndonos al último párrafo de la lectura: “Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin de la historia” Mira solamente que promesa tan especial nos hace Jesús. Él nunca nos dejará abandonados a nuestros propios destinos. Jesús que no tenía en donde recostar su cabeza (Lc 9:57), que caminó sólo en el desierto (Lc 4:1-13) y que en el momento de su aprensión, fue abandonado por todo el mundo especialmente los más allegados a él (Mt 26:56), nos promete que nunca nos dejará en las mismas condiciones en las que nosotros lo dejamos a él cuando no hacemos su voluntad y trabajamos solamente para satisfacer nuestros propios egos personales, para vanagloriarnos de lo que hacemos en la Iglesia y no necesariamente, para darle honor, honra y gloria a aquel que nunca nos abandona. Ese es el Señor para nosotros, pero lo que debemos de preguntarnos en este momento es: ¿Soy yo verdaderamente para el Señor? ó simplemente hago lo que hago sin estar consiente de su amor.

Claro que hay que comprender que en ocasiones, la vida rutinaria que llevamos, no nos permite servirle verdaderamente y a veces por cuestiones de compromisos seculares, no podemos experimentar la presencia de Jesús a nuestro lado. Especialmente cuando estamos viviendo una enfermedad, o un problema de violencia doméstica, nos preguntamos si en realidad esa promesa del Señor es verdaderamente real. Eso nos va hundiendo en nuestro interior y va ahogando lo mucho que queremos servirle. Pero es que no queremos profundizar en su promesa. Dios está constantemente ahí junto a nosotros, experimentando nuestro propio dolor y sufrimiento, derramando lágrimas por ti, y aun nosotros nos sentimos abandonados y en lugar de acercarnos a él, mejor buscamos todo tipo de experiencia exterior, en vicios como el alcohol, las drogas, las pasiones desordenadas, las infidelidades y hasta los golpes a nuestros seres queridos. No encontramos paz, porque nos sentimos abandonados por Dios. Lanzamos una mirada al Cielo y preguntamos: “Dios mío, por qué no me respondes, ¿es acaso que estás sordo?” A lo que Yahvé te responde: “¡No hijo, no estoy gordo!” Es que su mano está sosteniéndonos en cada tropiezo que damos. Es como nuestros hijos cuando empiezan a caminar: los tomamos fuerte de sus manitas y poco a poco los vamos soltando hasta que empiezan a dar pasos por ellos mismos, pero cuando tropiezan, vamos inmediatamente a levantarlos y a contemplarlos y ellos a su ves se sienten protegidos y su llanto dura solamente un instante, pues experimenta el amor de sus padres. Lo mismo es con el Señor, él es nuestro Padre que nunca nos abandona y “aunque nuestros pies tropiecen con piedra alguna, no debemos de temer, pues él esta ahí para sostenernos” Sal 91 Leamos en la carta de San Pablo a los romanos: “¿Qué más podemos decir? Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? Si ni siquiera perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos va a dar con él todo lo demás? ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Acaso las pruebas, la aflicción, la persecución, el hambre, la falta de todo, los peligros o la espada? Pero no; en todo eso saldremos triunfadores gracias a Aquel que nos amó. Yo sé que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni las fuerzas del universo, ni el presente ni el futuro, ni las fuerzas espirituales, ya sean del cielo o de los abismos, ni ninguna otra criatura podrán apartarnos del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor” Rom 8:31-37 Dios en su Hijo Jesucristo, nunca nos abandonará en nuestro trabajo de evangelización y por muy duro que esto nos parezca, él siempre estará a nuestro lado, pues su promesa es justa, ya que él es justo. Para que nosotros podamos comprender lo que el Señor nos promete, debemos de estar compenetrados en la lectura asidua de la Biblia, profundizando y reflexionando a plenitud todo lo que él hizo por cada uno de sus amados. En realidad eso es la Biblia, especialmente cuando hablamos del Nuevo Testamento y más aun cuando nos enfocamos en la lectura de los Evangelios. En ellos Jesús nos da una clara visión de lo que significa evangelizar, siendo obediente al Padre en todos los aspectos y aunque los cuatro Evangelios nos apunten a Jesús en diferente manera (esto lo estudiaremos en la próxima clase), los cuatro nos invitan a adentrarnos en nuestra misión evangelizadora, proclamando su Palabra de amor, no solamente leyendo la Biblia, si no qué poniendo en acción lo que ahí leímos.

Recordemos que la palabra Evangelio, viene de la palabra griega “Euanglion” que significa “buenas noticias” y que tiene sus raíces en “ángel” y como todos sabemos ángel significa enviado o mensajero de Dios. Por lo tanto si dividimos ésta palabra griega en dos tenemos que “Eu” significa “Buena” “anglion” mensajero. Cuando la utilizamos en la lectura de la Biblia, está palabra significa “Buenas nuevas del Señor Jesús” Por lo tanto al leer la Biblia, nos estamos comprometiendo con el Señor Jesús a ser mensajeros de la Buena Nueva que primero que nada ha transformado nuestras propias vidas, y por lo tanto con nuestra experiencia, proclamaremos el Evangelio de salvación a la humanidad. También hay que hacer referencia a un punto bien importante, que no se nos debe de olvidar: Jesús en los cuatro Evangelios, se entregó por amor hasta dar su propia vida como recompensa por el pago de nuestros pecados (Fil 2:6-11) Pedro también dio su vida por el Evangelio siendo crucificado de cabeza, pues no se sentía digno de morir como su Señor; Pablo mismo fue decapitado por causa del Evangelio; Esteban (Hc 7), quien murió apedreado por compartir la promesa de salvación. También podemos mencionar mártires modernos como: Monseñor Romero, Obispo de El Salvador, quien dio su vida, por denunciar injusticias sociales: “Señores gobernantes, les pido, les ruego, les imploro, ¡les ordeno que paren la violencia!” ¿Y cómo terminó? muerto. Martín Luther King quien lucho por los derechos de los Afro americanos, manifestando por sus derechos en una manera pacifica, también termino asesinado y así podemos mencionar a muchos otros que proclamando el Evangelio, experimentaron en carne propia lo que significa verdaderamente el anunciar la Buena Nueva, que leyeron en la Biblia y que sin más pusieron a trabajar, pues como nos dice Santiago en el capítulo 2 y verso 17: “Lo mismo ocurre con la fe: si no produce obras, muere solita” ¿Qué quiero decir con todo esto? Pues que el Evangelio que leemos en la Biblia es un Evangelio de acción y que esa acción nos llevará hasta el dar nuestra vida, con presesiones, con implicaciones que serán duras de aceptar, pero que al final de cuentas, nos llevará a la vida eterna y como Pablo nos dice: “No creo haber conseguido ya la meta ni me considero un «perfecto», sino que prosigo mi carrera hasta conquistar, puesto que ya he sido conquistado por Cristo. No, hermanos, yo no me creo todavía calificado, pero para mí ahora sólo vale lo que está adelante, y olvidando lo que dejé atrás, corro hacia la meta, con los ojos puestos en el premio de la vocación celestial, quiero decir, de la llamada de Dios en Cristo Jesús. Nosotros tenemos nuestra patria en el cielo, y de allí esperamos al Salvador que tanto anhelamos, Cristo Jesús, el Señor. Pues él cambiará nuestro cuerpo miserable, usando esa fuerza con la que puede someter a sí el universo, y lo hará semejante a su propio cuerpo del que irradia su gloria.” Fil 3:13-20 Que bello es poder contar con la promesa del Señor, saber que él estará a nuestro lado y que una promesa más grande aun nos ha hecho, nuestra casa en el Cielo. Ah, pero esto será solamente para aquellos que verdaderamente vivan a plenitud lo que se lee en los Evangelios.

El Evangelio no se queda solamente en un sentir bonito y eso ya lo hemos repetido muchas veces, tampoco significa que tenemos que estar metidos todo el tiempo en el Templo y menos que nos dediquemos todo el día a rezar, todo lo contrario. El Evangelio es acción y por eso nosotros debemos de ser acción y predicar la Buena Nueva primordialmente, en medio de nuestro hogar, en nuestra comunidad y sobre todo en medio de nuestra sociedad, velando por las injusticias sociales, tales como la s leyes de inmigración que afectan a nuestros hermanos que se encuentran sin documentos; velar por el derecho a la vida, luchar por mejorar las condiciones de nuestros hermanos que se encuentran hundidos en la pobreza, luchado por sus derechos y no aprovechándonos de ellos; velando por que nuestros hijos prosperen en medio de una sociedad que les pinta un mudo fantasioso, haciéndoles caer en vicios mundanos; comprometiéndonos a luchar en contra las injusticias religiosas, en medio de nuestra parroquia, en medio de nuestra Sede eclesiástica, velando por los intereses de los más afectados, demostrándoles con acción, que sí tienen a Cristo a su lado. Eso es el ser parte integral del Evangelio del Señor. Él nos lo demostró con hechos y nos pide que lo mismo hagamos por los demás. ¿Cómo lo lograremos? Con oración (no rezos vanos y vagos), con ayuno (no tratando de perder peso), pero sobre todo con nuestra entrega total al Señor de la Gloria eterna. Perseverando aun en la persecución y sin miedo de dar nuestras vidas por amor a Dios y al prójimo. Es tiempo que la Biblia y los Evangelios sean más que lecturas bonitas que nos hablan de Jesús. Es el momento en el que nosotros los renovados en el Espíritu Santo, tomemos posesión de nuestros puestos y que preparados en la Eucaristía, proclamemos con valentía a un Dios de amor que nos dio a su Hijo a morir por cada uno de nosotros, y que al resucitar de entre los muertos nos da vida eterna. Pongámonos la armadura del Señor y proclamemos al mundo entero que Dios nos llama al arrepentimiento y a la conversión, espiritual, moral y social en medio de un mundo perdido por los vicios inculcados por hombres que llenos de odios y rencores y sobre todo llenos de soberbia, ambición y ansias de poder, llevan a la sociedad a la incertidumbre, a la pobreza, a la injusticia en contra de los más pobres y todo lo oscuro que esto acarrea. No caigamos nosotros los renovados en los mismos vicios, más bien, seamos sobrios y presentémonos rectos ante el Señor. No busquemos y menos luchemos por puestos dentro de nuestra Iglesia. ¿Para qué? Eso nos lleva a la vanagloria y al despotismo, como sucede en medio de nuestras parroquias, que al pelear un puesto uno pone de cabeza al otro, peleándose como perros y gatos, demostrando que realmente lo que les interesa es tener su propia adoración y alabanza, como políticos que prometen y hasta matan a sus contrincantes, por ser mejores que ellos. Y aun así nos atrevemos a decir que somos renovados en el Espíritu de Dios.

Veamos también como caemos en esos vicios cuando dos grupos se pelean por la gente y hacen retiros o eventos de evangelización en las mismas fechas, tratando cada uno de tener la muchedumbre más grande. Eso no es el Evangelio. Por qué no nos unimos todos en el verdadero Espíritu y proclamemos juntos la Buena Nueva, trayendo almas a sus pies, usando todas herramientas posibles para lograr llevar acabo el mandato del Señor de “ir por todas las naciones y hacerlos sus discípulos” Porque es triste ver como la Iglesia aun en su renovación, esta llena de discípulos como Judas que por ambición entregó al Señor y no contento con ello, se quitó la vida. Él caminó con Jesús y vio sus milagros, escuchó del Maestro, enseñanzas profundas y más sin embargo ¿qué hizo? Lo entregó con un beso. Nosotros en la Iglesia actual hacemos lo mismo. Por obtener un puesto, por tener la mayor cantidad de gente, por quedar bien con los líderes, por querer un hueso, entregamos al hermano que verdaderamente evangeliza por amor al Señor sin importar consecuencias y cuando estas mismas suceden, entonces nuestras conciencias quedan manchadas, sucias por lo que hicimos y la mayoría, después de hacer el daño se alejan, no solamente del grupo, de la Iglesia, sino que de Dios. Recordemos que evangelizar, es amar y si no amamos, nunca podremos llevar la Buena Nueva a la humanidad y mucho menos podremos hacer de los pueblos sus discípulos. Jesús nos envía, sabiendo que hemos comprendido su Palabra, sus enseñanzas y que sus milagros los vivimos en lo más profundo de nuestro corazón. Pero la clave de todo es el de “estar unidos” A los apóstoles los reunió en un mismo lugar y a todos los habló de la misma forma, no individualmente, por lo tanto nosotros debemos de unirnos en su Palabra, para poder ser los mensajeros del poder de Dios. Que Dios Padre nos ayude a ser mejores evangelizadores y proclamadores de las Buena Nueva, para que el mundo crea que verdaderamente existe un Dios de poder, que los ama y desea su salvación. Amén Con esto concluimos el apéndice a la introducción de Los Evangelios y en la próxima clase nos introduciremos a estudiar los mismos en más detalle. No olvidemos que nuestra Iglesia nos recomienda que la lectura de la Biblia, tiene que ser asidua, es decir que la Palabra debe de ser leída constantemente y que más que todo si somos principiantes, empecemos por leer los Evangelios.

Los Evangelios

Anteriormente dijimos que Evangelio deriva de la palabra griega Euanglion, que tiene sus raíces en ángel o mensajero. Al dividirla nos encontramos que Eu significa buenas, por lo tanto al expresarlas en conjunto con la Palabra de Dios, se le da el significado de “Buenas Noticias de Jesús”, o “Buenas Nuevas de Jesús” Estas Buenas Nuevas de Jesús, fueron injertadas en el corazón de los primeros cristianos, que al pasar de los años, vivían y compartían en medio de una sociedad hostil para ellos. En muchas ocasiones estos eran conducidos a la muerte y en cierta manera se sentían como perturbados por la persecución a la cual fueron sometidos. Necesitaban de Jesús en una forma en la que pudieran meditar y reflexionar y sobre todo en una manera en la que se sintieran fortalecidos al experimentar Su presencia en medio de ellos. Esto solamente lo encontrarían por medio de la oración, la fracción del Pan y compartiendo entre ellos los mensajes del Señor, por medio de palabra y por último por la lectura de los Evangelios. Debemos recordar que Jesús nunca escribió, ni ordeno a sus seguidores el escribir sobre su vida, más sin embargo, después de varios años, en los que los apóstoles, predicaban a viva voz las enseñanzas de su Maestro, fue entonces que este Anuncio, se puso por escrito en cuatro (existen más), distintas maneras estos relatos hablados. Para ello tuvieron que pasar varias décadas, después de Su muerte y resurrección. Desde mediados del siglo II, a estos cuatro relatos se les llamó Evangelio: según San Mateo, San Marcos, San Lucas y San Juan. Se hace difícil imaginar el proceso utilizado por los evangelistas, al compilar lo trasmitido por palabra hablada, a la escritura de la misma. Pero debemos de comprender que en los cuatro Evangelios, se trasmite el testimonio apostólico sobre Jesús, como primer termino y en segundo, se asegura por medio de ellos, la transmisión del mensaje, a las nuevas generaciones, traduciendo las formulaciones originales hebreo arameas, al griego, que era el idioma internacional del momento. Como se menciona anteriormente, existieron otros “evangelios” que trataron de exponer las mismas tradiciones sobre Jesús, empero, que se han perdido o que relatan esas mismas tradiciones con hechos ficticios o con actos que simplemente fueron acomodados por sus escritores, para las necesidades de sus lectores, lo que los hacia alejarse de la tradición real encontrada en nuestros Evangelios. A estos otros evangelios se les denomina apócrifos o sea no auténticos o no inspirados. Los Evangelios, por ser proclamación de la obra de Jesús, son en si mismos testimonios de fe: “Muchas otras señales milagrosas hizo Jesús en presencia de sus discípulos que no están escritas en este libro. Estas han sido escritas para que crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios. Crean, y tendrán vida por su Nombre” Jn 20:31

Los Evangelios se basan en hechos históricos, pero sus relatos no son fiel exposición histórica de la vida de Jesús. Los Evangelios se preocupan más que todo, presentar el significado cristiano de Jesús, sus obras, sus milagros y maravillas y no necesariamente una biografía del Señor. Los escritores no eran biógrafos, que escribieron sobre la vida del Mesías, en un orden cronológico adecuado. Comparemos esto por ejemplo con los relatos de los capítulos 4 y 5 de San Marcos con los capítulos 13, 8 y 9 de San Mateo (léelos y compáralos) Por otro lado, debemos reconocer que los Evangelios nos relatan muy poco de la vida de Jesús: casi nada nos dice de los que él hizo antes de los sus 30 años e incluso el relato de su ministerio es incompleto. ¿Son culpables los evangelistas por ello? De ninguna manera. Ellos no escribieron, ni trataron de dar a conocer la historia de Jesús, más bien sus escritos reflejan: su amor, su misericordia, su poder para perdonar, para romper cadenas y ataduras de los odios y rencores, para sanar enfermedades y sobre todo para mostrarnos, que hay un camino verdadero y que este camino es único y “que nadie puede venir al Padre, si no por él” (Jn 4:5-6) Los evangelistas componen el Evangelio como un todo, cada uno a su manera, a base de poner seguidos, escoger o cambiar de lugar, completar o aclarar con anotaciones los materiales particulares puestos a disposición por la tradición de palabra. Los evangelistas en su trabajo no hacen obra de creación, pero tampoco son meros compiladores de los materiales por ellos conocidos. En los cuatro Evangelios por ejemplo, el relato de la Pasión, muerte y resurrección del Señor, son punto culminante, que fueron puestos o recompilados a través de la misma historia real de lo sucedido y a la tradición oral de los que presenciaron los hechos.

Debemos de caer en cuenta que al comparar los cuatro Evangelios, existen diferencias entre ellos, especialmente se hace hincapié a reconocer que los tres primeros aun en sus diferencias cronológicas, son mucho mas semejantes entre sí, comparándolos con el Evangelio de San Juan. Estos tres (Mateo, Marcos y Lucas), los llamamos “Evangelios sinópticos1” es decir: que son Evangelios, que por su contenido podemos comparar paralelamente, a los cuales se les da una interdependencia y una diferencia mutua. Con esta interdependencia y diferencia mutua, se ha llevado a la opinión casi general que el Evangelio de Marcos, es el principal autor o fuente principal de los Evangelios sinópticos. Mateo y Lucas han usado partes del Evangelio de Marcos, basándose en él, para trasmitir su propia proclamación de la Buena Nueva. El Evangelio de Juan, por otro contiene más diferencias que coincidencias en relación con los sinópticos (y que en realidad fue escrito después de los sinópticos) Juan habla por ejemplo de cuatro viajes de Jesús a Galilea, a Jerusalén y en tres fiestas de la Pascua, mientras que los sinópticos, siguiendo la línea sencilla de Marcos, relatan la vida publica de Jesús en Galilea y solamente una visita a Jerusalén (en su pasión) y una sola celebración de la Pascua.

1 Sinóptico: Lo que presenta con claridad las partes principales de un todo

Todo esto nos enseña que los Evangelios sinópticos fueron escritos en una manera y con un esquema sencillo y fácil de comprender para sus lectores. Mientras que el de San Juan, siguió el curso real de los acontecimientos con mayor fidelidad.

Cuatro retratos de Jesús:

Los cuatro evangelistas nos pintan en una manera diferente la presencia de Jesús, pero que a su vez nos relatan sus hechos, con sus propias características. A la grandeza de Jesús no se le hubiese podido representar solamente con un relato. Por ello es que contamos (gracias a la inspiración de Dios a los escritores), con cuatro cuadros que nos relatan desde diferentes puntos, las facetas de Jesús. De la misma manera en la que Dios hablo al profeta Ezequiel en el capítulo 37 y versos del 9-10 “Entonces me dijo: "¡Profetiza, hijo de hombre, llama al Espíritu! Dirás al Espíritu: Esto dice Yahvé: ¡Espíritu, ven desde los cuatro vientos, sopla sobre estos muertos para que vivan! Profeticé según la orden que había recibido y el Espíritu entró en ellos; recuperaron la vida se levantaron sobre sus pies: era una multitud grande, inmensa (leer desde el verso 1 hasta el 10) Los Evangelios, nos permiten experimentar el amor de Dios por la humanidad en su Hijo Jesucristo. Él vino a darnos vida y vida en abundancia y en los cuatro Evangelios encontramos por escrito lo que Jesús significa realmente para nosotros. Mateo al escribir, se enfoca en la relación de Jesús con la fe judía. Nos da a conocer como Jesús vino a cumplir todo lo escrito en el Antiguo Testamento, pero al mismo tiempo a juzgar a los judíos por su infidelidad a la religión y sobre todo a su ignorancia, al no reconocer a Mesías (Mt 12:38-39) En este Evangelio, los judíos son invitados a quitarse las vendas de la ley que los tenía atrapados en un vicio sin final y a reconocer en Jesús al Mesías prometido, el Hijo de David. Mateo se pronuncia como un judío que denuncia en su Evangelio, un juicio contra ellos por no haber respondido a este llamado. Por otro lado mateo nos relata de Jesús como el Maestro, al darnos relatos sistemáticos de todo los que Jesús nos enseña, para la vida eterna de la Iglesia y para su misión evangelizadora de nosotros los miembros activos, que profundizamos en su sabiduría y que nos adentramos en cada una de sus enseñanzas.

Marcos por otro lado, realza la humanidad de Jesús en sus hechos, más que en sus enseñanzas. Nos muestra como él, al hablar con sus apóstoles, les mostraba todo lo que debía de sufrir y de cuanto sería rechazado y que por medio de su ejemplo, ellos debían de prepararse, para encontrar el mismo sendero. El pueblo judío, esperaba a un Mesías político y dispuesto para las armas en contra del opresor (Roma) Pero Jesús vino con una agenda diferente a la que ellos anhelaban. Él vino a demostrarnos que la vida es más que una guerra externa en la que unos pelean en contra de otros, arrebatándose la vida, sin experimentar paz y amor. Que difícil se les ha de haber hecho a los judíos, el encontrarse con un Mesías diferente, porque escogió el sendero del servicio humilde y el camino del sufrimiento. Solamente en su segunda venida, vendrá con gloria, como Rey de reyes y Señor de Señores. Este es el Evangelio que más me gusta. No porque los otros no sean importantes o menos interesantes, es qué, en este Evangelio, puedo ver a un Jesús humano, que nos muestra que en nuestra debilidad humana, podemos salir adelante, cuando confiamos plenamente en el amor de Abbá papito: “«Siento en mi alma una tristeza de muerte. Quédense aquí y permanezcan despiertos.» Jesús se adelantó un poco, y cayó en tierra suplicando que, si era posible, no tuviera que pasar por aquella hora. Decía: «Abbá, o sea, Padre, si para ti todo es posible, aparta de mí esta copa. Pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.»” Mc 14:34-36 El Evangelio de Lucas, nos muestra de la salvación traídas por Jesús. Nos da a conocer al Mesías proclamado y profetizado en el Antiguo Testamento y manifestado en sus milagros y por la predicación del Evangelio a los pobres y menesterosos (indigentes) Lucas da a relucir las verdades reveladas a Jesús y como él las comparte con los más necesitados, a los que parecían menos dignos de recibirlas, a las mujeres pecadoras y publícanos rapaces. Porque la verdad revelada es la Gracia del Padre, revelando su amor al hombre, aun así, sin ser merecedores, pues no hemos hecho nada para merecerla. Por último, nos encontramos con el Evangelio según San Juan. Juan nos revela a un Jesús misericordioso y divino y nos muestra el amor verdadero del Padre “que nos envió a su único Hijo, para que todo aquel que en él crea, no muera sino que tenga vida eterna” Jn 3:16 Dios nos ha enviado a un Salvador, para el perdón de nuestros pecados. Él es el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo, el Dios encarnado (Jn 14), el Verbo hecho Carne (Jn 1). En este Evangelio, reconocemos a Jesús como el Mesías que todo lo puede, pues él está en el Padre y el Padre está en él. Para Juan, no hay nada que Jesús no pueda hacer y como desmentirlo, si en el Libro del Profeta Jeremías leemos: “«Ah, Señor Yahvé, tú has hecho los cielos y la tierra con tu inmenso poder y con la fuerza de tu brazo. ¡Para ti nada es imposible!” Jer 32:16-17 Para terminar esta sección, quiero hacer referencia a un punto importante que nos preguntamos al escuchar sobre los símbolos de los evangelistas. Los símbolos son tomados del Libro del Apocalipsis 4:6ss y del Libro de Ezequiel 1:10 y son los siguientes: Juan es el águila, Marcos es el león, Lucas el buey o toro y Mateo el ángel. Estos símbolos fueron fijos desde el siglo IV d.C. y son tomados como importancia para el arte cristiano. La próxima semana continuaremos con Hechos de los Apóstoles y las cartas Paulinas. La reflexión para hoy: ¿Con que evangelio me relaciono yo?

Hechos de los Apóstoles y carta del NT

Hechos de los Apóstoles:

El libro de los Hechos de los Apóstoles (Actos de los Apóstoles), nos relatan los comienzos y la vida de la Iglesia primitiva, lo que para nosotros es de suma importancia, pues para vivir una Nueva Evangelización, hay que remontarse a las raíces de nuestra propia conversión, la misma que experimentaron todos aquellos que se hicieron partícipes de los comienzos de la Iglesia. Este libro, fue escrito por San Lucas, conocido por algunos biblistas como el Doctor, por su habilidad de relatar con cierta exactitud de los aspectos físicos de la pasión del Señor. En el primer volumen, el Doctor Lucas, escribió el Evangelio de Jesús, describiendo los hechos de nuestro Señor Jesús, desde su infancia, hasta el momento en el que fue llevado al Cielo en presencia de sus apóstoles y discípulos. Este lo escribió para un tal Teófilo. En su segundo volumen (escrito también para Teófilo), Lucas nos comparte lo sucedido después de que Jesús partió al Padre. Recordemos que en el mismo final del Evangelio, Jesús, promete que el Espíritu Santo se derramaría sobre ellos: “Ahora yo voy a enviar sobre ustedes lo que mi Padre prometió. Permanezcan, pues, en la ciudad hasta que sean revestidos de la fuerza que viene de arriba. Jesús los llevó hasta cerca de Betania y, levantando las manos, los bendijo. Y mientras los bendecía, se separó de ellos (y fue llevado al cielo. Ellos se postraron ante él.) Después volvieron llenos de gozo a Jerusalén, y continuamente estaban en el Templo alabando a Dios” Lc. 24:50-53. Es aquí en donde empieza su relato en su segundo escrito. Los Apóstoles, regresan a Jerusalén, pero regresan con miedo de ser descubiertos y encerrados, siguen alabando a Dios, hasta que, al pasar 50 días después de la partida del Señor, ellos reunidos en oración, el Paráclito prometido, se derrama y es cuando Pedro armado de las fuerzas del Espíritu Santo, comparte por primera vez con valentía, la Buena Nueva de salvación para la humanidad (Hc 2:14-41) Los relatos de este libro, se expanden desde el momento del derrame del Espíritu Santo, hasta el encarcelamiento de Pablo en Roma, lo que hacen unos 30 años. Este describe, no solamente el nacimiento de la Iglesia, sino que, la expansión del cristianismo por toda la región norte del Mediterráneo (actual Siria, Turquía y Grecia, hasta el corazón mismo del imperio Romano) El tiempo en el que fue escrito, es incierto, pues no se sabe con exactitud, ni siquiera el tiempo en el que se terminó. Los historiadores, comparten la idea que este fue escrito por el año 60 ó 63 d.C., durante el encarcelamiento de Pablo en Roma.

Los Hechos de los Apóstoles nos comparte la esencia real de lo que debe de ser nuestras vidas al servicio del Señor. Hoy debemos de vivir llenos de esa misma efusión que nos comparte San Lucas en sus relatos. No solamente decir que somos cristianos, sino que vivir verdaderamente ese cristianismo que profesamos, en medio de nuestro hogar y nuestra comunidad, para que el mundo entero sepa que somos realmente la Iglesia fundada por Cristo y respaldada por el Espíritu Santo. “Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la convivencia, a la fracción del pan y a las oraciones. Toda la gente sentía un santo temor, ya que los prodigios y señales milagrosas se multiplicaban por medio de los apóstoles. Todos los que habían creído vivían unidos; compartían todo cuanto tenían, vendían sus bienes y propiedades y repartían después el dinero entre todos según las necesidades de cada uno. Todos los días se reunían en el Templo con entusiasmo, partían el pan en sus casas y compartían sus comidas con alegría y con gran sencillez de corazón. Alababan a Dios y se ganaban la simpatía de todo el pueblo; y el Señor agregaba cada día a la comunidad a los que quería salvar” Hc 2:42-47 Debemos nosotros los cristianos modernos preguntarnos a menudo, si estamos llevando el mismo tipo de vida, en el que compartimos todo cuanto tenemos de acuerdo a las necesidades de la comunidad. Ahora que si lo hacemos, lo haremos, por amor a Dios y no por quedar bien con los pastores, o los encargados de la comunidad, de lo contrario caeríamos como leemos en Hechos 5:1-9 “Otro hombre llamado Ananías, de acuerdo con su esposa Safira, vendió también una propiedad, pero se guardó una parte del dinero, siempre de acuerdo con su esposa; la otra parte la llevó y la entregó a los apóstoles. Pedro le dijo: «Ananías, ¿por qué has dejado que Satanás se apoderara de tu corazón? Te has guardado una parte del dinero; ¿por qué intentas engañar al Espíritu Santo? Podías guardar tu propiedad y, si la vendías, podías también quedarte con todo. ¿Por qué has hecho eso? No has mentido a los hombres, sino a Dios» Al oír Ananías estas palabras, se desplomó y murió. Un gran temor se apoderó de cuantos lo oyeron. Se levantaron los jóvenes, envolvieron su cuerpo y lo llevaron a enterrar. Unas tres horas más tarde llegó la esposa de Ananías, que no sabía nada de lo ocurrido. Pedro le preguntó: « ¿Es cierto que vendieron el campo en tal precio?» Ella respondió: «Sí, ese fue el precio» Y Pedro le replicó: « ¿Se pusieron, entonces, de acuerdo para desafiar al Espíritu del Señor? Ya están a la puerta los que acaban de enterrar a tu marido y te van a llevar también a ti.»” No podemos desafiar a Dios haciéndole creer que le damos todo y solamente le mentimos. Imaginémonos que el día de hoy fuera así. La Iglesia y los ministerios de evangelización, no atravesarían por problemas financieros. Al contrario ni siquiera tuviéramos que estar mendigando una ofrenda.

Luego Lucas nos sigue compartiendo, lo difícil que es seguir el Nombre del Señor. En el capítulo 4, nos relata el médico Lucas, sobre Pedro y Juan que fueron encarcelados y azotados en el capítulo 5. Hoy en día se proclama el Evangelio, con libertad (cuando se hace de acuerdo al Magisterio de la Iglesia), Hoy no hay azotes o encarcelamientos en esta parte del mundo. Nadie que vive en los Estados Unidos, puede quejarse de que sufre castigos irremediables, por compartir el Nombre de Jesús. Más sin embargo no lo hacemos, pues eso es solamente para los sacerdotes o las monjas y no nos animamos a proclamar con valentía, lo que otros hicieron en su debido tiempo, cuando rompieron con todo tipo de ideología y filosofía errónea y que ha dado como resultado una Iglesia que ha caminado por más de 2000 años proclamando con hombres y mujeres valientes, las maravillas del Señor. Y como toda la Biblia, los Hechos de los Apóstoles, nos invitan a estar en constante movimiento. Dejando que el Espíritu nos guíe, pues el Espíritu es de acción y no de pasividad. Este nos invita a la plena conversión, como sucedió con Pablo en el capítulo 9; o la conversión de Cornelio, el capitán romano, que mientras Pedro le hablaba, el Señor le permitió el bautizo en el Espíritu Santo (Hc 10:1-48). Los Hechos de los Apóstoles, debe de ser para nosotros una lectura muy importante dentro de nuestras vidas como Iglesia. Si lo ignoramos, estamos ignorando la presencia de Jesús y el poder del Espíritu Santo sanador. Debemos de ser fieles seguidores de todos aquellos que predicaron en una manera sencilla, las grandezas de un Jesús resucitado. Ellos nunca predicaron sobre deberes religiosos, ni normas morales y mucho menos un programa de reforma social, que llamaría al pueblo al levantamiento de armas en contra de sus opresores. Simplemente llamaban a la conversión, al arrepentimiento y a comprender que todo lo que las escrituras hablaban del Mesías, se habían cumplido en Jesús, que resucitó de entre los muertos, para darnos vida eterna. Lo más importante de todo, es que, los miembros de la Iglesia primitiva, compartían un Evangelio de experiencia, pues la mayoría de ellos había conocido personalmente al Señor y sabían de sus milagros y sobre todas las obras realizadas en medio de un pueblo que no quiso reconocerlo. Lo interesante de sus vidas fue la manera en la que aceptaban los castigos e inclusive la misma muerte, llevando consigo, el dolor y el sufrimiento por proclamar al Resucitado. Eso nos cuesta hacer en la actualidad. ¿Por qué? Quizás por miedo al compromiso y la responsabilidad que esto conlleva y nos da miedo solo el pensar que vamos a sufrir o derramar lágrimas por proclamar con valentía que nosotros vivimos a plenitud y que sobre todo, qué hemos experimentado a Jesús en lo más íntimo de nuestro corazón. Sus predicaciones y sus maneras de compartir, los hacían ser diferentes de los otros que se decían más educados en cuestiones religiosas y conocimientos de las Escrituras. Cuando ellos hablaban, muchos eran los convertidos. Hoy muchos son los que hablamos y pocos los convertidos; pocos los honestos y muchos los que solamente usan el Evangelio, para su beneficio personal. Claro que la Iglesia primitiva, no podía compartir las maravillas del Señor, si no fuera influenciado por el Espíritu Santo. Es por ello que entre los eruditos y biblistas, se habla que el libro debería de llamarse: “Hechos del Espíritu Santo” y no necesariamente como se llama, pues durante todo el relato, se nos comparte de la presencia del Consolador. Eso es lo que hace falta en nuestro tiempo, como nuevos proclamadores de las Buenas Nuevas, estamos invitados a dejarnos guiar por la presencia del Paráclito, de lo contrario nuestros proyectos, se quedarán solamente en eso: “nuestros proyectos”

Cuadro Cronológico:

A continuación damos un cuadro cronológico sobre fechas y relatos más importantes encontrados en este libro. 30 d.C. La Iglesia es fundada en Jerusalén (Hc 1-2) 32/35 Conversión de Pablo (Hc 9) Esto es tentativo 34/37 Pablo visita Jerusalén por primera vez (Hc 9:26ss) 45 ó 46 Posibles fechas en las que se envía la ayuda a los necesitados en Jerusalén desde Antioquía. Muerte de Santiago (11:27ss) 46 ó 47 Primer viaje misionero de Pablo y Bernabé (Hc 13-14) 48 Primer concilio apostólico realizado en Jerusalén (Hc 15) 48-51 Segundo viaje misionero de Pablo (Hc 15:36-18:22) 50 Pablo llega a Corinto (Hc 18) 53 Tercer viaje misionero de Pablo (18:23) 54-57 Pablo visita Efeso y se queda en esa ciudad por un tiempo. Motín de Orfebres (Hc 19) 57-58 Pablo llega a Grecia. Se celebra la Santa Eucaristía. Resurrección de Eutico (Hc 20) 58 Pablo llega a Jerusalén, por el mes de Junio (Hc 21) 58-60 Pablo es encarcelado en Cesárea (Hc 24-26) 60-61 Pablo apela al Cesar y viaja a Roma (Hc 27) 61-63 Pablo es encarcelado en Roma (Hc 28:30) Con esto concluimos los Hechos de los Apóstoles. La próxima semana veremos las cartas del Nuevo Testamento.

Cartas del Nuevo testamento:

Más de dos terceras partes de los escritos del NT son cartas. A estas se les da el nombre de epístolas (composición poética en forma de carta, cuyo fin es moralizar o instruir) Estas, fueron escritas por personas impulsadas por la efusión del Espíritu Santo, auque, no necesariamente los autores fueron los nombres, con los que firmaron dichas cartas. Ellos escribieron, para dar respuesta a las preguntas que se originaron en el primer siglo de la Iglesia. Sabiendo esto, debemos de reconocer que ellas fueron escritas en un tiempo muy distinto y con necesidades muy distintas y sobre todo, con culturas muy diferentes a las de la actualidad. Para enfocarnos en cada una de ellas, debemos de reconocer el tiempo y sobre todo, saber a quienes fueron dirigidas, con los ideales que prevalecían en ese tiempo.

Es casi imposible, tratar de reconstruir el trasfondo histórico de las cartas. Ellas fueron el producto de la vida de la iglesia primitiva y no fueron escritas sistemáticamente (que sigue o se ajusta a un sistema). Aunque en ellas encontramos mucha enseñanza cristiana fundamental, dicha enseñanza no se proporciona en una manera formal. Esto hace difícil poder buscar un trasfondo histórico y un trasfondo dogmático sobre las enseñanzas que en ellas encontramos. Con seguridad, podemos afirmar que todas ellas fueron escritas a la segunda mitad del siglo I, que fue un período de formación y del desarrollo de la Iglesia primitiva. Eso nos da una clara visión de lo que los Apóstoles enseñaron y la formación que los fieles fueron obteniendo, de acuerdo a las necesidades que fueron surgiendo al transcurso del tiempo. Es imposible tratar de resumir en está formación, sobre el contenido tan variable de todas las cartas. Es que mientras en unas se discuten en detalle doctrinas importantes, en otras solamente se afirman. Pero a pesar de ello, podemos decir que el contenido fundamental de las cartas, es la continuidad del Espíritu moviéndose en medio de todos los convertidos. En las cartas, encontramos fundamentalmente que Dios es un Dios grande y santo, que nos exige santidad. Él mismo es la norma de la fe cristiana, mostrando su soberanía sobre lo que hay sobre la tierra, debajo de las aguas y del universo entero. Además encontramos en ellas, lo que Jesús mismo enseñó, que Dios es nuestro Abbá, es decir nuestro Papito y que él es a un tiempo Creador y autor de la creación. Lo más interesante que encontramos en las cartas, es que, los primeros cristianos, expresaban sus puntos de vista sobre Jesús, en diferentes formas. Todas esas expresiones, quedaron impresas en cada una de las cartas, y esto muestra lo difícil que es para nosotros, tratar de reducir a Cristo en una forma sencilla.

Los autores, hicieron uso de diversos títulos con los que nombraban o reconocían a Jesús2. Por ejemplo: “Jesucristo” se usa como el cumplimento de la promesa del Mesías judío (el Cristo en griego) Aunque el título más importante y que todo cristiano reconoce, es el de “Señor3”.

2 YahshuaDios Salva 3 En hebreo: Adonai

Los pasajes más característicos de las cartas de San Pablo, son todas aquellas que exaltan el Nombre de Jesús. Pablo comparte que Jesucristo, existe antes de la existencia del mundo, dejando sus riquezas para hacerse pobre por amor a nosotros: “Ya conocen la generosidad de Cristo Jesús, nuestro Señor, que, siendo rico, se hizo pobre por ustedes para que su pobreza los hiciera ricos” 2 Cor 8:9, humillándose a si mismo, haciéndose hombre, a pesar de su igualdad con Dios: “Él, siendo de condición divina, no se apegó a su igualdad con Dios, sino que se redujo a nada, tomando la condición de servidor, y se hizo semejante a los hombres. Y encontrándose en la condición humana, se rebajó a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte en una cruz Por eso Dios lo engrandeció y le dio el Nombre que está sobre todo nombre, para que al Nombre de Jesús se doble toda rodilla en los cielos, en la tierra y entre los muertos, y toda lengua proclame que Cristo Jesús es el Señor, para gloria de Dios Padre” Fil 2:5-11, siendo la imagen exacta de Dios: “El es la imagen del Dios que no se puede ver, y para toda criatura es el Primogénito, porque en él fueron creadas todas las cosas, en el cielo y en la tierra, el universo visible y el invisible, Tronos, Gobiernos, Autoridades, Poderes. Todo fue hecho por medio de él y para él” Col 1:15-16 En la carta a los Hebreos, descubrimos el relato de un Cristo, verdadero Dios y verdadero Hombre (Heb 1-2), capaz de representar a su pueblo como el verdadero sacerdote, delante de Dios Padre: “Tenemos, pues, un Sumo Sacerdote excepcional, que ha entrado en el mismo cielo, Jesús, el Hijo de Dios. Esto es suficiente para que nos mantengamos firmes en la fe que profesamos. Nuestro sumo sacerdote no se queda indiferente ante nuestras debilidades, pues ha sido probado en todo igual que nosotros, a excepción del pecado” Heb 4:14-15 Las cartas de Pedro y Juan nos exponen que por medio de Jesucristo, el Padre da la salvación a la humanidad, siendo Cristo la expresión máxima del amor del Padre.

División de las cartas:

1. 14 Cartas paulinas: Romanos, 1 y 2 de Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses, Filemón, 1 y 2 de Tesalonicenses, 1 y 2 de Timoteo, Tito y 4Hebreos, que se le acredita a Pablo, pero que se cree fue escrito por uno de sus ayudantes.

2. 7 Cartas apostólicas o católicas: Santiago, 1 y 2 de Pedro, Carta de Judas y 1, 2 y 3 de Juan

4 La Carta a los Hebreos, se le acredita a Pablo, más sin embargo, por su escritura, más bien parece que alguien cercano al Apóstol la escribió.

Las cartas de Pablo, se pueden dividir de la siguiente manera:

1. 1 y 2 de Tesalonicenses, que son probablemente las primeras escritas, se ocupan primordialmente del retorno de Cristo.

2. La carta a los Romanos, a los Gálatas y 1 y 2 de Corintios, tienen un énfasis en el Evangelio proclamado por él mismo, llamando a la conversión verdadera y a actuar como verdaderos renovados en el Espíritu. Posiblemente escritas durante su tercer viaje misionero, aunque la de Gálatas, probablemente a finales del primer viaje.

3. Las cartas a los Efesios, a los Colosenses, a los Filipenses y la de Filemón, son las llamadas “cartas del cautiverio” pues se cree fueron escritas por Pablo mientras éste permanecía preso en Roma. En ellas encontramos sus enseñanzas más profundas, quizá por la circunstancia en la que se encontraba.

4. 1 y 2 de Timoteo y la enviada a Tito, están dedicadas a los aspectos prácticos y estructúrales de la organización de la Iglesia.

Las demás cartas, se agrupan con el título de “Cartas generales ó católicas” Estas están dirigidas a un publico en general y su contenido es menos definido (aunque ciertamente profundo), que las cartas de Pablo. A estás podemos hacer las excepciones de la carta a los Hebreos, que forma un conjunto en si misma y las de 2 y 3 de Juan, que son dirigidas a un individuo o Iglesia en particular.

Carta a los Hebreos:

Esta carta al parecer, fue originada en Roma o haber sido dirigida a la Iglesia congregada en Roma. La carta se dirige a un grupo de cristianos judíos que se supone se estaba apartando del cuerpo principal de la iglesia y estaban anhelando las glorias de judaísmo. Su autor (anónimo), nos muestra a través de sus escritos que Cristo es superior a la antigua religión y que al regresar a la senda antigua, perderíamos la gloria de que encontramos solamente en Cristo Jesús.

Cartas católicas o universales:

Estas cartas se denominan católicas o universales, porque no van dirigidas a una comunidad en particular, pero que a su vez esta escrita para la Iglesia en general. Son un conjunto de siete escritos como dijimos anteriormente, están separadas del contexto escrito por el Apóstol Pablo. Las cartas que forman este conjunto de escritos es el siguiente:

1. 1 y 2 de Pedro

2. Santiago

3. Judas

4. 1, 2 y 3 de Juan

Es difícil poder comprobar con seguridad la ubicación histórica de estas cartas. La primera carta de San Pedro, es la más específica y menciona a los cristianos de cinco distintos lugares de las provincias de Asia Menor, quienes se encontraban bajo constantes amenazas de persecución. En ella, su autor brinda alientos en medio de su dolor y sufrimiento, por causa de seguir a Cristo: “Por esto estén alegres, aunque por un tiempo tengan que ser afligidos con varias pruebas. Si el oro debe ser probado pasando por el fuego, y es sólo cosa pasajera, con mayor razón su fe, que vale mucho más. Esta prueba les merecerá alabanza, honor y gloria el día en que se manifieste Cristo Jesús” 1 Ped 1:6-7

En la segunda carta, Pedro, posiblemente le escribe al mismo núcleo de lectores, solamente que en esta ocasión, advierte sobre el peligro de una herejía, que fomentaba la inmoralidad. Además nos habla sobre los peligros de poner atención a todas las enseñanzas fuera de las de los apóstoles y de la tradición de la Iglesia primitiva. “En efecto, no hemos sacado de fábulas o de teorías inventadas lo que les hemos enseñado sobre el poder y la venida de Cristo Jesús, nuestro Señor. Con nuestros propios ojos hemos contemplado su majestad cuando recibió de Dios Padre gloria y honor. En ese momento llegó sobre él una palabra muy extraordinaria de la gloriosa Majestad: «Este es mi Hijo muy querido, el que me agradó elegir» Nosotros mismos escuchamos esa voz venida del cielo estando con él en el cerro santo. A consecuencia de esto creemos más firmemente en el mensaje de los profetas, y deben tenerlo como una lámpara que luce en un lugar oscuro, hasta que se levante el día y el lucero de la mañana brille en sus corazones. Sépanlo bien: ninguna profecía de la Escritura puede ser interpretada por cuenta propia, pues ninguna profecía ha venido por iniciativa humana, sino que los hombres de Dios han hablado, movidos por el Espíritu Santo” 2 Ped 1:16-21 También tenemos que reconocer que este segundo volumen de Pedro, fue el escrito más tardío de todas las cartas recopiladas dentro de la Biblia. Aunque el que firma la carta se autodenomina Pedro, se cree que esta fue escrita alrededor del año 100 La carta de Santiago, por su contenido, podemos descifrar que es de suma importancia para la práctica de la fe, dando confianza y aliento al pueblo de Dios, exhortándoles a seguir adelante en acción. No se puede saber con exactitud el tiempo en el que se escribió, aunque se cree que fue redactada a un periodo anterior a la caída de Jerusalén en el año 70. En ella también podemos observar que su escritor (que se cree fue Santiago el primo hermano del Señor), era férreo defensor de las tradiciones judías, lo que lo hace diferente de las enseñanzas que encontramos en las cartas redactadas por Pablo. La carta de Judas, es una de las más pequeñas de todas las redactadas por los apóstoles (similar en versículos -25- con la de Pablo a Filemón) Solamente la tercera de Juan es más pequeña. Esta, está íntimamente ligada con la segunda carta de Pedro, puesto que en gran parte del material, comparte sobre las herejías y la gente que con engaños cautivaba a la comunidad. Posiblemente el escritor de esta carta, fue Judas el otro primo hermano del Señor. Las cartas de Juan, son consideradas entre los últimos escritos del NT y a su parecer, datan a finales del siglo I. En la primera, Juan nos comparte el amor verdadero del Padre, que si tenemos al Hijo arraigado en nuestro corazón, entonces lo tenemos todo, pues la Verdad está en él y por lo mismo, si caminamos con él. Entonces caminamos con Dios. De este modo, Juan completa en la primera carta, el Evangelio del Señor, en el que nos comparte que al creer o no en Cristo Jesús, es la decisión más importante de nuestras vidas.

En la Segunda, nos comparte la manera en la que se dirige a la Iglesia. “El Anciano, a la Dama Elegida y a sus hijos. Los amo de verdad; y no sólo yo, sino también cuantos han conocido la verdad, a causa de esta misma verdad que permanece en nosotros y estará siempre con nosotros” 2 Jn 1:1-2 Pero también nos comparte la ley fundamental del cristiano que es el amor. En su tercera carta nos habla sobre el amor verdadero que debemos de compartir con los hermanos entro de la comunidad. Nos invita a que permanezcamos todos juntos, trabajando en comunión, manteniendo buenas relaciones entre los hermanos. Las tres cartas en su totalidad nos invitan a permanecer y perseverar en el amor del Padre, en su hijo Jesucristo.

El Apocalipsis

El Apocalipsis es uno de los libros más ricos en esperanza de la Biblia y sin embargo el menos leído, por miedo al mismo. Debemos de tener en cuenta, que lo que en el leemos, es un método de literatura que se trasmitía a la audiencia, con los sucesos que se vivían a diario, en forma de fantasía y ficción, que no por ser eso, deja de ser importante. Ya desde el AT se viene hablando de este tipo de literatura, que para nosotros es ciertamente difícil de asimilar, pero para los lectores de su tiempo, esto era totalmente normal, pues ellos sabían que el contenido, les indicaba lo que era mejor para sus vidas. El periodo que se extiende entre el año 220 a.C. hasta el año 100 d. C fue uno de los más difíciles de la historia para el pueblo judío. Durante este tiempo, ellos fueron derrotados, perseguidos religiosamente, fueron sus territorios ocupados varias veces por distintos reinos y al mismo tiempo, los profetas habían dejado de hablar y la situación se miraba oscura. Los escritores de libros apocalípticos, intentaron por medio de sus escritos, llamar la atención de sus oyentes, en una forma en la que ellos pudieran comprender diciéndoles que, aunque no se escuchará a los profetas, Dios estaba a su lado y les animaban a continuar aun así las cosas no se vieran también. El libro de Daniel, es el más interesante de toda la Biblia y se asemeja en contenido al Apocalipsis del NT. El Apocalipsis fue escrito alrededor del año 90 o 95 y se cree que el autor es el mismo que escribió el Evangelio, por su firma al final del mismo (Ap 22:8) Hay otros que dudan de este echo, pues la forma de literatura es diferente en contenido al Evangelio y las tres cartas escritas por el Apóstol Juan. Ya sea que es o no es el mismo escritor, sabemos que el mismo escribió desde la isla de Patmos, que estaba localizada a orillas de Efeso, capital de la provincia romana de Asia, a donde huyó después de la persecución de la Iglesia. El contenido del Apocalipsis, es dirigido a siete Iglesias de Asia (Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea) Estas Iglesias estaban atravesando momentos muy difíciles. El emperador romano exigía que se le adorara como a un dios y todo aquel que no lo hiciera, sería perseguido, encarcelado y llevado a la muerte. Esto hacía que los miembros de la Iglesia, se alejarán del Dios verdadero y que vacilaran de su fe, mientras esperaban la venida gloriosa de Jesús.

De la misma manera nuestras vidas, que viven y se sostienen de la fe en el Señor, vacilan al encontrarse con situaciones duras y eso nos va apartando del amor de Cristo. No importa cuanto hemos caminado hacia la vida eterna, hay momentos en los que nos hemos sentido débiles, hambrientos y sedientos, esperando una señal de Dios para nuestras vidas y cuando esta tarda en llegar, nos damos la vuelta y empezamos hacer las cosas de acuerdo a nuestros ideales y pensamientos y terminamos de todas maneras muertos. Al escribir Juan a estas Iglesias, les imploraba a seguir adelante, a tener confianza plena en Dios. Él les animaba a regresar al amor del principio, a dejarse envolver nuevamente por el amor del Padre, el cual se desvanecía por las situaciones difíciles por las que atravesaban. En nuestra vida, tenemos que reaccionar de la misma forma. Siempre hay que estar sometidos al amor de Dios. Nunca olvidarnos que al final de cuentas es el Padre, quien nos amó primero y lo demostró al enviar a su Hijo a la Cruz del Calvario, por el mismo amor que nos tiene (Jn 3:16) El Apocalipsis aunque parece un tanto oscuro en muchos de sus pasajes, está lleno de esperanza y sobre todo nos hace un llamado muy profundo a nuestro corazón. “Yo, Jesús, he enviado a mi ángel para decirles lo que se refiere a las Iglesias. Yo soy el Brote y el Descendiente de David, la estrella radiante de la mañana.» El Espíritu y la Esposa dicen: «¡Ven!» Que el que escucha diga también: «¡Ven!» El que tenga sed, que se acerque, y el que lo desee, reciba gratuitamente el agua de la vida” Ap 22:16-17 Nuevamente: el Apocalipsis no hay que leerlo con miedo, al contrario, se debe de leer con la esperanza que todo lo que vivimos, lo que hacemos y lo que compartimos, haciéndolo por amor, nos dará la gloria en el momento en el que seamos levantados hacia nuestra patria celestial. No hay que sentirnos amedrentados con tanto simbolismo e imágenes de holocaustos, de pestes, de hambres, de terremotos, etc. Estas calamidades son para aquellos que no creen en el amor del Padre. Para los que creemos, el Apocalipsis es una esperanza y nos invita a hacer algo, no solamente por nosotros, sino que también para que nos envolvamos a cambiar el futuro de nuestra sociedad. Hay tanto que hacer y poco tiempo para hacerlo. Pero si nuestras vidas las dedicamos al Evangelio, entonces le encontraremos sentido a lo que leemos en este libro maravilloso. Solamente al Cochino hay que tenerle miedo, no a la Palabra de Dios y el libro del Apocalipsis es Palabra de Dios que se puede hacer realidad en nuestras vidas, cuando la vivimos y experimentamos en los más íntimo de nuestro corazón. En el Apocalipsis nos sentiremos confortados y sobre todo amados por el que ha de venir rodeado de ángeles, para juzgarnos de acuerdo a nuestros actos y sobre todo a juzgar nuestra fe puesta en acción. Maranathá. Sí Señor ven pronto.

Tareas:

Tarea 1

Nombre: _____________________________

1- ¿Por qué decimos que la Biblia es en su naturaleza, la Palabra de Dios? _____

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2- ¿Qué es lo que nos comunica la Biblia? _______________________________ _______________________________________________________________

3- ¿Qué significa Biblia? ______________________________________________

4- ¿Por qué decimos que la Biblia es la Buena Nueva? _____________________ _______________________________________________________________

5- ¿Cómo se debe de leer la Biblia? ____________________________________

_______________________________________________________________

6- ¿Por qué debemos de tener cuidado con el que predica la Palabra de Dios?

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7- ¿Quién nos debe de guiar al estudiar las Santas Escrituras? _______________

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8- ¿Qué se nos preguntará el día del Juicio? _____________________________

_______________________________________________________________

9- En tus propias palabras, explica lo que es la Biblia: ______________________

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10- ¿Cuál es el tema principal de la Biblia? ________________________________

_______________________________________________________________

Tarea 2

Nombre: _____________________________

1- ¿Por qué evangelizamos? _________________________________________

_______________________________________________________________

2- ¿Qué descubrimos en la Biblia? _____________________________________ ______________________________________________________________

3 ¿En cuántas partes está dividida la Biblia? _____________________________

4 - ¿De cuántos libros está compuesta la Biblia? ___________________________ _______________________________________________________________

5 ¿Qué significa “Pentateuco”? _________________________________________ _______________________________________________________________

6 ¿Cómo se llama la primera versión de la Biblia? __________________________ _______________________________________________________________

7 ¿Quién escribió la Vulgata Latina? _____________________________________ _______________________________________________________________

8 ¿Cómo se llama la primera versión en español con traducción directo del griego y el hebreo? _______________________________________________________________

9 ¿Qué significa hermenéutica?

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Tarea 3

Nombre: _____________________________

1- ¿Qué significa etimología? _________________________________________

_______________________________________________________________

2- ¿Es el poder de Dios autoritativo? ___________________________________ _______________________________________________________________

3 ¿Qué significado tiene “Euanglion”? _________________________________


4- ¿Tiene algún sentido leer la Biblia si no ponemos en practica lo que ahí
leemos?________________________________________________________

¿Por qué? ______________________________________________________

5 Escribir sobre la importancia de ser evangelizadores en el mundo actual
_______________________________________________________________ _______________________________________________________________ _______________________________________________________________ _______________________________________________________________ _______________________________________________________________ _______________________________________________________________ _______________________________________________________________ _______________________________________________________________ _______________________________________________________________ _______________________________________________________________ _______________________________________________________________

Tarea 4

Nombre: _____________________________

1 ¿Qué significa Evangelio? _________________________________________

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2- ¿Fue Jesús el escritor de los Evangelios? ______________________________ _______________________________________________________________

3 ¿Por qué se llama Evangelio Apócrifo? ________________________________

4- ¿Son los Evangelios un relato histórico de Jesús? ______________________ ¿Por qué? _______________________________________________________

5 ¿Cuáles son los Evangelios “sinópticos””? _____________________________ _______________________________________________________________

6 ¿Cuál fue el primer Evangelio? _____________________________________ _______________________________________________________________

7 ¿En qué año se estima se escribió el Evangelio de San Juan? _____________ _______________________________________________________________

8 ¿En qué se enfoca San Mateo, al escribir su Evangelio? __________________ _______________________________________________________________

9 ¿Cuál es el Evangelio más corto ____________________________________

Tarea 5

Nombre: _____________________________

1 ¿Qué son los Hechos de los Apóstoles? _______________________________

_______________________________________________________________

2- ¿Qué otro nombre recibe el libro de los Hechos de los Apóstoles? __________ _______________________________________________________________

3 ¿En qué momento se inicia la Iglesia primitiva? ________________________

4- ¿Quién escribió Los Hechos de los Apóstoles? _________________________ ______________________________________________________________

5 ¿Cómo Vivian los hermanos en la fe? ________________________________ _______________________________________________________________

6 ¿A qué nos invita San Pedro después de haber recibido la efusión del Espíritu Santo? ________________________________________________________ _______________________________________________________________

7 ¿En qué año se estima se escribió Hechos de los Apóstoles? ______________ _______________________________________________________________

8 ¿A que nos invitan los Hechos de los Apóstoles? _______________________ _______________________________________________________________

9 ¿En qué capítulo encontramos al joven Eutico?_________________________

Tarea 6

Nombre: _____________________________

1 ¿En cuántas cartas se divide el NT? _________________________________ _______________________________________________________________

2- ¿Cuántas cartas paulinas? _________________________________________ _______________________________________________________________

3 ¿Cuántas católicas? ______________________________________________

4- ¿Por qué se le llaman cartas católicas? _______________________________ _______________________________________________________________

5 ¿Quién escribió la carta a los Hebreos? ______________________________ _______________________________________________________________

6 ¿Cuáles son las cartas católicas? ____________________________________ _______________________________________________________________

7 ¿De qué nos habla la Carta de Judas? ________________________________
______________________________________________________________


8¿Cuántas cartas escribió San Juan? __________________________________

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9 ¿Menciona una carta paulina del cautiverio?____________________________ .

Tarea 7

Nombre: _____________________________

Escribir un Apocalipsis en hechos de la vida moderna y explica de que manera encontramos la esperanza en la venida del Salvador.

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